HARRY.
Un mes, un punto mes donde no me podía acercar a ella. Era agobiante solo verla de lejos sin poder acercarme más de lo necesario.
Porque si, mi hermano se estaba metiendo. Y no podía con eso. Cada vez que me veía cerca de ella, llegaba y tiraba de mi brazo alejándome.
Ella lo había notado, lo sabía. Y cada vez que veía junto a mi hermano, su sonrisa se borraba.
Tanto me había costado hablarle para después volver alejarme de ella.
Las únicas veces que me podía acercar a ella sin que mi hermano estuviera era en la clase que compartíamos. En esa clase me sentaba junto a ella, pero igual no le hablaba. No quería ser grosero con sólo hablarle ahí y no en el resto de la escuela o del día.
Antes de entrar en la cafetería la vi en su casillero metiendo un nuevo libro en su mochila y sacar un toper rojo. Estuve dispuesto acercarme.
Corrí detrás de ella cuando la vi alejarse pero me detuvo la voz de mi hermano.
—Harry, vamos.
Ella se giro a verme, y está vez se volteo sin mas. No me sonrió, no se detuvo a preguntarme con sus ojos porque no me acercaba.
—Cuanto te odio —le dije a mi hermano.
—Me lo agradecerá un día hermano.
—Jamás. Apártate almenos.
Camine hacia el jardín, no tenía ganas de estar con él, ni en un lugar donde ella estaria tan cerca y lejos a la vez.
Y antes de poder salir al jardín los altavoces sonaron con la voz de nuestra directora.
—Alumnos y alumnas, al concluir el descanso favor de ir a las canchas de basquetbol. Les tenemos una sorpresa.
Mire la hora en el reloj colgado sobre la puerta. Faltaban veinte minutos.
Salí aún así y fui al mismo lugar donde nos hablamos por primera vez. Me senté recargado en el árbol y saqué mi teléfono buscando el nombre del libro que tenía.
Era nuevo, esta vez ya iba siete libros diferentes. Y yo no podía con más. Apenas iba leyendo cuatro y ya había agregado otro más.
Este mes se estaba concentrando mucho en leer. Cuando lo encontré lo descargue y seguí leyendo el que había dejado pendiente.
Cuando el timbre sonó me levante y camine a paso lento hacia las canchas. Cuando llegué la mayoría de lugares estaban ocupados. Me detuve en la cuarta hilera y cuando me di cuenta ella estaba a mi lado.
Sonreí sin poder evitarlo. Mire al frente mío y mi hermano me miraba enojado. Le mostré el dedo medio.
Se dispuso a levantarse pero la directora apareció y se detuvo.
—Hola —dije.
Ella se giro a verle. Su sorpresa era grande, sin embargo me dio una mirada recelosa.
—Valla, si hablas.
—¿Como estas?
—Bien.
—Ok, chicos atención —le presto atención a la directora y yo me moría por que me mirara—, el día de ayer, recibí un correo de una universidad ofreciendo un concurso.
—¿Estas molesta? —le pregunté acercándome a su oído.
—No, pon atención.
—Quieres ir...
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Un amor salido del libro
RomanceElla, era lectora. Cada vez la veías en los pasillos de la preparatoria estaba metida entre las palabras y hojas de un libro. Ella, soñaba con tener un amor como en los libros, un amor que fuera digno de escribir. Un amor, que la hiciera sentir como...