capítulo 18

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    Estuvieron un ratito pegaditos, después Cora se puso a mirar por la ventana, solo veía nubes y más nubes, le dio un pellizco el estomago y se puso una película, después cogió un libro para leer pero se le canso la vista y acabo dormida, Dylan le quito el libro y la arropo con una manta hasta la cintura.

     —Cora preciosa despierta, ya hemos llegado.
     —¿Ya? ¿Cuánto he dormido?
     —Por eso no te preocupes, en diez minutos salimos.
     —Vale, voy al baño.
     —¿Estas lista? Abajo nos espera un coche.
     —¿Dónde estamos? —preguntó cuando salió por la puerta del avión.
     —Estocolmo, Suecia.
     —En serio ¿sabes lo que significa este sitio para mi?
     —No, pero me hago una idea, es el mejor sitio donde preparan tartas decorativas, viendo vídeos y fotos quede impresionado y quise darte una sorpresa trayéndote aquí.
     —Me encanta —le dio un abrazo de la emoción y se lo agradeció.

     El coche les llevó desde el aeropuerto de bromma al hotel en skansen  a unos treinta minutos, subieron a la habitación a dejar el equipaje, el hotel era impresionante, la ciudad era increíble, Cora estaba ansiosa  de pasear por esas calles y ver el tipo de pastelería que había, como las tenían diseñadas y como triunfaban, quizás fuera su sitio ideal de inspiración y porque no quizás su sitio para empezar como repostera de tartas estaría fuera de su país una experiencia nueva, le vendría bien.

     —¿Qué te parece si paseamos un poco? Viendo que son casi las seis de la tarde y aquí los sitios cierran muy temprano nada es como en España que las tiendas están abiertas hasta las diez de la noche, todo fuera es distinto te lo digo porque cuesta adaptarse al horario, a mi me costó adaptarme a Canadá sobre todo en invierno que según la zona se hace vida subterránea.
     —Ahora mismo me da igual pasear o sentarme en un banco y mirar alrededor, tengo una mezcla de sensaciones que necesito asimilar. A todo esto, me cuesta aceptar este tipo de sorpresas porque valen un pastón y quisiera aportar mi parte.
     —Pero que estas diciendo, de eso ni hablar esto es un regalo que te hago yo a ti y cuando yo hago un regalo no miro el precio. —Se quedaron en silencio unos minutos mirándose a los ojos—. Nunca he venido aquí, así que estoy como tú, esto es nuevo para los dos.
     —Tengo una duda, Dylan ¿No te ibas hace unos días a Canadá?
     —Si, se supone que me quedaría aquí poco más de un mes hasta el dos de Abril y aquí estoy contigo en Suecia ¿Quién me lo iba a decir, no?
     —¿No tendrás problemas por no irte?
     —Para nada, hablo con Joel una vez al dia por skype, lo lleva muy bien y él ha sido él que me ha animado a que me quede un poco más.
     —¿Solo un poco más?
     —De momento si, sabes que tengo que volver, será por poco tiempo, pero tengo todo allí, mi casa, mis cosas y el negocio.
     —Lo se, solo que me cuesta hacerme a la idea —dijo con voz muy baja.
     —¿Qué te pasa, Cora?
     —Es que no llegué a pensar que me podía enamorar de verdad, antes de que llegaras yo tenía mis planes, quería irme lejos de aquí a montar mi propio negocio de tartas, quería irme lejos, llegué a tener el viaje reservado y lo cancele por quedarme aquí conociéndote y pensar que se puede ir todo…
     —Escúchame un momento, te dije que podías venir conmigo, de hecho te pido que me acompañes, ese será el segundo de nuestros muchos viajes.
     —Lo se, pero yo allí no pinto nada, tu estarás liado con tus cosas y yo no quiero ser un estorbo.
    —No pienso discutir más sobre este tema porque para mí tú no eres ningún estorbo, para mí eres todo, mi vida empezó a tener sentido desde que te volvía ver por primera vez, eres espontánea, graciosa eres diferente a las demás y por eso me he enamorado de ti, tu aroma, la forma en la que haces tu trabajo, esa perfección que luego llega a tu imperfección para mi perfecta.

     Se acerco poco a poco mientras le iba diciendo todo lo que le gustaba de ella y la beso, dieron un paseo agarrados de la mano, se pararon bajo un árbol precioso y después siguieron paseando, él la abrazo por la cintura y se paró para volverá besarla, mientras miraban todo alrededor y contemplaban aquel lugar y se miraban sonriendo. Ya habían llegado al hotel, en el ascensor se notaba la tensión de los dos, cada vez empezaba hacer más calor, los dos se miraron, deseaban hacerse uno, ella deseaba tenerlo entre sus brazos, él la cogió se la mano no sabía como reaccionaria ella, se puso algo nerviosa pero lo deseaba tanto como él, le dio un besos y le sabio a sabores con pasión, él la cogió y la pego contra la pared del ascensor, la cogió a horcajadas, le apartó el pelo del su cuello, le acarició la cara, el ascensor se abrió al llegar a su planta, la lllev a horcajadas hasta la habitación, tropezó, y ambos se rieron, siguió hacia adelante sin mirar atrás, entró en la habitación, era enorme, ella soltó el bolso, él la tarjeta de la puerta, la habitación estaba con una luz ideal no muy oscura ni con mucha luz, la dejó encima de la cama, se quito la chaqueta y las deportivas, le quito la chaqueta a ella y la volvió a besar, siguieron desprendiéndose de su ropa sin parar de besarse, él acariciaba cada centímetro de su piel, ella arqueada la espalda al roce de sus manos en su cuerpo, estaban muy excitados, y con ganas de hacerse el amor, él se deshizo de su ropa interior mientras besaba los muslos de ella, ambos se levantaron de la cama y él seguía besando su cuerpo desnudo, una vez que el saboreo todo su cuerpo ella se colocó encima de él en la cama, y empezó a jugar, después se sentó encima y notaba todo su ser junto al de él, hizo movimientos sin llegar a la penetración, el arañaba suavemente la piel de ella, la levantó en peso y la colocó encima de una de las cajoneras, la sentó y le abrió las piernas para poder llegar a ella, cuando al tenía en posición se acerco y la embistió suavemente, hasta que los movimientos fueron de más suave a más rápidos y después de hacerle el amor de varias posturas acabaron en la cama acurrucado dentro se las sábana, el acariciaba cada centímetro de su piel, olía ese aroma tan especial que no podía dejar de respirar, había soñado con ese momento pero no se imaginaba que era mejor de lo que esperaba, no paraban de acariciarse, ella disfrutaba con cada roce de él, no podía imaginarse que alguien la hiciera sentir así, con cada gemido ella gozaba más y más, después se quedaron dormidos uno junto al otro.

     Ella se despertó para ir al baño, quería aprovechar y se darse una ducha, no se imaginaba que podía llegar ten lejos con Dylan pero es que de verdad estaba empezando a tener más sentimientos por él y le dio un poco de pánico

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     Ella se despertó para ir al baño, quería aprovechar y se darse una ducha, no se imaginaba que podía llegar ten lejos con Dylan pero es que de verdad estaba empezando a tener más sentimientos por él y le dio un poco de pánico. Le volvió a inundar un escalofrío.

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