XII

428 34 2
                                    

_______—


Me desperté repentinamente en la madrugada, los gritos de la chica eran insoportables. Cómo lo había deducido, era obvio que no iba a poder dormir, pero era necesario, a juzgar por la cara de Pain cuando la vió se notó que tenía información muy importante.

Me dirigí a la cocina y llené dos vasos con agua, llevé uno para la sala de tortura. Con cada paso que daba los gritos se oían más fuertes, ¿Cómo se aguantaban las ganas de matarla? Yo no podría aguantar sus gritos y en los diez primeros ya no se escucharían más porque le habría cortado la garganta.

Abrí la puerta con la llave que estaba puesta en la cerradura, lo primero que ví fue a la mujer sentada en una silla de madera atada de pies y manos, sus ojos estaban cubiertos con una venda negra y su cuerpo estaba lleno de cortaduras.
Al ver a Itachi le extendí el vaso con agua. Se lo veía agobiado.

—No puedo tomarlo, tengo las manos con sangre y si mancho el vaso Konan se va a enojar y no estoy del todo bien para aguantar más gritos—suspiró.

Cómo respuesta le acerqué el vaso a la boca y con cuidado hice que tomara el líquido, habían estado ocho horas sin salir de aquí, Itachi merecía un descanso. Pain estaba un poco apartado de Itachi, viendo y oyendo todo pero no le dí agua porque no lo necesita, es un cadáver.

Me senté en una silla contra la pared y tomé un poco del agua que traje en otro vaso. Observé con curiosidad la imagen que me regalaba mi líder y aquella persona que consideraba mi hermano.

—¿Su nombre?—Le dije a Pain señalando a la mujer, por un momento se desmayó y lo agradecía de todo mi corazón, los gritos eran realmente agudos.
—Akane Evans—miró a la chica con asco y como no, estaba llena de sangre seca y el olor era insoportable.—Su pueblo no tiene Shinobis, por eso el apellido poco común.

—¿Entonces? ¿Qué tipo de información importante puede tener alguien tan insignificante como ella?—Cuestioné.

—Ella al ser hija del rey tiene acceso a información exclusiva, tiene una ubicación de algo muy importante—Hice un sonido de interés y todos nos quedamos en silencio—Niña, ve a dormir, no habrá más gritos por ahora—Dijo Pain—Itachi tu también vete, terminamos por hoy—me empujó hacia fuera de La Sala y cerró la puerta. Con Itachi nos miramos entre nosotros pero no le dimos importancia, después de todo Pain tiene algunas tácticas para sacar información sin hacer que el rehén grite.

Al llegar a la habitación pude ver cómo Sasori estaba ocupando toda la cama y para no molestarlo me acosté junto a Deidara.

Unas horas después me desperté sin él en la cama, me levanté y me duché. Cuando bajé al living ví a Deidara sentado en el sofá, fuí con él y me senté a su lado.

—La princesa es linda ¿no?, se llama Akane—me dijo con una sonrisa. ¿Solo me hablaba para eso? Por supuesto que la mujer esa no es linda, las únicas lindas aquí somos Konan y yo.

—Pff ¿linda? No lo creo, se le insinuó a Itachi cuando tenía mi daga haciendo presión en su cuello—le dije burlándome.—Creo que le quedaría mejor...—Me quedé pensando en la palabra que la describiría correctamente—ofrecida.

—No seas grosera con la pobre mujer, te lo digo porque cuando Pain me mandó a darle comida le tuve que sacar la venda que tenía en los ojos, y créeme, son los ojos más lindos que ví en toda mi vida—halagó—sus ojos son azules como el cielo—rodeé los ojos con molestia.

—Si solo me hablaras de ella será mejor que me vaya—suspiré profundamente y me fuí de ahí sintiendo una creciente molestia en el pecho. Me fuí a la habitación de Itachi para poder calmarme un poco ya que al enojarme los dolores de cabeza incrementan. Me senté en la cama de Itachi pero sentía como todo comenzó a dar vueltas y al momento de intentar recuperarme perdí el conocimiento.

𝙻𝚊 ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚖𝚞𝚓𝚎𝚛 𝚄𝚌𝚑𝚒𝚑𝚊|| 𝙽𝚊𝚛𝚞𝚝𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora