capítulo 10

4 0 0
                                    

     Dylan llevo a Eros a su casa a las ocho y media, lo dejo temprano para poder el así cenar con sus padres ya que al día siguiente hacían barbacoa en su casa así prepararía las cosas con ellos.

***
     Cora se levanto temprano no podía seguir durmiendo, pensando en la comida en casa de Dylan aunque su amor platónico de niños hubiera quedado atrás estaba inquieta, para relajarse saco los bocetos de la tarta que tenía que preparar en dos semanas, hizo algún retoque, quería perfección y en su trabajo lo conseguía al noventa y nueve por ciento.

***
     La llamo Bianca, la esperaría abajo en cuarenta minutos, Cora no estaba lista se le fue el santo al cielo con los bocetos, era su mundo, mientras dibujaba se olvidaba de todo, se transportaba a ellos, se los imaginaba tal y como los dibujaba.

     Entro en su habitación, se fue directa al vestidor, no tenia ni idea de que ponerse, cogió lo primero que pillo se lo coloco se pinto los ojos un tono verdes agua y naranja, se dio un toque en los labios de brillo y nada de maquillaje nunca se maquillaba prefería ir siempre al natural, así era ella.

      —Lo siento Bianca, he bajado un poco tarde.
     —Hola cariño, nada solo han sido solo cinco minutos.
     —Es que cuando me llamaste estaba con mis bocetos y se me fue el santo al cielo.
     —Que guapa vas.
     —¿En serio? Si me he puesto lo primero que he pillado.
     —Pues si estas muy guapa, además que tienes el guapo subido, de esas veces que te veo mas guapa que nunca.
     —Que exagerada, eso tu que me ves con buenos ojos y tu no te quedas atrás.
     —¿De verdad? Porque a mi me da un poco de vergüenza, esto lo hago por ti por que me lo pediste.
     —Te debo una por lo de hoy, después de tantos años, pero bueno mi madre me dijo que no faltara, gracias por no dejarme sola.

     Eros ya estaba listo, estaba esperando a su hermana que iba a recogerlo así irían los tres juntos, el claxon sonó ya estaban en la puerta, salió y entro en el coche de Bianca.

     —Buenos tardes señoritas.
     —Buenos tardes hermanito —se tiraron besos al aire.
     —Hola Eros.

     Eros se sonrojo no recordaba a Bianca de esa manera, le observo la frente lisa los ojos de color miel su nariz y los labios, volvió la vista a un lado sintió algo por su estómago, pensó que quizá tenía hambre.

     Llegaron a la casa de Dylan, le abrió la puerta su madre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


     Llegaron a la casa de Dylan, le abrió la puerta su madre.

     —Hola! Pero que guapos venís todos, que bien teneros aquí, pasad dentro, Dylan baja ahora.
     —Hola señora              .
     —Por favor hablame de tú. —Ambas sonrieron.

     Cora y Bianca pasaron con ella al salón estaban hablando de cuando eran chicos, sacó alguna foto y no pudieron evitar ponerse rojas de la vergüenza que les dio, todavía guardaban aquellas fotos en una fiesta de cumpleaños de su hijo a la que acudieron las dos para acompañar a su hermano nada que ver con lo que eran y estaban ahora. Dylan bajo y se dirigió directamente a la parte de atrás donde estaba todo montado la gente hablando y en la piscina varios niños.

     —Eros, ¿Al final has venido solo?
     —¡No!! Es que tu madre está hablando con mi hermana y Bianca, mis padres están al llegar.
     —¿A si?, no las he visto.
     —Es que están un poco cambiadas, voy a por ellas. —Eros sonrió en plan pícaro.

     Cora entro de la mano de su hermano junto a Bianca por la puerta de atrás, las dos estaban muy nerviosas miraban alrededor y conocían a algunos de ellos del colegio, había familiares de Dylan, intentaba buscarlo y sus miradas se cruzaron.

     —¿Dylan que te pasa? Parece que hayas visto un fantasma.
     —¿Dime que ella no es tu hermana? —susurró delante de ellas.
     —Si, ¿te acuerdas de ella?

     Eros los presentó, se dieron dos besos y los de Cora le sabio a poco, su aroma se le quedo impregnado en la nariz de nuevo y no pudo resistirse en hablar con Eros, mientras ellas se sentaron a tomar algo.

