VICTORIA.
Mire el mar con la luna a medio salir sobre el. El sonido de las olas chocando con la orilla de la calle era simplemente lo más relajante qué he podido escuchar.
Respire profundo disfrutando del aire y de la leve briza. Cerré mis ojos disfrutando del momento.
Escuche que abrían la puerta de la terraza, no abrí mis ojos, sabía quién era. Y cuando sentí sus brazos rodearme me recargue en su pecho.
—No te has dormido.
—No tengo sueño.
Abrí mis ojos y gire mi cabeza para mirarlo.
—Tu qué haces despierto.
—Me levante porque tenía calor. Y te vi aquí. Linda vista.
Mire al frente y vi la playa.
—Vamos a caminar.
Me separe de el y lo mire feliz.
—Vamos, en dos días regresamos y quiero caminar en la playa.
—¿A estas horas? Son casi las tres de la mañana.
—Si, vamos.
Lo termine convenciendo y salimos del lugar. Nos pasamos la calle y bajamos a la playa donde el mar la cubría casi por completo al romper la ola.
No hablábamos, solo caminamos al lado del otro. Sin tocarnos.
No se cuanto caminamos hasta que llegamos al limite. Tuvimos que subir a la calle y vimos a un chico salir de un bar con dos chicas y dos chicos.
Un momento, esa chica... Era la del bar qué vinos el día de año nuevo.
Con dificultad el chico subió a todos al auto y cuando se acercó a la chica del bar, se detuvo frente a ella.
—Será su novia —dije.
Si, yo la más chismosa.
—Quizá...
Le dio beso en la frente y abrió la puerta del auto y la metió. Después rodeo el auto y se fueron.
—Viste como la miraba. Si no es su novia, almenos espero que estén en proceso.
Aun que también estaba el otro chico… si es que era la chica del bar, pero… no, definitivamente con este chico se veía mejor.
Seguimos caminando y en un impulso tome su mano y esa extraña sensación que me hacia sonreír apareció. Camine hasta las escaleras para bajar a la playa.
—¿A donde quieres ir?
No conteste, seguí caminando hasta estas cerca del mar y lo solté.
—¿Que haces? —me pregunto cuando me quite la playera.
—Venimos a la playa y nos quedan dos días aquí. Porque no meternos.
Le di la espalda y me desabroche el short que traía.
—Ven vamos.
Me lo quite por completo y me gire a verlo. Solo me miraba y trataba de mantener la mirada arriba.
—Ven, corre.
Me gire y empecé a meterme al mar.
—Ah, esta helada. —volví a mirarlo y esta vez lo vi quitarse la camisa.
Mi mirada se paseo por su abdomen y cuando se quito la bermuda no pude evitar morderme el labio.
Cuando me miro le sonreí y corrió conmigo.

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Un amor salido del libro
RomanceElla, era lectora. Cada vez la veías en los pasillos de la preparatoria estaba metida entre las palabras y hojas de un libro. Ella, soñaba con tener un amor como en los libros, un amor que fuera digno de escribir. Un amor, que la hiciera sentir como...