||BEAUTIFUL SMILE||
Ahora Jake tiene que abandonar el clan, después de sufrir por varios años la muerte de Neytiri. Su plan original consistía en cuidar a su clan mientras respirara, pero hay momentos en el que el deber de un padre es más grandes.
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SÍ, ALGO HABÍA CAMBIADO. Ellos no lo sabían, pero sus sentimientos habían cambiado. Durante las semanas en las que estuvieron juntos sus sentimientos hacia el otro iban cambiando gradualmente, sin embargo los acontecimientos del día anterior fue un detonante, un gran detonante. Tan solo faltaba otro gran empujón para que fueran conscientes de los sentimientos que compartían el uno por el otro.
T'suri dormía en su Mauri. La noche anterior había estado despierta hasta altas horas de la noche, sumándole a las pocas horas de sueño que había tenido la noche antes pasada. No era normal que T'suri, la Karyu del clan, amante de la puntualidad, durmiera por prolongadas horas en la mañana, pero allí estaba; después de una ajetreada tarde y noche.
Entonces un golpe sordo resonó por todo el Mauri. La orejas de T'suri se alzaron al escuchar el ruido. La mujer se removió en su hamaca antes de abrir los ojos. Otro golpe se escucho. T'suri miro con confusión la entrada del Mauri, cuando de súbito fue consciente de lo tarde que se había levantado.
—Demonios —murmuro la mujer mientras se tallaba los ojos.
—¿T'suri? —los ojos de T'suri se agrandaron al escuchar la voz de Jake—. ¿T'suri, estas allí?
Un extraño nerviosismo se extendió por el cuerpo de T'suri, para casi al instante sentirse estúpida. ¿Por qué debería estar nerviosa?
T'suri se dirigió con rapidez a la entrada de su hogar y corrió la cortina que le proporcionaba privacidad al Mauri.
—T'suri —dijo Jake en forma de saludo.
—Kaltxì, Sully —farfulló la mujer. Jake entorno los ojos—. ¿Qué trae por aquí?
—Se supone que nos veríamos en la orilla hace medía hora —dijo Jake recostándose al marco de la entrada del Mauri.
Al ver la posición de Jake, T'suri, apretó los labios mientras su corazón latía con gran rapidez.
