XVIII

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[...]

Años atrás ...

El clima cálido del día adornaba el ambiente mientras el humo de un cigarrillo encendido salía por su boca, en soledad el argentino se mantenía recargándose en el barandal de uno de los balcones de su lugar de trabajo, pues fumar dentro de las instalaciones estaba terminantemente prohibido, por lo que escapar de su estrés tendría que ser a las afueras.

Pronto unas manos se posaron en sus hombros tomándolo por sorpresa, manos delicadas que no pertenecían a nadie mas ni nadie menos que a uno de sus medio hermanos sanguíneos. México, sonrió al ver que lo había sorprendido pues su objetivo era asustarlo.

___ ¿Qué haces aquí tan solo rubiecito? ___ interrogo el tricolor.

__ solo fumando algo ... no me gusta cuando me llamas así ___ dijo ___ me dan ganas de molerte a piñas __ advirtió de manera agresiva.

Argentina no toleraba a sus medio hermanos, eso era algo conocido, aun así, podía llegar a entablar relaciones de amistad con algunos de ellos y hasta podía quererlos por aquello que los relacionaba. Pero muchas veces estos le recordaban el porqué de su desprecio y mas aun cuando uno de los causantes llegaba a nombrar algo con referencia a su pasado siendo parte de la familia española.

__ tranquilo, tranquilo ... no es para tanto solo es una palabrita __ dijo con una sonrisa molesta alejando sus manos del argentino.

___ mira quien lo dice ...

Vagos recuerdos volvieron a ellos, sabían muy bien que el pasado lo tenían tatuado en la piel de mil maneras distintas y más el albiceleste, quien nunca fue querido por su propia familia y el desprecio de España fue aún peor para el cuándo se enteró por el mismo México que él había tenido dos bebes, siendo aun adolescente.

Un omega abandonado a su suerte no tenía mayor destino que el ser rechazado por su familia una vez dejaba de ser puro para contraer matrimonio

El mexicano se aproximó al balcón mirando hacia debajo, sus orbes evitaron volver a mirar a Argentina quien siguió con lo suyo ignorando su presencia nuevamente. Pronto sus ojos se encontraron con una figura conocidas por todos, USA estaba en uno de los bancos exteriores tomando un respiro de la reunión de dentro del edificio, sentado con su traje negro tan elegante y que resultaba su piel y figura tan buenas sin más.

Era un tipo de en sueños, el cuerpo de un hombre y los ojos de un cachorro

Era de público conocimiento el interés que el latino tenía por él, incluso después de tantas disputas entre sus pueblos, ellos no eran sus pueblos por completo, ellos tenían el libre albedrio de pensar en no ser responsables o serlo, y México era uno de los que no echaba las culpas de los hombres terrenales a los hombres representantes.

El Albiceleste volteo a mirar al tricolor una vez termino con su cigarrillo, miro exactamente a donde este miraba, notando ese interés extraño que no le causaba mas que aburrimiento de ver una historia y un narrador tan lentos a declararse algo. Así se fue del balcón recorriendo los pasillos con paso lento, los tacos de sus zapatos resonaban de una manera casi exagerada mientras se movía, notándose como la gente se volteaba a mirarlo por el sonido.

Una sonrisa se formo en su rostro cuando se encontró con un ramo de rosas posando en un jarrón, no podía evitar pensar en su padre adoptivo y adorar volver a ver algo característico de él, casi como una señal de que algo bueno vendría, quizás algo que calmase su situación tan apretada por las deudas que comenzaban a crecer de la nada. La gente lo miro como si estuviera loco por ponerse a sonreír como tonto mientras olía los pétalos de tan hermosas flores rojas como la sangre, acariciando con las yemas de sus dedos las hojas que le provocaban cosquillas.

___ ¿te gustan esas flores? ___ pregunto __ son muy bonitas ... ¿no crees?

El argentino se volteó encontrándose con esos grandes ojos de cachorro, de un color celeste muy bonito:

___ son preciosas __ le dijo regalándole a la vez una sonrisa. Allí estaba el estadounidense con él, agachándose un poco con sus manos por detrás para poder conectar miradas con él.

___ me alegra que te gusten ___ menciono, mientras extendía una de sus manos al lorero sacando uno de los tallos con una flor y entregándoselo en sus manos.

___ ¿Qué estas planeando hacerme mi señor? ___ dijo con gracia e ironía cuando vio que le extendía aquella flor para que la tomara.

___ ¿planear? ... absolutamente nada __ guiño uno de sus ojos haciendo reír a Argentina.

__ espero que su esposa no tenga objeciones a estas insinuaciones a mi persona ___

___ no hay esposa ... pero hay un anillo esperando un dedo ... si me entiende ___ Argentina volvió a reír, no podía creer que aquellas palabras salieran de un rostro tan inocente como lo era el de USA.

___ Pará ... vas a convencerme sin siquiera preguntarme ___ la sonrisa de su rostro comenzaba a doler y era que no podía más de la vergüenza, coquetearle así no era algo muy común.

___ ojalá hacerlo ... veo que no faltarían sonrisas en mis días contigo como mío

___ eso sería imposible mi señor ___ respondió

___ ¿Por qué?

___ yo ya tengo muchos hijos como para casarme ___ menciono mientras le devolvía la rosa ___ y las reglas son las reglas.

USA suspiro sin despegar su mirada de el, bloqueo los ojos por un momento recordado esas arcaicas reglas que su especie tenía en relación con los humanos, era tan molesto aún más cuando el omega que le gustaba las tenias bien internalizadas.

___ antes era impensable que un esclavo dejara de ser propiedad y ahora los humanos tienen que tratarlos como iguales ___ menciono de manera despectiva ___ solo esperar unos años más será suficiente como para que mas reglas para nosotros cambien también.

El norteamericano rechazo volver a tomar la flor y en su lugar tomo la muñeca extendida del albiceleste introduciendo sus dedos bajo sus mangas a modo de provocación. sus ojos de cachorro de la nada se volvieron muy atractivos y aunque trataba de negarse era imposible ir en contra de la corriente tan envolvente que lo volvieron prisionero.

___ que cruel es el tiempo ... me estas enamorando.

Príncipe - RusargDonde viven las historias. Descúbrelo ahora