𝐶𝑎𝑟𝑡𝑎

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La señorita Argentina se encontraba almorzando en el gran comedor, bueno... A penas había tocado la comida... Ultimamente se sentía espiada por medio Hogwarts, pues los chismes empezaron desde que ese maldito gato sarnoso había metido la jodida pata en clase de pociones.

No quería pensar en él pero su puta risa estaba ahí, al frente de ella. No quería verlo pero se lo tenía que topar en la puta biblioteca. Enserio la vida la odiaba tanto?

Pronto y sin previo aviso, llegó una lechuza blanca y dejó un pequeño sobre al lado de ella.

Ella ya no quería saber nada. Tenía miedo de tocar el paquete y encontrarse con un nido de mariposas pegado a ella.

Volteó a la derecha y todos en su mesa la estaban mirando, así que lo único que le quedó fue suspirar rendida y abrir el objeto.

Dentro encontró una jodida carta de amor al puro estilo muggle.

Y como sabía que era de amor?

Simple. Al momento en que desdobló la carta, de esta salieron muchos corazones de papel disparados a su cara.

Quería matarlo. Era lo que más deseaba en el mundo.

Estaba pasando el peor ridículo por su culpa, no era justo que ella sea la única que tenga que pasar vergüenza. Así que se le ocurrió una idea.

Se vengaría.

—Ok, chicos escuchen esto!

Extendio la carta, se apoyó en la mesa y narró.

—Mi querida serpiente. No estoy conciente desde cuando llevo enamorado de ti. Tal vez siempre lo estuve y nunca me puse a pensar en ello.

Sí, siento las jodidas mariposas.

Sí, sonrió cada vez que te veo o pienso en tí.

Sí, no puedo evitar mirarte a donde vayas.

Sí, imagino una vida entera... a tu lado...

Se detuvo un momento a pensar si lo que estaba haciendo era correcto. 

Su idea de dejarlo como el patético romántico en frente de todos ya no le parecía tan buena como en un comienzo.

No... Una puta oración no pudo haberla conmovido, no podía!

Sacudió la cabeza para quitar esos pensamientos de su mente, garraspeo un poco y continuó.

—Y no me voy a cansar de demostrarte que lo que siento es verdadero.

Lo que siguió prefirió leerlo en su mente.

Recuerdas cuando eramos niños y pasabamos todo el día jugando juntos? Recuerdo que a penas despertar ya quería correr hasta tu casa para ir a jugar, desde cuando dejamos de hacerlo? No te confundas, no es que esté enamorado de tu versión pequeña, es que sí has cambido... Ya no me hablas, ni siquiera me consideras tu amigo cuando sabes muy bien que puedes confiar en mi.

Te quiero, y probablemente me odies por hacerlo, pero no puedo evitarlo. Todas las cosas que siento por ti las he contenido por mucho tiempo, ya no quiero seguir amandote en silencio, no quiero ver como te pierdo cada vez más. Por favor, comprende que no soy tu enemigo, no quiero lastimarte o hacerte pasar vergüenza, solo quiero que me dejes acompañarte... Por favor...

Ayer compartí un libro contigo y fui el hombre más felíz de la tierra, sentí tu corazón latir junto al mio, tu respiración y el aroma de tu cabello, todo fue tan perfecto en ese momento. Tú también lo sentiste? Sentiste como mi piel se eriza cerca a la tuya? Como mi corazón se acelera al acercarme a ti? Como mis mejillas arden y mi lengua se enreda? De seguro me maldeciste en tu mente, pero adoro incluso que te tomes la molestia de hacerlo solo conmigo.

Pasa un buen día Argentina, aunque sea planeando asesinarme, por lo menos estarás pensando en mí...

Hasta pronto...

Atte: tú león.

Pst: los corazones fueron idea de mi hermana. Se que los odiaste pero me pareció divertido, a puesto que algún día contarás esta anecdota entre risas... Espero que los oyentes sean pequeñitos parecidos a ti... O a mí...

Argentina bajó la carta en silencio, toda la mesa lo estaba.

—Eso fue muy romántico! —Exclamó México.

—Fue humillante. —agregó Chile.

Su cara estaba completamente roja. Tenía la necesidad de salir de ese lugar ¡ahora mismo! tenderse en su cama y nunca salir.

—Argentina tiene novio!! Argentina tiene novio!! —fastidió México, dando saltitos y llamando más la atención de todos.

—Ya callate no es mi novio!

—Pero le gustaaaaas!

—Y a mi que?! Es un Gryffindor!!

—Por favor Argentina, todos sabemos que no es por eso que lo rechazas.

—Hay algo de lo que no me he enterado? —preguntó la hufflepuff confundida.

De pronto lo vio entrar con sus amigos, hiba converzando muy sonriente con una chica de hufflepuff.

Era tan fastidioso... Hacían un escandalo insoportable...

—No hay nada que tengan que saber sobre él y yo —dijo antes de salir bruscamente de la mesa e irse furiosa a su sala común.

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Idiota.

𝐴𝑚𝑜𝑟𝑡𝑒𝑛𝑡𝑖𝑎 - 🇵🇪 ִֶָ 🇦🇷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora