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Desgraciadamente la organización se disolvió, no podíamos seguir sin un líder y ni mucho menos sin una meta fija. Pero a pesar de eso seguimos viviendo todos juntos a pesar de que ya pasaron algunos meses.

Akatsuki ya no era Akatsuki.

Me encontraba preparando el desayuno para todo de mientras que recordaba a Obito. ¿Por qué todo sale mal? Se notaba su ausencia.

La cuarta gran guerra ninja ya había finalizado, lamentablemente no todo sale como queremos y no pude impedirlo. Aquello salió muy mal para ambas partes.

Kaguya revivió en el proceso y fue lo peor. Naruto y Sasuke fueron los únicos aptos para sellarla, capacitados por el mismísimo Hagoromo.

Allí cambiamos a un montón de realidades, y allí casi muere Obito.

"Kaguya cambiaba las realidades rápidamente, ahora mismo nos encontrábamos en una con más gravedad, es realmente pesado moverse.

Aquella diosa mandó una barra de metal hacia Kakashi, pero Obito lo impidió empujándolo y ocupando su lugar.

Kaguya mando una barra de metal
hacia Kakashi pero Obito lo empujó diciéndole que no quería que muera, poniéndose él en su lugar.

—Obito...—Susurré al ver cómo se intentaba sacrificar. Potencié mi velocidad con el Chakra en mis pies para ir rápidamente hacia allí.

Recordé rápidamente cuando intentó matar a Konan y el como hizo que su plan oculto arriesgó la vida de mis compañeros, pero con todo eso lo amaba, amaba lo que fue Tobi y tenía buenos recuerdos con él, le tenía cariño a Obito.

Activé el Sharingan y gracias a eso todo pasó en cámara lenta, antes de que la barra de metal impactara en su cuerpo logré agarrarla, pero iba a gran velocidad, mi fuerza no fue la suficiente y se resbaló por mi mano rasgando mi piel.

Un quejido de dolor se escapó de mis labios y dejé que se curara sola.

mi chakra era escaso y ya no le podía pedirle a ella más de lo que ya lo hice.
Me sentía agotada, había pasado tanto tiempo desde la última vez que me quedé sin chakra que la sensación se me hacía incómoda.

Sentí que alguien me derribó al suelo cayendo sobre mí al impactar. Rapidamente reaccioné y ví que era Obito.
—Lo siento, ya estamos a mano—murmuró con una sonrisa ladeante. Deduje que Kaguya me había atacado y no logré verlo."

Sonreí rápidamente al recordar eso. Habían pocas cosas positivas de aquella guerra, una de ellas, por no decir que fue casi la única, fue que logré reconciliarme con Obito, volví a tener una amistad parecida a la que tuve con Tobi. Aún así fué extraño no tratar con la personalidad infantil e inocente a la que estaba acostumbrada.

—Deberías prestarle más atención a lo que cocinas, ya lo quemaste—refunfuñó una voz dentro mío. Nuevamente mis labios se curvaron con alegría. Al fin despertó.

—Que novedad volver a escucharte, Kitsune—murmuré.

Creo que hay muchas que pasaron... No solamente la guerra. Kitsune es la mitad del chakra de Kurama que al momento de sellar al Kyubi en Naruto la otra mitad la sellaron en mí.

"—Es mi deber contarte esto—habló Itachi.—Es algo que junto a tus padres guardamos desde que naciste—suspiró y comenzó a relatar.

—Una noche, la bestia de nueves colas atacó Konoha. La esposa de Minato, el cuarto Hokage, era el contenedor de aquello, o como llamamos nosotros, era una Jinchuriki, la cuál en ese momento estaba embarazada.—Se pausó para recordar—el sello que mantiene seguro al contenedor se debilita en el parto y el enemigo aprovechó aquello. Liberó la bestia y con su Sharingan logró controlarla.

𝙻𝚊 ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚖𝚞𝚓𝚎𝚛 𝚄𝚌𝚑𝚒𝚑𝚊|| 𝙽𝚊𝚛𝚞𝚝𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora