VICTORIA.
Di un sorbo a mi café y lo volví a dejar a mi lado mientras pasaba página al libro que tenia en mi mano. Cruce mi pierna y solté un suspiro.
Me tomo en sus brazos y me alzó dándome un beso mientras las luces nos iluminaban de rosa. Cuando me bajó y mis pies tocaron el suelo todos saltaron a felicitarnos.
Deje de leer cuando el libro desapareció de mis manos.
Pasee la mirada asustada hasta que vi a Harry, detrás de mi sosteniendo el libro.
—Ayer traías otro libro.
—Lo termine —dije sin molestarme en levantarme.
—Ibas ala mitad del otro. Como es posible que lo acabas en una noche.
—No dudes de mi capacidad para leer.
Tomé mi mochila y mi café antes de levantarme y darle la vuelta a la banca y ponerme frente a él.
—¿Ya saliste?
—Algo así. Ya no debo nada con la gruñona de Martha así que me salí en cuanto me dio mi calificación.
—Sacaste diez.
—Ocho.
—Muy bien, te felicito.
—Gracias. Y tu, ¿ya saliste?
—Tengo dos horas libres.
Tenía el separador de hojas en mi mano, el lo tomo y cerró el libro después de ponerlo.
—Dame —dije estirando la mano.
—Aquí de verdad.
Tomo mi mano y me atrajo a él sujetando me de la cintura enviando un escalofrío por todo mi cuerpo y me arrincono al árbol qué estaba cerca.
—No. Dame el libro.
—No. Necesito memorizar el tirulo para leerlo.
—Sigues leyendo los libros.
Después de que me confesó que leía cada libro que yo leía para poder tener una conversación conmigo desde el primer día... Mi corazón latía fuerza con solo recordarlo. Y me encantaba saber que lo hacía. Y hasta había reducido mi velocidad para que el tuviera tiempo de leer todos los libros.
—Pues claro. No me perdería de ninguno. Pero debes ir más lento, ya me retrase por tres libros.
Sonreí como tonta y estire mi mano para tomar el libro. Pero me esquivo y lo alejo.
—Un beso.
—No, dame el libro.
—No, sin beso no hay libro.
Me reí cuando alejo el libro más a la hora de querer tomarlo. La altura lo ayudaba, era mucho más alto que yo.
—Harry.
Lo puso sobre su cabeza y salte para tomarlo. Intente tres veces antes de que el se inclinara y sellara nuestros labios en un beso corto.
Mis mejillas se sonrojaron. No importaba si ya lo besaba de manera provocadora, con doble intenciones oh de manera inocente y gentil, siempre mis mejillas se ponían de color carmín y yo me ponía nerviosa.
—Dámelo.
—Me encanta verte sonrojada, mi lectora.
—Cállate.
Volví a tratar de tomar el libro cuando lo había bajado pero solo conseguí qué me tomará de la cintura y esta vez besarme con más ganas.
Sin poder evitarlo y por inercia pase mis brazos a su cuello y el me alzó. Enrede mis piernas en su cintura.
Cuando me dejo de besar me sonrió y me dio un beso en la mejilla.
—Me encantas.
Trate de ocultar mi sonrojo y me baje de sus brazos. Me dio el libro y me volvió a besar la mejilla.
—Ven. Quiero llevarte a un lugar.
—¿A donde? —hable guardando lo libro en mi mochila.
—¿Tienes problemas si te vas antes de tiempo de la escuela?
—No.
—¿Segura?
—Si.
—Bien. Vamos.
Me quito la mochila y se la colgó, tomó mi mano y caminamos hacia la salida.
Guardo las mochilas en la moto y me dio mi casco antes de subirse y ayudarme. Arrancó y me sujete a su torso.
Cuando llegamos me quede mirando la tienda frente a mi.
Me quite el casco y lo mire sin entender.
—¿Qué hacemos en una librería?
—Ven.
Me ayudo a bajar y agarro ambos cascos amarrándolo a la moto. Me tomo de la mano y justo al pasar la puerta el olor a café, rosas y al exquisito olor a libro nuevo inundó mi nariz. Respire hondo disfrutando de ese olor qué me encantaba.
Sentí el aliento de Harry en mi cuello y con voz ronca hablo:
—Escoge el libro que quieras, yo invito.
Lo mire sin poder creerlo. Abrí mi boca en una gran O.
¿Escuche bien?... Carajo. Mi corazón latió con fuerza, mis sentimientos se volvieron locos y esa mariposas en el estómago revolotearon con fuerza.
Muy bien dicen que si quieres conquistar a una lectora, debes llevarla a una librería.
Y este hombre a mi lado... Si antes me tenía, ahora me acabo de lanzar sin paracaídas hacia el mar de emociones y sentimientos que había creado.
—Vamos. Yo seré tu sirviente este día.
Soltó mi mano y tomó una canasta de al lado y me jalo para empezar a caminar. No podía creerlo así que me costo volver a tomar las riendas de mis cinco sentidos.
—¿Este no querías leerlo? —Harry me mostró un libro.
La portada era un azul muy oscuro, con una chica mirando hacia atrás y un chico de espaldas a ella alejándose. El amor que no tuve.
—Si, pero es una saga.
—Bien, llevemos todos.
Abrí mis ojos como platos y negué.
—No, son cinco libros.
Vi como buscaba la saga completa y cuando vio los otros cuatro los metió en la canasta.
—Bueno, ya con esos, vámonos.
—¿No esté también querías?
Basta, porque una vez que empiezo, no paro.
Cuatro horas. Cuatro horas metidos en la tienda buscando libros. Cuatro horas para que tuviéramos qué usar otra canasta.
No por favor, Dios dime que esto no es real. Bueno, si quiero que sea real, pero no.
Cuando salimos de la tienda me sentía apenada. Tengo que admitir que cuatro libros eran de el...
Si, busca escusas para no sentirte mal.
Cállate.
La mayoría eran por el, solo yo asentía con pena. Porque si, el sabia los libros que yo quería, qué tenía ilusión de leer y al final el fue quien los tomaba y los metía a la canasta. Solo dos escogí yo de tomarlos y meterlos a la canasta, la mayoría era porque le me decía y yo... Y yo de abusiva decía que si.
—Hey, bonita, tranquila.
—Hice qué pagarás... Mucho dinero.
—Y eso que.
—Qué no...
—Hey, mírame —me tomo de mis mejillas y cuando sus ojos se cruzaron con los míos, ese brillo qué me encantaba ver en ellos apareció de nuevo—, no importa. Déjalo. Ven vamos a comer algo.
—Te pagaré todo —dije.
—No. Esto lo hice para ti.
—No, es que es...
—Hey, ya —me dio un beso solo presionando sus labios con los míos—. Aceptaré qué me pagues, si son besos cada vez que nos veamos.
—Pero Harry...
—Ven, vamos a comer.
Me puso el casco evitando qué siguiera hablando. Nos subimos a la moto y seguía sintiendo esa sensación de haberme aprovechado. Solo de recordar el total de todo... Hay no.
Sentí un apretón en mi muslo y luego una caricia. Quería hacerme saber que no pasaba nada.
Cuando llegamos al centro comercial porque quería comer algo rápido. En cuanto era hora de pagar la orden yo me adelante.
—Yo pago.
Entregue la tarjeta y el me miró cansado.
—Ya gastan te mucho. Almenos déjame pagar la comida.
—Bueno.
Se puso detrás de mi y me abrazo.
En cuanto nos sentamos a comer y pasee la mirada por el lugar distinguí aquella cabellera con ahora rayos azules en el cabello claro de mi amiga.
—Esos no son los mellizos —me dijo Harry.
—Creo que si. Espera.
Saque mi teléfono y Harry agarro un pedazo de pollo dándomelo en la boca. Luego se comió uno el.
Llame a mi amiga y la vi contestar.
—Hola Niña.
—¿Donde estas? —pregunté.
—En el centro comercial qué está cerca de la feria. ¿Y tu?
—Detrás de ti.
En cuanto dije eso miro a su alrededor y en segundos me encontró. Saludo de lejos y colgó el teléfono.
Le dijo a su hermano y ambos se arrimaron con nosotros.
—Qué sorpresa. Creí que te habías ido a tu casa.
—No, Harry me llevo a... —entonces recordé como me aproveche de el en la librería.
—La lleve a la librería de aquí cerca.
—Huy, acabas de tener puntos extra. Podemos sentarnos.
—Adelante.
Cuando los mellizos fueron por su comida se quedaron con nosotros y ellos con Harry no paraban de hablar yo... Yo seguía con la pena latente en mi cabeza.
Si, sobre pienso, no es mi culpa.
Cuando acompañe a Fer al baño me quede parada recargada en el lavabo mirando como se retocaba el labial.
—Paso algo entre ustedes.
—¿Qué? No.
—Estas muy callada. Adivinare, se paso la cuenta.
—Algo así...
—¿Cuanto?
—No revelare eso... Me da pena de solo pensarlo.
—Ya deja de pensar en eso. —se giro a mi y me acerco poniéndome labial— Ya paso, además el se ve súper feliz. No querías que un día te pasara eso.
—Pues si pero...
—Hey, no hables, estoy pidiendo labial —me interrumpió.
—Escucha, ya pago... lo que haya pagado. Ahora disfruta el día. El no se quejo, y por lo que escuche el puso la mayoría de los libros.
No conteste, cuando dejó de ponerme labial me hizo mirarme en el espejo.
—Piensa que no todos hacen eso por otros. Y menos por una lectora tan hermosa como tu. Se nota que te quería consentir, y que sabe muy bien tus gustos.
Sonreí a medias. Ya no quedaba porque lamentarme ¿no?
Me encanta hablar con mi Fer, tenía ese talento para hacerme sentir bien en cualquier circunstancia. Me daba ánimos y sobre todo me hacia sentir única.
—Mejor, para distraer esa mente vengan con nosotros. Íbamos al karaoke, Ya que este fin no fuimos, vamos hoy.
—Bueno.
(...)
Alce las manos escuchando la música a mi alrededor.
Fer y Fran cantaban como niños tratando de ganar un concurso al mismo tiempo que en la pantalla frente a nosotros mostraba la canción.
—¡Ah! Amo esta canción.
Me reí cuando la música cambio. Y Fer asalto de alegría mientras Fran alzaba las manos.
—Vamos, Vic.
Fer tomo mi mano y me levanto. Me ofreció el micrófono y cantamos juntas.
—Summer after high school, When we first met, We make up in your, Mustang to Radiohead And on my 18th Birthday, We got that chain tattoos
—Vamos chicas —Fran me dio su micrófono y yo lo tome acompañando a mi amiga.
No me importaba que me escucharan cantar, no era la primera vez que venía con los mellizos, si era la primera vez con Harry, pero no me daba vergüenza. Había llegado a tenerle una confianza que me daba miedo. Sabía que cantaba mal, estaba demasiado desafinada, pero no me importaba.
—And in another life, I would be your girl, We keep for our promise, Be us against the world
Mi amiga se hizo la dolida y solo me reí cuando se toco el pecho.
Me daba risa como la cantábamos con tanto sentimiento sin estar así de tristes. Hay que empezar a normalizar cantar las canciones dolidas sin estar dolidos.
—In another life, I would make you stay, So I don't have to say, You were the one that got away, The one that got away.
Nos abrazamos y escuchamos los aplausos de los chicos detrás de nosotras.
—Huy, como adoro esa canción.
—Se noto hermanita. Como que otra vez hace hambre ¿no?
—Te diría que eres un comelón pero... Yo también quiero.
Fer se levantó y pulso el botón para llamar y pedir comida.
Fran se acercó a su hermana y empezaron a pelear con que iban a pedir.
Mientras yo solo mire la pantalla en pausa y luego a Harry qué me miraba.
