Capítulo 14: Petición del hermano mayor

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Se veían seriamente, Zeus en parte entendía lo que le pedía su hermano mayor y por supuesto que aceptó, le parecía divertido.

—Solo tengo una condición. —Hades enunció en un tono autoritario, debía tener cuidado por lo pervertido que era su hermano; no quería ningún problema pero quería que su amigo fuera feliz. —No te acuestes con él.

El más viejo de forma física, alzó una ceja. —¿Puede ser de pie? —si bien, le era interesante y tentador "metérselo" a Tesla pero, solo porque su hermano mayor se lo pedía, no lo haría.

—Zeus. —lo llamó molesto.

—¡Ay, está bien, solo estaba jugando! —se carcajeó el anciano. —Déjame esto a mí.

—Cualquier cosa, no dudes en avisarme. —dicho esto, el ojilila se retiró del lugar.

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Qin por su parte, pensaba de qué forma le daría de beber el afrodisíaco a Nikola sin que éste sospechara nada, si le decía lo que contenía el frasco, se negaría a beberlo.

—Esto será divertido... —sonrió para sí mismo.

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Después de todo el alboroto, Beelzebub ya se había retirado del laboratorio del hijo de la luz, tenía cosas por hacer además de que necesitaba darle su espacio.

Afortunadamente, Edison ya se había retirado también a realizar sus propias actividades.

Había decidido ir a visitar una de las más grandes bibliotecas del sitio, tranquilo y sin ruido, perfecto. Necesitaba información sobre una criatura de la cual conocía poco.

Al adentrarse a ésta, se dio cuenta de que de verdad era enorme y para su buena suerte, había pocos lectores.

Recorrió pasillo por pasillo y estante por estante para buscar un libro en específico, pero no podía dar con el.

Dejó salir un suspiro pesado y se encaminó hacia el área más oscura de la biblioteca, aquel donde solo estaban los libros "prohibidos".

Dichos pasillos estaban completamente vacíos, al parecer nadie venía por estos rumbos.

—¿Beelzebub? —escuchó que alguien lo llamaba y estaba seguro de a quién le pertenecía esa voz.

Se giró para ver al otro hombre y sonrió levemente, estaba de suerte. —Nikola.

—¿Qué haces aquí? —el castaño se acercó al más alto. —Me hubieras dicho que venías a esta biblioteca para venir los dos juntos.

—No creí que vendrías a un lugar como este. —se encogió de hombros. —A todo esto, ¿Qué haces en esta zona? —le resultaba bastante raro que Tesla estuviera entre los libros de "magia negra".

—Solo estoy explorando. —alzó los hombros demostrando poco interés en la pregunta. —¿Te puedo preguntar algo?

Asimismo, el señor de las moscas tragó saliva en seco, Nikola estaba hablando con cierto tono que no era usual en él. —Dime.

Y como si fuera poco, el castaño arrinconó a Beelzebub contra uno de los estantes de la biblioteca dejando caer algunos libros por el leve impacto.

Había levantado su mano y colocado al lado del de negro para que no escapara de esa forma, acercó su rostro al de Beelzebub; para lograrlo, tuvo que pararse de puntitas y para colmo, todavía le faltaba una cantidad considerable de centímetros para estar donde quería; lo suficientemente cerca del rostro del demonio.

Más allá de una patenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora