2-Ojos Grises

16 3 0
                                    

En ese instante, en las pantallas que adornaban el salón mostraron la silueta de la gobernadora Satomi, quien comenzó a hablar.

—Han concluido con éxito la primer prueba, si han quedado dentro de la ARWAP me enorgullece saber que tendremos nueva sangre protegiendo nuestro legado y luchando para guiarnos a un mejor futuro—comenzó con un discurso—Y si no lo lograron, deberán saber que existen tres pruebas más en dónde seguro encajarán a la perfección, nos veremos de nuevo en seis meses. Suerte novatos.

Todos nos quedamos en silencio, la gobernadora no parecía ser la persona más amable pero por alguna razón siempre trataba de sonar así cuando comunicaba algo al resto de nosotros.

—Formen grupos—indicó una mujer—Chicas conmigo y chicos con el instructor Josh.

Seguimos sus indicaciones de manera inmediata. Parecía como si todos estuviésemos obligados a acatar las indicaciones sin chistar, sin embargo, no me quedé a pensar mucho en ello y me coloqué detrás de una chica rubia alta. Se veía muy fuerte, no hay duda de que debería estar aquí.

Echamos a andar, nos llevaron al segundo piso que es el de los dormitorios, a medida que íbamos avanzando nos iban dividiendo en grupos de tres para asignarnos una habitación. Nombraban a unas cuantas y seguíamos andando, mi habitación resultó ser la última y para mi suerte me tocó junto con las misma dos chicas de antes.

—Brianna, Becca y Tracy—dijo la mujer y señaló la habitación con una expresión que no supe descifrar—Por tener el mejor desempeño se les ha asignado esta habitación, adelante.

Dicho eso nos dejó solas, entramos a la habitación y a diferencia de las otras esta tenía una especie de lobby y un minibar, donde claramente no había otra bebida que no fuese agua o jugo. Había tres puertas que daban a cada una de las habitaciones, había un gran sofá en el centro de la habitación y una mesa con tres sillas, un baño completo en el fondo y una especie de televisor viejo.

—Me siento privilegiada—dijo Brianna.

—Ni que lo digas—coincidió la que supuse se llamaba Becca.

—No se emocionen tanto que lo único que querremos hacer al llegar aquí será encerrarnos ahí—señalé nuestras habitaciones—y tumbarnos en la cama por siempre.

Becca soltó un resoplido.

—Que pesimista—dijo mientras se tumbaba en el sofá—La verdad es que ni se porqué he quedado aquí, mis brazos son más flácidos que un espagueti.

—He visto como tirabas, tenías un tiro genial—aseguró Brianna.

—Lo dices porque no la has visto a ella—me señaló—Ha terminado ambas pruebas en tiempo récord.

Me acerqué a la barra donde estaban la vajilla y el mini refrigerador, abrí la puertita de éste y tomé un agua. No me apetecían halagos ahora, no es por modestia ni nada por el estilo solo que no me agrada recibirlos, no siempre son con buena intención.

—Como si fuese posible no haberse dado cuenta de eso—respondió la castaña—Debe de ser un honor compartir habitación con Tracy.

—¿Dónde aprendiste a moverte así, chica? Mira que si me toca competir contra ti en las pruebas yo misma me tiro al suelo—dijo con una risita nerviosa.

—Mi padre solía enseñarme algunas cosas además de que entrené desde pequeña—me encogí de hombros.

Se quedaron sin nada que decir por un momento y después ambas fueron a revisar sus habitaciones, las seguí y me desvié hasta la última, me gustan las habitaciones del fondo por alguna extraña razón. Al entrar no encontré algo interesante o digno de describir, sinceramente cumplió con mis expectativas, era una simple cama con sábanas grises y un pequeño armario con dos uniformes y dos pijamas.

La Guerra Eterna© #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora