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↳˗ˏˋ 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐬𝐞𝐚, 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 ˊˎ˗ ↴


—Venga, venga, corre un poco que no tenemos mucho tiempo —vuelve a repetir Ferran, tomando mis maletas y sin esperar, saliendo del lugar para colocarlas en el auto bus. El último día había sido ayer y estaba completamente agradecido por volver, no soporto más tener que compartir el mismo oxigeno que la "casi novia" de Gavira y sumando que debo soportar o al menos debía, los comentarios sobre ella que el español realizaba.

—¡Ya casi voy! —exclamé por última vez, obteniendo una respuesta corta por parte de mi contrario, revisando que en mi habitación no quedará ninguna de mis pertenencias, sería desastroso que algo se quedará porque tendríamos que volver y no, no gracias. Me coloco mis audífonos al mismo tiempo que salgo de la habitación y una canción aleatoria inicia a sonar.

—¿Robert? —maldita sea, suena como eco por todo el pasillo. La voz de aquel joven con el cual no tengo ganas de entablar una conversación, me quedo callado y sigo con mi caminata, pero su voz vuelve a interrumpir: —joder, ¿Robert sos vos?

—Polaco en el autobús —le respondo de golpe y él aparece detrás de mí, pudiendo escuchar su respiración y sintiendo ese calor que de su cuerpo se desprende.

—Oh.

Me responde simple y también de la misma forma que yo lo hice minutos atrás, no me quejo y tampoco doy rienda suelta a una conversación más mi cuerpo no reacciona ante la petición de iniciar a caminar, estático.

—Continua —pide y estoy seguro de que ha rodado los ojos, ni idea. Se escucha un paso, el calor es más fuerte, su respiración inicia a chocar y lo único que puedo hacer es maldecir interiormente y rogar por mover mi cuerpo. 

Raro, confuso, extraño, todos sus sinónimos, querer continuar más no poder, es como si una fuerza me obligará a quedarme estático en mi lugar, sin poder realizar movimiento alguno.

—Bea —es lo que sale de mis labios, ese bendito nombre—, ¿es tu novia? —fue mi pregunta, algo en mí quería estar seguro de que así fuera, más con la "declaración emotiva" que el día anterior por la noche le hacía hecho a mi mejor aliado. Mis ojos se cerraron con fuerza, mordiendo mi mejilla interior y deseando que la respuesta fuera un rotundo "no".

—No te interesa —que frialdad, bien, me interesaba porque para bien y para mal estaba iniciando ese tal enamoramiento por él, y el saber que, si lo eran, me ayudaría demasiado. Superar.

—Es una simple pregunta —conteste con la misma "frialdad" que él lo había hecho tan solo segundos atrás.

—Repito, no te interesa —volvió a responder, maldije internamente y un paso se escuchó, seguido del choque de su aliento con mi nuca, enviando un escalofrío a todo mi cuerpo, el cual daba un claro "sal de ahí" pero como costumbre era, hacer lo contrario que dictaba mi sistema; me quedé, sin abrir mis ojos y meneando un poco mi cabeza hacia el lado derecho, quizás, dando acceso, confuso. 

La diferencia entre altura era mínima, un jodido centímetro. La diferencia de edades, también lo era, dos años, pero aun así se podía notar que quien tenía el dichoso "poder" en la supuesta relación amistosa era él, tanto emocional como físico. Maravilloso.

Don't blame me | Pedri & Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora