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↳˗ˏˋ 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐜𝐫𝐢𝐬𝐭𝐚𝐥 ˊˎ˗ ↴


Las personas a veces somos muy idiotas que incluso llevamos a cabo acciones que sabemos que nos perjudican con gran tamaño, pero nos da igual, creemos que aprendemos de los errores, pero al segundo cometemos aquello que según nosotros ya hemos aprendido. Las palabras entran por un oído y salen por el otro, demasiado imprudentes como para poner un alto y no volver a caer.

Ya no entendía la situación en la que me encontraba, era confuso y me estaba iniciando a estresar. Un día me encontraba llorando porque Gavi había jugado conmigo y al otro me encontraba pensando en todo lo que podríamos llegar a ser. Lo quería lejos y cerca a la vez porque su ausencia me consumía y seguro que terminaría conmigo. Tenía la oportunidad de dejarlo atrás, iniciar de nuevo pero su fantasma a mi lado no ayudaba mucho.

La idiotez me estaba superando en este momento.

Literalmente.

Abrí suavemente mis labios para dar acceso a un vaivén de lenguas y desesperación. Sus manos haciendo más presión en mi cintura, ahogando un sutil gemido que escapo de mi garganta. Dejo de besarme por segundos, confundido ante su acción y sorprendido en el momento que sus labios viajaron a mi cuello, me reí en el momento que sus labios iniciaron con un roce sutil, sin besar.

Más tonto no podía ser.

En lo que llevo de relación amistosa con el español, en ningún momento mis ojos lo habían visto con deseo alguno, siempre manteniendo mi distancia e incluso frenando acciones por parte de él que afectarían nuestra amistad porque si, las hubo. Recuerdo la primera vez que visitamos Canarias juntos, su mirada no se despegaba de mí, al punto de llegar a ponerme nervioso, el acercamiento que estaba teniendo conmigo era muy cercano y aunque pareciera normal por como éramos el uno con el otro, ese día sentí que había algo más.

Iniciando con un camino de besos que erizo por completo mi piel e inicio a nublar todo pensamiento que por mi mente cruzaba, haciendo que ambos lleváramos a cabo acciones que al caso no iban. Subiendo mis manos a su cabello, tan sedoso y suave, dejando caricias en el mismo mientras que suspiros salían de mis labios.

Recuerdo que ese mismo día fuimos a la playa, ya había visto a Gavi sin camisa y viceversa, pero esa vez fue diferente. Su mirada decía mucho y aquellos suspiros que de sus labios salieron en el momento que me pidió que le colocará bloqueador solar, mis manos en su espalda, haciendo un suave masaje. Su respiración aceleró y ese dulce masaje fue un infierno para él. Quizás en ese momento pude darme cuenta de todo, pero mi mente estaba tan concentrada en otras cosas que lo deje pasar. 

Nuestra posición era incomoda, él a un lado tratando de besar mi cuello al mismo tiempo que sus manos estaban en mi cadera, coloco su mano al lado del sofá, dejando de besar mi cuello y volviendo a buscar mis labios, devorando lo mismos con más deseo que antes, sin pensarlo, tironee del labio inferior del sevillano, su garganta produjo un hermoso sonido que mis oídos embeleso.

Como decía, en mi vida podría yo creer que, en este momento, me encontraba deseando mucho más de lo que el español me estaba dando. La sensación era diferente y estaba olvidando poco a poco todo el mal que me había hecho y todo el mal que yo le había hecho a él. Sus labios con los míos, unidos por una fuerza que incluso podría llegar a llamar fuera de este mundo. No quería parar, pero debía.

—Pablo... —musite su nombre en un hilo de voz, terminando de besarlo y llamando por completo su atención, me mira confundido—, necesito aire. 

Comente sin más que tener que decir, levantándome del sofá y saliendo apresurado de aquella habitación, en la cual el deseo de poder sentir más a Pablo estaba. No podría dejar que algo más pasará, sabía que, de ser así, todo se iría más al carajo y terminaría fatal.

Don't blame me | Pedri & Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora