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↳˗ˏˋ 𝐓𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬 ˊˎ˗ ↴
𝘱𝘦𝘥𝘳𝘪


Me hubiese gustado decir que he despertado gracias a los bellos rayos de sol que entraban por una abertura de la ventana haciendo que abriera mis ojos y me deleitara con su resplandor.

Pero no fue así.

Desperté gracias a unos llamados a la puerta principal de mi departamento, los cuales se hacían contantes y estaban iniciando a frustrarme. Ruedo sobre la cama hacia el lado derecho sin querer levantarme e ir a ver quién es aquella persona que ha decidido romper mi dulce sueño. Con pereza me coloco de pie, mis dedos tocando el frío piso y enviando una corriente a mi cuerpo. Miro a mi lado derecho, esbozando una pequeña sonrisa al notar la bella joven que es cubierta por unas mantas verdes oscuro, me acerco a ella con cautela y mis ojos admiran su rostro.

Respiración suave y lenta que transmite paz a mi cuerpo, parpados cerrados que cubren sus hermosos ojos azules, hebreas oscuras adheridas a su rostro moldeado y perfecto. En este momento se ve tan pacífica.

Dejo un escaso beso en su frente para luego colocarme un suéter y pantuflas. Salgo de mi habitación con el cuidado de no hacer ruido en el acto, bufo ante la insistencia de la persona que se encuentra al otro lado de la puerta acelerando mi paso para saber quién se encuentra detrás.

Podría no abrir, digo, quien sabe y talvez al otro lado se encuentre un ladrón, ¡Un asesino! sociópata, psicópata, que se yo; aunque las probabilidades son pocas debido a que en el condominio donde yo vivo solo dejan entrar a personas que han sido reconocidas previamente por los miembros de la comunidad. 

—¡Pedri! Abre la puerta, pelotudo —al escuchar la voz me relajo un poco al notar que es conocida para mí y con fuerza de voluntad abro la puerta.

Ignoraré el hecho de que me llamo pelotudo. 

Esbozo una sonrisa de lado a lado que delata mi emoción al sentir los brazos del chico español rodearme y ejercer presión, llegando su aroma a mis fosas nasales e inconscientemente cierro mis ojos, sumergiéndome en una pequeña burbuja y volviendo a sentir los cálidos abrazos de Gavi.

—González... —murmura mi apellido a mi oído con un tono que marcaba cautela y algo más.

Carajo.

Por instinto de supervivencia y gracias a aquellos tips que leí hace unas semanas debido a que tenía tiempo de sobra, me separé de él sonriendo y ocultando el nerviosismo que se está haciendo presente en mi sistema y estoy seguro de que él puede notar porque lamentablemente me conoce muy bien. 

—¿Qué te trae por aquí? —cuestioné haciendo ademanes para que juntos vayamos a la cocina y así poder ofrecerle alguna bebida o algún aperitivo.

Ya estando en la cocina, ambos tomamos asiento en la isla color negra, uno frente a otro. Él deja su celular en la misma y una bolsa de papel craft que parece contener algún alimento recién preparado.

Antes de que mi pregunta obtenga respuesta, el sevillano toma entre sus manos los dedos de mi mano derecha e inicia a jugar con ellos. Algo normal para mí ya que no es la primera vez que lo hace; pero sin entender el por qué me pongo más nervioso de lo común.

Gavira parece pensar bien su respuesta, queriendo buscar las palabras correctas para no decir o hacer algo que debe y que arruinaría el momento. 

—Estaba cerca de tu hogar y me pareció buena idea venir a verte —objeta posando sus orbes miel sobre mí.

Don't blame me | Pedri & Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora