La trampa

83 12 12
                                    

—¡La quieres o no! No tengo que preguntar siquiera, ¿La viste no?
¡Maldición! Me había acostado con Elisa, ¿acostado...? la había desbaratado y con ganas a Elisa ¡A Elisa Lagan! Estoy convencido de que mi muerte realmente se aproxima o será que ¿le tengo que vender mi alma al diablo igual que Fausto? ¿Será que ella será la única que me dará la oportunidad de recuperar a Candy? la tomó del brazo y entro con ella nuevamente en aquella habitación.
Es una fresca, me mira y sonríe cuando se sienta en la cama cruzando las piernas.
—Necesito más información Elisa... ¿Como es eso de que Candy vivió con alguien que es tu... Tio, tío abuelo William? ¡Yo se muy bien con quien vivió Candy! Y no es ningún abuelo...—respondo tratando de no perder la paciencia, Elisa tiene una facilidad para confundirme pero, no caeré —Yo lo conozco, es Albert.
—Si, Terius Grandchester... —se burla —William Albert Ardlay. Albert, Tío abuelo William, bisabuelo William, patriarca de la familia Ardlay, parte de la nobleza ancestral de Escocia y padre adoptivo de Candy...

—¿Padre? —¡¿Que diablos habla esta mujer?! —me acerco y ella sigue sonriendo aparentando ser tan felina tan ...mujer, ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! Si Candy se entera... es mejor que, si, será mejor que comience a actuar...—Su padre... entonces no tengo nada de que preocuparme Elisa. ¡Yo conozco a Albert! Y es muy buena persona.

—Y la defiende... y la protege... y la llena de regalos... —comienza a contar con los dedos levantando el brazo acostándose de lleno en la cama con su cabellera que cae a los lados de la almohada — y, ¡dos Caballos traídos del fin del mundo!... y ahora, se la lleva de viaje a todo lugar donde él va a estar... Terry, yo no estoy interesada en ninguna relación amorosa pero, si fuera una relación amorosa como la que ellos llevan... ¡la quiero!
Maldita mujer...y maldito Albert. —¿que quieres que haga Elisa?—siseo— no puedo ni siquiera ofrecerle algo a Candy porque el Rey George V, ha solicitado encarecidamente me una en matrimonio concertado con Lady Caroline Loughborough, mi padre ha aceptado en mi nombre y eso que públicamente aún estoy comprometido con Susana, aparte... de que la pobre Susy está desahuciada a muy poco tiempo... ¿Me comprendes?

—¡Te propongo la solución a todas tus desgracias a cambio de dos cosas Terius! Y si te lo exijo así es porque sé que funcionará.

La expresión de seguridad en el los ojos marrones de Elisa, están logrando convencerme, ademas de que es la opción que necesito para matar dos pájaros de un tiro. Evitar la horca y, ya solo tendría que ver hacer realidad la muerte de Susana, mi libertad, ¿a cambio de que? —¿Que quieres Elisa?—pregunto a un milímetro de lanzarme sobre ella, la muy zorra ha levantado las piernas y las sostiene con las manos mientras juega con sus pies.
—¿Aceptarás?
—Primero dime que quieres...
—¿La horca o aceptas? Escoge...—se gira y el corsé hace que el busto parezca que explotará
—Acepto. —la odio.
—¡Pedirás mi mano!
—¡¿QUE?!
—No te exasperes, será temporal, tendremos un hermoso noviazgo... "envidiable" y —ahora se puso boca abajo —cuando todo se lo hayan creído y tengas acceso a formar parte de la familia, te meterás en la cama de Candy y así ella no podrá evitar el matrimonio... mi tiito no la querrá más y estará atado de manos... ¡De seguro la deshereda!
—¿¡Acaso me estás pidiendo que la viole?!
—Bueno, si quieres... pero creo que haría ruido.  drogarla... creo que es más fácil. ¡Hoy mismo hablaré con la tía abuela Elroy y... ¿Cuando muere Susana?
—Y yo creía que eras perversa... ¿Cuál es la segunda cosa que quieres?
—Tienes que hacer tu mejor actuación con el rey George V, y darle la solución a su problema.  Toda la nobleza sabe que su nombre real es Albert, y que el escándalo es por las cartas que le encontraron a Lady Caroline, pues... ¡dale a Albert! el tío abuelo William pertenece a una antigua dinastía de la aristocracia escocesa, está bajo la orden del rey de Inglaterra, deberá obedecer, la socialite australiana Lady Sheila Caroline Loughborough, tendrá esposo y, el Rey George V quedará con su honor intachable y... ¡seremos todos felices! —menos la maldita huérfana, pensó.

El plan que Elisa me había presentado era demasiado perfecto y muy bien elaborado, me recordó el tiempo en que ella mismo nos llevó a Candy y a mí en una trampa que cambió radicalmente nuestra vida, llevándome a todo lo que estoy pasando ahora, no fueron mis decisiones fue su trampa, ahora mismo si no fuera por eso Candy y yo hubiéramos terminado juntos el colegio, ella sería mía y yo sería feliz. Le intereso a Elisa, si, es muy coqueta y muy exquisita en la cama... Quizás es tiempo de darle la oportunidad de congraciarse conmigo y que de una vez por todas Candy, se aleje de esa familia del demonio y Elisa la deje en paz. Claro, junto a mí.
—Muévete —le digo.
—¿Adonde? —dice algo sorprendida por mi actitud...
—Tenemos que actuar bien nuestro compromiso... —digo mientras pongo el seguro de la puerta y me saco el antifaz— desnúdate.

La más bella Herejía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora