LA VIEJA MUERTE

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Es la primavera más hermosa que se ha presenciado en la ciudad. Al igual que la más triste.

El hombre sonríe, una sonrisa sincera pero triste. Muy triste. Entre sus manos una bonita foto familiar de los tres. 

Su padre, como siempre, sale arreglando el cabello de su madre. Un hermoso pelo blanco que llega a la altura de sus hombros. Ella lo mira con total amor y adoración. Justo en medio sale él, cuando tomó el mando de la floristería, justo antes de que sus padres se retirasen y decidiesen pasar su último tiempo viajando por el mundo. Sin querer desperdiciar un segundo. 

Aparta la mirada cuando sus ojos grises se llenan de lágrimas. Pero, para sorpresa de todos y de él mismo, son lágrimas de alegría y no de pena. Recordando todos los recuerdos que han acumulado durante tantos años.

Su padre, Bastián, siempre le explicó el valor de la mortalidad. Fue totalmente transparente y sincero con él en todo momento. Sabe su historia, sabe de donde viene su amor y lo que conlleva ser el hijo de un Dios.

Sabe que Bastián sacrificó su inmortalidad, su poder, su lugar en el cielo, por amor. Por la tierna Zahira que siempre será una de las mejores personas que ha conocido en su vida. Y no lo dice porque fuese su madre...

Con cuidado deja la fotografía sobre la fría lápida. Con el nombre de los dos escritos, como siempre habían querido.

El sol brilla en el cielo y el césped es fresco y verde, algunas flores florecen poco más atrás y eso le hace sonreír. Recordándole a su madre y su eterno amor por ellas.

La mortalidad. Que palabra grande para un tiempo tan pequeño. Para preocuparse tanto por ella.

Idhún suspira antes de dar media vuelta para salir del cementerio. Revuelve su pelo, tan parecido al de su padre cuando tenía su edad, según Zahira.

Ahora le toca a él enfrentarse a su tiempo en la Tierra. Hacer todo lo que pretende con el regalo que es la vida.

Dando media vuelta camina hacia la calesa, donde un hombre espera junto a los caballos, con la mirada gacha como si sintiese el dolor de Idhún. Cuando llega a su lado prácticamente se lanza a sus brazos. Como un niño asustado a pesar de ser un hombre hecho y derecho de casi treinta años.

- Gracias por venir, Ismael.- Susurra el más joven tratando de contener de nuevo las lágrimas.- Se que estás muy ocupado ahí arriba como para ocuparte de traerme.

- Nunca lo suficientemente para mi sobrino favorito.- Sonríe con cariño el pequeño hombre, abriendo la puerta de madera del vehículo.

Idhún ríe, olvidándose por un segundo de todo lo triste que le acompañaba. Dispuesto a ver la vida con los ojos de su madre y el corazón de su padre.

- Tu único sobrino, en realidad.

Ambos ríen esta vez, y los caballos comienzan a andar sin prisa. Perdiéndose en un hermoso atardecer que señala el final de unas vidas, que predice el inicio de la suya.

Tan parecido, sin Idhún saberlo, a aquel otro tan importante en la vida de sus padres. Aquél de esa primera cita que iluminó sus corazones, con suficiente fuerza como para dudar una vida entera.

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FIN DE LA HISTORIA <3

Quería hacer un episodio especial de final y creo haberlo conseguido.

Muchas gracias por leer y espero que te haya gustado.

Por favor, acepto comentarios y críticas :)

Así duelen las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora