Capítulo 4

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Felix no se molestó en ocultar su enojo mientras caminaba directamente hacia la oficina de su padre. Haber estado sentado en una habitación sin nada más que la voz monótona de los maestros mal pagados explicando sin problemas las cosas que había dominado a la edad de cinco años le dio mucho tiempo para pensar sobre los eventos del akuma de hoy.

Adrien, inteligentemente, no preguntó sobre sus intenciones, sino que subió en silencio por las escaleras.

Nathalie, tontamente, se paró frente a la puerta, arqueando una ceja.

—Tu padre está ocupado ahora mismo, Fe...

—En serio, Sancoeur. No estoy de humor —él reclamó, pasando a lado de ella y abriendo la puerta.

Gabriel miró fijamente la pantalla de su computadora, sin parpadear, sin duda dibujando otro diseño que parecía estar inspirado en un cubo de basura.

Felix apretó las manos en puños. ¡El hombre no se detuvo a mirarlo! ¿Le importaba lo que había pasado?

—¡¿Qué fue eso?! —gritó.

Gabriel lo miró entonces, una mirada aguda que hizo que Felix se encogiera por un momento.

—No estoy seguro de lo que quieres decir.

Felix puso los ojos en blanco con burla.

—Adrien está lejos de aquí, así que déjalo. ¡Casi matas al menos a media docena de personas hoy, incluido yo!

Gabriel suspiró, ¡como si fuera él el que estaba siendo escandaloso!

—No puedo predecir dónde estarán los akumas. Sin embargo, si estás tan angustiado por ello, trataré de mantenerlos alejados de ti la próxima vez.

—¡Olvídate sobre el hecho que el akuma haya llegado a la escuela! —dijo tan molesto—. ¡Hoy casi matamos a gente! —por lo que él sabía, probablemente mataron a alguien—. Pensé que se trataba de conseguir los miraculous.

Gabriel entrecerró los ojos.

—Así es, pero hay que hacer sacrificios, Felix.

Felix abrió la boca para discutir, pero Gabriel levantó la mano para callarlo.

—Cuando tengamos el miraculous de la mariquita, todo estará arreglado. Mientras tanto, Ladybug tiene su "cura milagrosa" —una sonrisa inquietante, cruzó sus labios mientras señalaba el pecho de Felix—. Como lo habrás notado hoy.

Felix se tensó, su mano se colocó instintivamente a tocar la lesión previamente curada de la pelea.

—¿Cómo lo supiste?

—Veo todo lo que ve mi akuma. Sabía todo lo que pasaba durante la batalla —algo en su tono le sonó siniestro a Felix. No podía decidir si aquella declaración era una amenaza o simplemente información nueva.

—¿Qué pasa con Adrien? —preguntó a continuación. Su hermano menor podía ser un poco más ingenuo, pero no era estúpido. No podían ocultarle esto para siempre. ¿Qué pasaría si se enteraba primero? ¿Qué pensaría? ¿Qué haría?

—Él lo sabrá cuándo sea el momento adecuado —Gabriel respondió, volviendo su vista a la pantalla—. Ahora ve a terminar tu tarea antes que tu hermano sospeche.

Felix le devolvió una mirada sarcástica, girando sobre sus talones y se fue como se le ordenó. Se aseguró de enviarle a Nathalie una mirada demasiado fría al salir, lo que ella le regresó con una sonrisa de satisfacción. Dios, no podía soportar a esa mujer, actuaba tan superior y poderosa simplemente porque trabajaba para Gabriel Agreste cuando en realidad era solo una marioneta sin cerebro y caprichosa, que se derretía ante cada una de la palabras de su padre. Era asqueroso.

CROSSING A LINE «Felinette AU» тяα∂υccισи єѕραи̃σʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora