Capítulo 16. No puedo alejarme.

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VICTORIA.

Baje las escaleras mientras terminaba de ponerme la diadema. Me detuve en el espejo al lado de la escaleras y escuche mi teléfono sonar seguida del timbre.

Me aleje del espejo y pase mi mano por mi falda y abrí la puerta.

—Harry, ¿Qué haces aquí?

—Buenos días a ti también.

Me dio un casto beso en los labios y lo deje pasar.

—Bonita falda.

Me gire y lo vi mírame con lujuriar en los ojos.

—Harry, mis padres están en casa. Y no has contestado mi pregunta, ¿Qué haces aquí? Creí que nos veríamos en la parada del bus.

—Si, pero considere qué era mejor venir hasta aquí.

Sonreí y tome su mano para ir a la cocina.

En cuanto entramos mi papá estaba con la laptop en la mesa y dejo de mirarla para alzar una ceja y mirar mal a Harry.

—Buenos días señor Adam.

—Tan temprano estas por aquí Harry. Que sorpresa.

Mi padre cerro la laptop y bebió de su tasa de café.

—Papá, solo veníamos por mi almuerzo, ya nos vamos a la escuela.

Camine a la alacena y tome los dos panes tostados y los metí en mi toper junto con la ensalada y ahora mi jugo de naranja en la botella.

—Nos vemos más tarde.

Le di un beso en la mejilla a mi padre y me aproxime a Harry qué seguía siendo observado por mi padre.

—Hasta luego señor Adam.

Salimos de la casa y me eche a reír cuando Harry dejo caer sus hombros.

—Tu papá me da miedo. Me agrada más el otro.

—Si claro, solo porque no te mira mal.

—Es más llevadero qué el suegro que me mata con la mirada.

Harry tomo mi mochila y yo metí el desayuno en ella. Después se la colgó en su hombro y tomó mi mano.

Caminamos hacia la parada y nos sentamos esperando.

—No es mi primera vez en bus pero me siento nervioso.

—Tranquilo. Esperemos que los primeros asientos estén disponibles.

No pasaron ni cinco minutos cuando el bus llego y me subí.

—Hola Josh.

—Señorita lectora, cuanto tiempo. Y veo que traes a un amigo.

—Novio.

—Oh perdón, novio.

Sonreí sintiendo aun así ese vació cuando el decía eso. Si, quizá para el ya éramos novios pero...

Eres lectora y has leído muchas escenas donde le proponen ser novios de una forma romántica y simple.

Exacto.

Por fortuna los primeros asientos estaban vacíos.

—Siéntate —dije dejando que se pasará primero.

—No quieres la ventana.

—No, prefiero el pasillo.

Se paso a la ventana y yo me senté del lado del pasillo. Me sonrió y tomó mi mano.

Un amor salido del libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora