𝙻𝚊 ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚖𝚞𝚓𝚎𝚛 𝚄𝚌𝚑𝚒𝚑𝚊|| 𝙽𝚊𝚛𝚞𝚝𝚘

XVIII

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Puff... Ahora que no está Pain ¿quien guiará la organización?

—______—me llamó Konan a mis espaldas—¿Puedes ir con Kisame? Creo que necesita ayuda—preguntó.
—Claro que sí, ¿donde es?—La miré.
—Aquí está todo lo que necesitas—me entregó un papel con coordenadas y se fué.

Rápidamente me enlisté y salí en busca de Kisame. Carajo, era demasiado lejos para teletransportarme, gastaría demasiado Chakra.

La opción más viable era correr, y eso hice. Tras estar un poco más cerca me teletransporté, aún así sentí como mi chakra bajó de golpe.

Al estar ahí sentía el chakra de Kisame debilitarse. Al verlo estaba en una esfera de agua. ¿Acaso pensaba suicidarse?

Noté que habían más personas, entre ellas Naruto. Los obvié. Mi mente repasó todos los Jutsus que podría usar ahora como medio de defensa. Logré alejar a Guy de allí, el cuál se encontraba por atacar la esfera de Kisame.

Hice algunos sellos de mano y cuando estuve frente a la esfera lo active. El mismo Jutsu que realicé en la batalla que tuvo Sasori con Sakura.

Le hice una seña para que saliera de allí, logré ver tiburones y él estaba sangrando, ellos no tardarían en matarlo.

Al verme dudo, pero deshizo el jutsu.
—En la cueva me contarás que sucedió—murmuré. Lo escaneé para ver si tenía alguna herida seria pero no, solo sangraba su boca.

En lo que Kisame se recuperaba un poco noté la mirada de Naruto sobre mí. Sabía que lo vería pronto, pero no por esto, quería ir a visitarlo.

—Lo siento—formulé en silencio esperando que logre entender lo que dije.

Al prestar atención al rededor noté que ya estaba intentando romper la cúpula. Rodeé los ojos con fastidio y miré a Kisame.
—Debemos irnos, ahora—él sin más asintió. Tomé su brazo y sin dudarlo me teletransporté a casa. Diablos, me había olvidado que era muy lejos.

Mi vista no tardó en nublarse y me tambaleé, suele pasarme cuando gasto mucho chakra de golpe, pero antes de caer Kisame me sostuvo por la túnica.
—Ten cuidado, no estoy en condiciones de cuidarte si te desmayas—reprochó.
—Es esto o que estés muerto... Yo prefiero la primera—contesté.

Al recuperar un poco la estabilidad lo ayudé a ir a su habitación.
—Más tarde me contarás, ahora solo quiero dormir—le dije salí de allí.

Me acosté en mi cama, pero no tenía sueño, solo quería descansar.

Los minutos pasaron haciéndose horas y con eso el aburrimiento comenzó a llegar. Ya era hora de levantarse.

Fuí al comedor notando que todos estaban ahí, o bueno, no todos, faltaban Pain e Itachi. Suspiré.

—¿Que hacen todos reunidos?—Pregunté.
—Simplemente estamos cenando, como lo hacíamos antes—contestó Sasori con obviedad. Es cierto, desde hace ya unas semanas no comíamos todos juntos, solíamos llevarnos el plato a la habitación y almorzar o cenar allí.

Los miré con duda pero me senté de igual forma, al cabo de unos minutos Konan ya había dejando el plato lleno frente a mí.

—¿Cómo han estado? A algunos no los veo desde hace tiempo—los miré.
—Pues bien—dijo Deidara con simpleza.
—Como siempre—esta vez habló Kakuzu.

Era una perdida de tiempo tratar de iniciar una conversación con ellos por lo que comí con rapidez y me fuí de ahí.

(. . .)