Séptimo

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Se escuchaban los pasos apresurados de ambos chicos por el bosque. Corrían uno detrás del otro siendo perseguidos por otras tres personas.
Roier corría atrás de su amigo Mariana intentando igualar su velocidad del mismo para escapar de los “atacantes” pero le era imposible.

¿Por qué estaban huyendo en el bosque? 

Pues hace varios días atrás, los dos Mexicanos habían tenido el gusto (desgracia) de haber conocido al grupo de “Cazadores” del pueblo M.E. Y todo podría haber quedado como una simple presentación de ambas partes, quizás hasta lograr una alianza… Pero no.

Habían llamado la atención de estos “locos”, más la de un joven Híbrido de Oso con lentes de sol que no se resistió en retar a un Pvp al más joven del dúo.

Roier se preguntaba: ¿Por qué? ¿Por qué a mi?

Sí, bueno, estaba un poco más avanzado que su amigo en temas de Supervivencia, pero de tantas personas en el pueblo ¿Por qué justo debían retarlo a él? Siendo que era la persona más pacífica en el lugar.

Roier claramente rechazó la invitación del Híbrido de la forma más amable posible, explicando que no sabía pelear y que tampoco quería tener problemas con nadie. Pero al parecer, el contrario tomó sus palabras de forma totalmente errónea, insistiendo cada vez más y más hasta el punto de perseguirlo día y noche con la intención de cumplir con el Combate.

Ésta era una de esas veces donde el Híbrido, el cual ahora sabía que se llamaba “Spreen”, lo perseguía con tal de lograr su cometido. No solo eso, éste era acompañado de otro Híbrido de Oso y de un chico Francés.

— ¡Apúrate, Roier! ¡Nos alcanzan!

Exclamó su amigo sin detenerse ni por un segundo.

— ¡Cállate y sigue corriendo, Papi!

Le respondió, intentando no perderlo de vista.

Los músculos de sus piernas dolían con cada paso y estaba tratando de tomar más aire del que se podía permitir. Claros signos que demostraban su cansancio. No recordaba cuánto tiempo llevaban huyendo de esa manera.

— ¡Roier! —La voz llamándolo por su nombre lo hizo estremecer.

Era el Híbrido psicópata.

— Si corres es peor...

Esas últimas palabras las había sentido casi en la nuca. Roier quería pensar que era su imaginación y que realmente no estaban tan cerca.

Se equivocó.

De repente la figura de Spreen interrumpió su vista, cubriendo la imagen de su amigo el cual ni si quiera se había percatado que Roier se había quedado atrás.

El menor se detuvo a tiempo antes de chocar contra el más alto y por un acto de instinto de supervivencia, levantó su espada deteniendo el hacha que se acercaba peligrosamente, provocando un choque de ambas armas.

Spreen lo observaba tal y como una bestia que jugaba con su presa antes de devorarla. Con una sonrisa maníaca en su rostro y un leve brillo en los ojos que se podía notar cuando los lentes de sol bajaban de más.

El menor no podía sentirse más indefenso. Estaba seguro que su rostro nada más exclamaba a gritos el miedo que sentía.

Pero a pesar de esto, iba a defenderse si tenía que hacerlo.

— Roier ¿Por qué te haces el difícil? —Preguntó el chico mitad oso cuando el menor logro empujarlo, comenzando a correr hacia el otro lado.— Solo tenés que aceptar el Pvp.

Multiversal Trouble | SpiderBearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora