Un amor salido del libro

Capítulo 7. Un desayuno poco común.

VICTORIA.

Me estiró en la cama moviéndome para volver acomodarme. Esta cama se sentía tan bien. ¿Desde cuanto mi cama se siente así de bien?. Era suave, calentita y tenía el olor a un perfume que... Espera.

Abrí los ojos de golpe y me levante sentándome en la cama.

Mire a mi alrededor.

No estoy en mi cuarto. No estoy en mi casa. ¿Qué?

Pero ese olor... Ese... Yo lo he...

Escuche el sonido de la regadera en el cuarto que estaba frente a la cama. Me mire de pies a cabeza. Esta no es mi ropa...

Me asuste cuando la regadera dejó de hacer ruido.

No, no, no. ¿Qué hice anoche?

—Dónde está mi teléfono.

Me levante de la cama y un mareo hizo que me agarrara de la pared. Dios. ¿Tomé anoche?

Escuche la puerta abrirse y corrí al otro lado. Me quedé detrás de ella cuando se abrió por completo y agarre una almohada tirada en el suelo. En cuanto salió la persona se quedó mirando la cama.

—Donde...

Entonces brinque sobre el. Me quedé en su espalda y le empecé a pegar con la almohada.

—Eres un maldito pervertido, mira que aprovecharte de alguien ebrio, eres un...

—Victoria cálmate.

—No tu... Maldito como te llames eres un...

En un movimiento me tiro sobre la cama y quede de espaldas a él. cuando intente voltear me tomo de mis brazos y me inmovilizo.

—¡Suéltame! Eres un...

—Victoria, soy Harry.

Deje de moverme. ¿Qué dijo?

Lo mire de reojo y él se inclino mirándome con una sonrisa. Me soltó y me gire dándole una cachetada que lo hizo retroceder.

—¡Te aprovechaste de mi! Eres un...

—Hey, no espera.

Esquivo lo que aventaba.

—Eres un pervertido. Creí que eras diferente. Maldito. Grosero. Imbécil. Tonto.

—Vic, ya.

Me tomó de mis brazos haciendo que lo mirara cuando me quede sin algo que aventarle.

—No te hice nada.

—Entonces porque estoy aquí, sin mi ropa y con tu ropa puesta.

—Acaso te gusta dormir con vómito en tu ropa.

—Eres un... Espera ¿vómito?

—Si, anoche estabas demasiado ebria, te trate a mi casa y vomitaste en el auto y en el camino.

—¿Tu... Tu me quitaste la ropa?

—Si, no te hice nada, no te toque.

El flashback de lo que pasó anoche llegó a mi mente como una mini película. Una donde mis mejillas se pusieron coloradas y me sentí avergonzada. Me senté en la cama rendida. Que hice anoche, carajo.

—Yo... Lo siento es que... Creí que... Anoche solo recuerdo que.. El tipo...

Dije asustada.

—No te hizo nada. Llegué a tiempo.

Lo mire con agradecimiento.

Reaccione después de un largo rato mirando el suelo, lo vi de arriba abajo estaba desnudo, solo con la toalla amarrada a su cintura. Su abdomen marcado, sus hombros anchos, sus brazos que con cada flexión que hacia se viera el trabajo duro en el Gym. Carajo tenia cuerpo de dios griego.