Inadmissible Love || Criston Cole

Chapter 27

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Faltaban solo tres días para el viaje a Winterfell y los preparativos estaban listos.

Criston se encontraba solo en su habitación en la Torre de la Guardia Real, absorto en sus pensamientos. La noticia de que Rhaella se iba a Winterfell junto a Rickard y su hijo lo había tomado por sorpresa, y un sentimiento de arrepentimiento lo embargaba.

Había pasado largas noches en vela pensando en Rhaella, lamentando las decisiones que había tomado en el pasado y cómo había dejado escapar la oportunidad de estar con ella.

Suspiró profundamente, recordando las veces que se habían cruzado en la Fortaleza Roja desde aquel día en que su relación había terminado.

En medio de sus pensamientos, Criston se sintió abrumado por el arrepentimiento. Sabía que no podía cambiar el pasado, pero deseaba de manera vehemente que las cosas hubieran sido diferentes. Si tan solo hubiera sido más valiente, si tan solo no le hubiera propuesto a Rhaella escapar, tal vez las cosas habrían sido distintas.

Se dejó caer en una silla, pasando una mano por su cabello oscuro con frustración. Había sido un tonto al dejar que sus miedos lo controlaran, alejándolo de la mujer que amaba.

¿Por qué fue tan cobarde?

Las palabras de Rhaella resonaban en su mente: "¿Qué pasó contigo? ¿dónde quedó el hombre del que me enamoré?". Él caballero recordaba la mirada de decepción y la tristeza en su voz.

Cerró los ojos y recordó los momentos que habían compartido juntos, las risas, y las noches de pasión que habían compartido en secreto, cómo su corazón latía con fuerza cada vez que estaba cerca de ella, cómo su risa iluminaba su mundo y cómo sus miradas se cruzaban con una complicidad que nadie más parecía entender. Había sido un tiempo bastante breve, sin embargo intenso y lleno de todo tipo de emociones.

Se levantó de la silla y se acercó a la ventana, mirando hacia la ciudad. Rhaella estaría lejos, en Winterfell, y él se quedaría en la Fortaleza Roja, atado a sus responsabilidades como Caballero de la Guardia Real.

Criston sabía que tenía que aceptar las decisiones de Rhaella y permitirle seguir adelante con su vida. Sabía que tendría que encontrar la fuerza para seguir adelante, pero una parte de él siempre lamentaría haber dejado escapar la oportunidad de estar con la mujer que amaba.

¿Qué podia hacer él para enmendar sus errores? Quería demostrarle que estaba dispuesto a cambiar, a ser valiente y a hacer lo que fuera necesario para ganarse su corazón nuevamente.

Un nudo se formó en su garganta, y una sensación de vacío lo invadió. Él no podría vivir con el peso de su arrepentimiento.

[...]

La princesa se encontraba sentada en una silla junto a la cuna de su hijo William, mientras lo observaba dormir plácidamente. Rickard se acercó a ella en silencio y se colocó detrás de su esposa, pasando sus brazos alrededor de su cintura y posando su barbilla en su hombro.

— Hola. — saludó Rhaella en un susurro.

Rickard en respuesta besó su mejilla. — ¿Cómo estás?

— Bien. Logré hacerlo dormir en menos tiempo que ayer. — dijo ella con una mirada orgullosa.

— Eso es un récord. — halagó el Stark.

— Definitivamente.

Rickard miró a su hijo con los ojos llenos de amor. — Tan hermoso. Como tú. — dijo besando suavemente el cuello de su esposa.