Capítulo 19.

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Al haber elegido la botella ideal y los puros correctos me puse en camino hacia la casa O'Kelly donde sabía que un batallón me esperaban, en ese recorrido nuevamente mi celular sonó anunciando un mensaje, esperando que sea Solana me encontré que era de Leslie.

Amigo, suerte hoy. Te irá muy bien, no estés nervioso y ya sabes cualquier cosa cuenta con nosotros.

Me sentía afortunado por los amigos que la vida me había dado, tan solo esperaba que los amigos de Cony me fueran a recibir de la misma manera. Me paré a un costado del camino, contesté el mensaje y nuevamente retomé el recorrido. Cuando fui entrando a la hermosa casa me encontré con una gran organización de mesas y futones fuera de la casa, Constanza había organizado un picnic extra grande.

Todo se veía increíble, debía concederle que podía organizar cosas como estas con mucha facilidad y que encima le quedaban hermosos. Al salir del auto me encontré con varias personas ya sentadas allí fuera en unos sillones de jardín, cuando me vieron dejaron de hablar y todos miraron para mi lado, de repente me sentí pequeño aunque eso cambió apenas la vi.

— ¡Frutillita! — exclamé al verla plantarse frente a mi con una gran sonrisa en su rostro y unos ojos soñadores con ilusión en su interior.

Se veía tan hermosa ese día, la verdad es que se veía radiante. Ella saltó en mis brazos y besando mis labios con ímpetu luego se alejó unos centímetros para hablarme en un susurro.

— Hoy hueles exquisito y te ves tan sexy como siempre. Ven, quisiera tenerte solo para mi pero todos están ansiosos de verte.

— Espera — digo sosteniéndola un rato más pegada a mí — Esto se ve increíble, no puedo creerlo que lo hayas hecho todo tú sola.

— Me ayudaron, tenemos a otra obsesionada en el grupo además de que es especialista en llevar la batuta. Así que entre las dos logramos esto. Gracias por apreciarlo.

— ¿Cómo no? Me doy cuenta que le pusieron mucho empeño.

Se veía aún más feliz con mis palabras que nuevamente se puso en puntas y me besó. Un beso corto pero cargado de sentimientos. Luego tomados de las manos fuimos hasta donde se encontraban los demás reunidos donde ya nos veían con sonrisitas en sus rostros mientras susurraban entre ellos.

— Buenos días — saludo viendo como todos se ponen en pie para saludar — Muchas gracias por la invitación, les traigo un pequeño presente para todos espero que los podamos disfrutar por la tarde.

Entrego la bolsa con los presentes a los dueños de la casa que bastante entusiasmados me recibieron, me dieron la bienvenida y a pesar de que ya nos habían presentado nuevamente se tomaron las molestias de decirme cada uno sus nombres. Me invitaron a sentarme con ellos y entonces con todos preguntando con emoción que había dentro de la bolsa Alejo la abrió.

— Oh esto es increíble. — dijo Alejo sacando la caja de puros, sacó uno de ellos para olerlos y quedó fascinado — De los mejores que he olido ¿Cómo supiste que nos gustaban?

— Bueno tuve ayuda — dije mirando a Constanza que sonreía orgullosa.

— Y luego ¿Qué tenemos aquí? — continuó Alejo sacando lo que sobró dentro de la bolsa. Cuando mostró la botella de whiskey todos vitorearon de felicidad al verlo y las mujeres del grupo fueron las más emocionadas ya estaban esperando con ansias la hora después del almuerzo. — Creo que gracias a esto has logrado conquistar a todas nuestras mujeres sin esfuerzo.

— También tuve ayuda con esto, espero que lo podamos disfrutar. El whiskey me fue recomendado por un amigo y colega quien me había dicho lo bueno que es, cuando lo probé lo comprobé y desde entonces es uno de mis favoritos.

— Un gusto exquisito. — dijo Arami sonriente — Lamentablemente no podré degustarlo pero ya tendré oportunidad más adelante, el pequeño Israel es mi centro del universo en estos momentos.

— No te preocupes linda, te compraré uno cuando ya no estés amamantando. — le dice Alejo acercándose a ella para darle un beso fugaz.

El mediodía pasó de lo más tranquilo pero sumamente divertido, los amigos de Constanza eran unas buenas personas con un humor increíble que lograban alegrar hasta al más amargado. Estuvieron muy curiosos por mi trabajo y cuando les platiqué un poco se quedaron asombrados, también conversamos un poco acerca de la empresa que tenía la familia O'Kelly y que en esos momentos lo estaban gerenciando Sheryl, quien era la asistente de Alejo y Andrés Casablanca, novio y además uno de los socios ejecutivos de Alejo.

Estaba impresionado por el tiempo que demandaba sus trabajos pero como a pesar de todo lograban estar todos reunidos para una ocasión tan importante para ellos, incluso uno de ellos tuvo que venir desde la vieja Italia para poder reunirse todo el grupo. Más fue mi sorpresa cuando me contaron la historia de Alejo y Arami y como luego de 10 años volvieron a reencontrarse aquí y luego días después tuvieron que volver a su país de origen para ver a sus amigos casarse. Una historia de lo más romántico.

Tras muchas historias me pude dar cuenta de como estaban todos muy pendientes de las ideas que podría yo tener con respecto a nuestro futuro como pareja, entonces sin más no me quedó de otra que decirles que en realidad era la persona más testaruda porque si no hubiera sido por su testarudez ya le hubiese regalado una cabaña en la playa donde tranquilamente podría ser nuestro nidito de amor.

— ¡Vaya lo tenías bien oculto Constanza Meyer! — dijo Sheryl cruzada de brazos mirándola muy seria — Habías olvidado mencionarlo, no te parece.

— Joaquín... Ya te había dicho que era muy apresurado.

— Si, pero también te había dicho que no debía de ser algo que comprometiera el que estemos juntos si o si. Es un regalo que quiero hacerte y para que lo disfrutes siempre que necesites escapar de la ciudad.

— ¡Wow! Si no lo quieres tú, lo quiero yo — dijo Anabelle logrando que todos se rieran en ese momento, colocándola a Constanza en una posición un poco difícil y entonces me arrepentí de haberlo mencionado.

— Lo siento — susurré en el oído a Cony tratando compensar mi estupidez.

— No te preocupes, creo que después de esto no me quedará de otra que aceptarlo. Pero te advierto, no habrá devolución.

— Jamás te lo pediría. — dije besando su cabeza y siguiendo con la conversación con los demás.

El día hasta el momento había sido de lo más divertido, unas personas geniales con quien compartir y divertirse jamás me había sentido tan a gusto como con ellos. Hacia tanto tiempo que no compartía un almuerzo en un entorno familiar, a veces en situaciones como estas es cuando extrañaba a mi familia pero luego recuerdo todo lo que mi madre ha hecho y todo eso nuevamente desaparece. Si tan solo no hubiera sido tan estúpido en casarme con una mujer como Solana, debí escuchar a mis amigos cuando me lo advirtieron. 

7 De JulioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora