Chapter 21

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RESUBIDO 4/4

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Los días pasaban lento.

Rhaella no salía de su habitación. Estaba en su cama todo el día.

Camille todos los días intentaba convencerla de que comiera algo, pero ella se rehusaba. No había comido nada desde ese día.

Rhaella esperaba morir de hambre. Sentía que se lo merecía. Ella misma tenía la culpa. Ella misma fue la que dijo que no estaba lista para ser madre. Los Dioses la estaban castigando por sus palabras.

Rhaenyra la visitaba la mayor parte del tiempo, le leía las historias que solían escuchar antes de dormir cuando eran niñas. Rhaella sólo sonreía débilmente en esos momentos para complacer a su hermana en su intento de hacerla sentir mejor.

Rickard intentaba de todas las formas que comiera o que saliera de la habitación. Pero nada dió resultado. Él maestre le aconsejó que debería dejarla sola y cambiarse a su antigua habitación. Rickard se negó.

El rey, al enterarse de la horrible noticia, golpeó la mesa con lo poco que quedaba de su mano izquierda. Estaba enojado.

Un día, fue a visitar a su querida hija, pero ella no respondió nada. No dijo ni una sola palabra y en sus ojos solo se reflejaba dolor. El mismo dolor que vió en Aemma durante tantos años.

Rhaella lo único que recuerda de ese día, es que su padre le pidió perdón casi al borde del llanto. Lo demás que le dijo, se le olvidó. Lo que le decían otras personas que iban a verla también se le olvidaba, pues al no comer, se estaba debilitando. Ahora apenas podía distinguir entre el día y la noche, incluso no tenía idea de cuántos días han pasado.

Pero una de las cosas que más le dolía, era que Criston no ha ido a verla en ninguno de esos días. ¿Estará él triste? ¿Estará enfadado con ella por perder a su hija? A ella no le sorprendería si así fuera.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por alguien que entró.

La reina.

Alicent se acercó y se sentó en la silla que todos usaron y que estaba al lado de la cama.

— Rhaella.

— ¿Vienes a burlarte de mí? — preguntó la princesa mirando hacía el frente sin dirigirle la mirada.

— No. — respondió la pelirroja seriamente. — Vengo para decirte que debes comer. Estar así no te ayudará en nada.

— No quiero comer. Sí viniste solo a intentar convencerme, me temo que pierdes tu tiempo.

— Todos estamos preocupados por ti.

Rhaella soltó una risa seca.

— ¿Incluso tú?

— Sí, incluso yo.

Rhaella se quedó en silencio. No tenía fuerzas como para mandar a Alicent a la mierda.

— Rhaella. — volvió a hablar la reina. — Sé que hemos tenido nuestras diferencias, pero déjame ayudarte. No me imagino el dolor que debes estar sintiendo ahora mismo. Yo no lo soportaría.

Alicent ya tenía un pequeño vientre, el cual no se notaba puesto a los vestidos que usaba.

— ¿Entonces por qué debería estar soportándolo yo? debería de haber muerto al igual que mi hija.

A Alicent la carcomía la culpa, Rhaella estaba sufriendo y todo por su culpa. Ella sacudió esos pensamientos y se recordó que todo era por el bien de Rhaella. En unos años se lo agradecerá.

Inadmissible Love || Criston Cole Donde viven las historias. Descúbrelo ahora