—¿Qué pasa? Ya te aburriste.
—No, es divertido estar aquí.
—Entonces porque me miras así.
—No lo se... Quizá porque estas hermosa y me gusta mirarte.
Mis mejillas se pusieron de un color rojo intenso y tuve que apartar la mirada.
Sentí como se acercaba a mi lado y me hacia mirarlo.
—Me encanta verte así.
—Ya lo se... Y mas si tu lo provocas.
—Hey no, nada de besos aquí.
Fer se puso entre los dos y nos separó.
—Nada de cursilerías aquí. En este momento son novios pero amigos. Así que...
—Ah Harry le falta cantar —dijo Fran tomando el control de la tele y buscar otra canción.
—Cierto, no has cantado tu. Te toca.
—No se cantar.
—Tampoco nosotros y aquí estamos. Vamos.
Fran busco y busco y cuando Fer le dio el micrófono a Harry grito.
—Aahh esta canción de español es la mejor. Harry sabes el asentó español.
—Algo.
—Bien, corre. Te gusta esta.
Colgando en tus manos.
Leí el título.
Oh vamos.
—Siii y es de dúo, vas Vic.
Me dieron el otro micrófono.
—Vamos chicos, Vic tu si te la sabes, Harry... Bueno te perdonamos si te equivocas.
Lo mire, se la sabia. Ese sonrojo apenas en sus mejillas me indicaba qué si se la sabia. Oh almenos la había escuchado.
—Comida.
—Oh, esperen.
Los mellizos se pararon para tomar la comida y yo solo me quede mirando la pantalla.
Cómo es posible que hace rato podía cantar a todo pulmón una canción, pero ahora estaba súper nerviosa. Ya me había escuchado cantar.
—Ponle play.
La música empezó a sonar, y... Que puede pasar.
—Quizá no fue coincidencia encontrarme contigo —empezó el.
—Tal vez esto lo hizo el destino.
—Quiero dormirme de nuevo en tu pecho.
—Y después me despierten tus besos.
Ambos nos miramos mientras cantábamos, y debía admitir que esa sensación que aparecía cada vez que estaba con el, se intensificó. Creció.
—Tu sexto sentido sueña conmigo.
—Sé que pronto estaremos unidos.
—Esa sonrisa traviesa que vive conmigo.
—Sé que pronto estaré en tu camino
Me tomo de la mano y me hizo dar una vuelta. Me deje llevar cuando me abrazo por detrás y luego me alejo de el sin soltar mi mano.
—Sabes que estoy colgando en tus manos.
—Así que no me dejes caer.
—Sabes que estoy colgando en tus manos.
Vi a los mellizos mover sus manos de un lado a otro mientras con su flask de los teléfonos hacían como si fueran luces del concierto moviéndolas.
Harry me acerco a él y quedamos de frente, mire hacia arriba para poder ver sus ojos. Esos ojos que me hipnotizaron desde que los vi. Se acercó lo suficiente para poder sentir su respiración.
Mi corazón no podía dejar de latir como loco, mis labios ansiaba un beso suyo y mi cuerpo me pedía que estuviera más cerca de el.
—Lo quiero todo, verte y tus labios, tu cariño no prohibido.
Sus ojos brillaron y quise retratar los para siempre.
—Te envío poemas de mi puño y letra.
—Te envío canciones de 4 40.
—Te envío las fotos cenando en Marbella.
—Y cuando estuvimos por Venezuela.
—Y así, así me recuerdes y tengas presente.
—Que mi corazón esta colgando en tus manos.
Entonces sentí sus labios sobre los míos. Ya le había dado mi corazón, y estaba ya en sus manos, ya dependía de el, si lo cuidaba, oh lo maltrataba.
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Un amor salido del libro
RomanceElla, era lectora. Cada vez la veías en los pasillos de la preparatoria estaba metida entre las palabras y hojas de un libro. Ella, soñaba con tener un amor como en los libros, un amor que fuera digno de escribir. Un amor, que la hiciera sentir como...