     —Estoy nerviosa Bianca y en realidad no se ni porqué.
     —Quizás porque te recuerda al instituto, yo me acuerdo cuando pasábamos por la puerta de Dylan y lo veíamos salir de su casa con Dakota, los dos tonteando, creo que aunque no lo reconozcas te gustaba pero él solo te conocía como la hermana de Eros.
     —¡Bianca! en serio no me llegó a gustar nunca de verdad y lo de pasar por su puerta me hacía gracia ver la cara de Dakota no podía ser más… bueno déjalo no quiero remover nada. —Ella sabía que en el fondo su amiga tenía razón, pero no quería pensar en el pasado.
     —Bueno no me lo reconocerás a mi pero ellos ahora están guapísimos.
     —¿Cómo que están?
     —Si que está guapísimo.
     —¡Has dicho están!
     —Calla, calla, que se están acercando.

***
     —¿Dylan que te ha pasado?
     —¿Tengo que contarte algo?
     —¿Dime?
     —¿No se por donde empezar?
     —Por el principio seria lo mejor.
     —Tu hermana es la chica del centro comercial.
     —¿Cómo?
     —Si tío, es ella, me he puesto hasta nervioso cuando te he visto con ella de la mano.
     —En serio estoy alucinando —dijo mientras se acercaron a ellas.
     —Eros cariño ¿me haces un favor? —Sin que le diera tiempo a contesta ella siguió hablando—. Voy a por algo de beber te quedas con Bianca y la pones al día —Eros se ruborizo algo atípico en el.
     —Si claro.
    —Espera Cora que yo te acompaño —soltó Dylan.

     Fuero a por las bebidas y el insistió en sentarse y hablar un rato, quería conocerla no solo quería eso pero tenia que dejar esos pensamientos fuera de su cabeza, por un instante se le venían deseos sexuales con ella, quería sentirla, se sentía atraído por ella, pero a la vez quería acariciarla suavemente, quería acariciarla como si con una pluma la acariciara, sentir ese escalofrío y quería conocerla, el como era ella, sus hobbies lo que hacía en su tiempo libre, ect. Sintió con ella esa atracción que no había sentido con nadie a día de hoy.

     —No sentamos un rato.
     —Mm no se, he dejado a Bianca con mi hermano…
     —Me apetece sentarme contigo, tu hermano seguro que se las apaña.
     —¿Bueno, porque no?
     —Donde has estado metida toda mi vida.
     —¡Perdón!
     —No perdóname quería decir que ha que te dedicas en tu día a día —se puso algo nervioso.
     —Bueno pues trabajo en una tienda de repostería, miento, trabajaba lo he dejado por un tiempo, el jueves fue mi último dia, voy a tomarme un respiro e innovar en lo que de verdad quiero hacer, aquí no está muy visto y no hay mucha gente que lo conozca y por una serie de sucesos me voy fuera un tiempo, quiero desconectar y aclararme.
     —¿Te vas de la ciudad ya?
     —Si y no, se suponía que me iba el martes, pero al final me voy en doce días, necesito desconectar de aquí, a veces es como si me asfixiara, bueno no se que hago contándote mis cosas, te estaré aburriendo.
     —¿Cómo? Para nada ¿Bueno y a que es eso que te dedicas que por aquí no se estila mucho?
     —Utilizo flores para dar sabor a mis tartas, ya sean rosas, diente de león, violetas, verbena, lirios, claveles… hay muchas variedades.
     —¿En serio?, ¿Así que eres tú?
     —¿Cómo?
      —Nada, nada, sigue contándome.
     —¿Te resulta raro, no?
     —No se, nunca lo he probado y la verdad me da curiosidad.
     —Te ofrecería probar alguna variedad, pero no se…
     —Estaría encantado, tu solo dime donde y cuando.
     —¿En serio? ¿Pensaba que estabas muy liado con tus cosas?
     —Mis cosas pueden esperar ¿Cuándo quedamos?
     —No se me has pillado por sorpresa.
     —¿Tú dime un día?
     —¿El martes, te viene bien?
     —Perfecto, cuando puedas mándame tu ubicación y allí estaré.

esencia de floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora