YoonGi dejó de sonreír, incrédulo a lo que aquel sujeto le decía.
—¿Disculpe?
—Tengo un hijo. Se lo daré pero, por favor, tenga piedad.
El príncipe sintió tanta repulsión por aquel hombre que tuvo ganas de meter su espada por su garganta y verlo ahogarse con su filo hasta morir. No podía ser que estuviese regalando a su propio hijo en manos del que claramente podía ser su enemigo.
—¿Por qué me ofrecería a su hijo cuando sabe que bien puedo matarlo apenas lo lleve a mi palacio?
El rey Sung fingía que temblaba.
—Yo lo quiero mucho, es mi único hijo -dijo él, tratando de conmoverlo—. Pero es muy enfermizo y nada cambiará el hecho de que morirá aquí o lo hará allá...
¿Que lo quería, había dicho? YoonGi se percató de que los dotes actorales del rey Sung eran nulos. Sí, tal vez amaba a su hijo pero lo hacía tanto como amaba la baldosa del patio que con petulancia pisoteaba con sus zapatos en esos momentos.
El rey Sung quería salvar su propio pellejo acosta de su propio hijo, eso era más que evidente. Y al príncipe le recordó vagamente a la reina de su propio pueblo, que con suerte yacía enterrada hacía un par de años. Siempre haciendo todo lo posible por ponerse en primer lugar, aunque fuese acosta de la vida de sus hijos.
—No se equivoque, Su Majestad —dijo YoonGi, asqueado por aquel hombre y por el recuerdo que tenía tan nítido como el presente—. Yo no negocio personas. No soy tan miserable. Deme las tierras y cállese de una vez...
*•*•*•*•*•*•*
Sí, se había equivocado demasiado en ese momento. No obstante, el príncipe YoonGi no iba a permitir, ni siquiera a sus padres, que Jimin regresase a JeonJu. Debía quedarse en Daegu por mucho que el menor odiase la idea.
Por lo que corrió por todo el establo real buscando su caballo, encontrándose con HoSeok haciendo su inspección diaria, quien lo detuvo cuando lo vio tan alterado.
—¿Algo va mal, Su Alteza? —indagó el general.
—El Consorte Real y Jimin, eso va mal —respondió el príncipe, dando con su caballo y preparándolo para el viaje.
HoSeok miró hacia todos lados, cerciorándose que nadie se encontrara cerca para escucharlos.
—¡YoonGi! —exclamó, intentando detenerlo—. ¿A dónde vas?
—Jimin va de camino a JeonJu. Tengo que hacer que regrese.
El general tomó del brazo al príncipe antes que él se subiera al caballo y lo enfrentó.
—No puedes estar hablando en serio —susurró HoSeok, con el ceño fruncido.
—Lo que no puedo es dejar que pise JeonJu otra vez —YoonGi se zafó del agarre de su amigo y se subió al caballo al primer intento.
—Razona, YoonGi —rogó HoSeok, angustiado—. No es propio de ti ni hacer sufrir a alguien inocente ni tenerlo como prisionero.
Pero el príncipe no respondió, demasiado ocupado en acomodar con la mayor prisa posible las riendas. Y estaba por salir, totalmente decidido en encontrar a Jimin a toda costa, pero su amigo se interpuso entre el camino y su caballo.
—¿De verdad vas a traer al príncipe de vuelta? —indagó el general.
—A como dé lugar —respondió YoonGi, cortante.
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Mi Señor [YoonMin]
FanfictionSe suponía que cuando el príncipe Jimin fue enviado al Palacio de Daegu, el rey NamJoon y el rey SeokJin lo casarían con la princesa Soung-He. ¿Cómo es que terminó en la cama del príncipe YoonGi? *Libro I: "Mi Señor" (Libro II: "Mi Rey"; Libro III...