Capítulo 19

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Felix se mantuvo firme junto a Marinette, preocupado y aterrorizado al mismo tiempo. Pensó que decirle a su padre sobre el deseo lo convencería de no usarlo, pero su padre solo se enojó, en su lugar, solo dijo tonterías sobre "sacrificio" y "familia". ¿Por qué estaba enfadado? Todavía había una cura. ¡No había necesidad de pelear! ¿Por qué no quería escuchar?

Marinette dio un paso adelante y se enfrentó a las verdaderas intenciones de su padre, lo que solo lo enfadó más. Felix trató de calmar la situación a medida que se intensificaba, pero Marinette prometió recuperar los miraculous, mientras que Gabriel prometió que no dejaría que eso sucediera. No fue hasta que ella sacó el miraculous del pavo real que Felix se dio cuenta de que la negociación ya no era una opción.

—¡Duusu, esparce mis plumas! —Marinette gritó, poniéndose rápidamente el miraculous en la parte delantera inferior de su playera. La familiar luz azul que se había acostumbrado a ver destellar sobre su piel, cubrió su cuerpo, y el atuendo de Marinette desapareció. El miraculous lo reemplazó con un vestido color azul rey que se desvanecía en plumas de diferentes colores, como el púrpura, el azul oscuro y el índigo. Sus guantes y botas de tacón alto, que se extendieron hasta las rodillas, también eran de color azul rey, y los extremos de cada uno estaban cubiertos con un patrón azul oscuro en forma de plumas que se arrastraba hasta la parte azul marino del traje, como la clavícula, el cuello y los muslos. Un chal corto hecho completamente de plumas moradas envueltas alrededor de sus hombros también, conectado por una pequeña perla índigo. Resaltó el brillante fucsia que forró perfectamente la parte delantera y trasera del vestido azul rey. Si no fuera por las circunstancias, Felix podría haber tenido la tentación de detenerse y estudiar el tejido en toda su magnificencia.

La expresión de Gabriel se retorció de rabia.

—¿Cómo lo conseguiste?

Marinette desprendió una de sus plumas de un botón de metal en la parte posterior de su vestido y lo sostuvo frente a ella, mostrando la nitidez de la punta curva.

—Digamos que fue un regalo de su hijo.

Felix hizo una mueca por la mirada de desdén que su padre le disparó.

—¡¿Le diste tu miraculous?! —dijo molesto.

—¡No, yo...!

—¡No me hables! —su padre gruñó—. ¡Debería haber sabido que no debía confiar en ti desde el principio!

Felix se estremeció mientras Gabriel se lanzaba hacia él en un ataque de rabia. Sin embargo, antes de que pudiera atraparlo, un cuchillo en forma de pluma se hundió profundamente en la manga de la camisa de Gabriel, atrapándolo en una estantería. Felix miró a Marinette, quien ya estaba sacando otra pluma de su cabello. Había pensado que las plumas que decoraban su peinado eran simplemente eso, una decoración.

—¡Felix, corre! —ordenó, lanzando la segunda pluma para atrapar el otro brazo de Gabriel en la estantería—. ¡Ve a buscar mi miraculous!

—¡No te voy a dejar sola! —Felix peleó, alejándose de su padre. La única razón por la que había robado su miraculous en primer lugar fue para protegerla de ese momento.

Marinette se puso delante de él, pero miró por encima de su hombro mientras decía:

—Estaré bien. Tengo a Duusu. ¡Ahora vete!

Felix apretó los puños. Odiaba la idea de dejarla sola, pero no tenía un miraculous. Cualquier cosa que intentara hacer ahora solo estorbaría en su camino.

Alimentado por la adrenalina, Felix tropezó con el otro extremo del pasillo y corrió hacia la entrada de la Biblioteca. Casi choca con Gorilla al salir. Aretes, aretes: ¿dónde pondría su padre los aretes de Marinette? Esta casa era enorme. ¡Podrían estar en cualquier lugar!

CROSSING A LINE «Felinette AU» тяα∂υccισи єѕραи̃σʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora