capítulo 23

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     A la mañana siguiente Cora solo quiso ver a sus sobrinos y a su hermana pequeña, todavía no se hacía a la idea de enfrentarse a los demás, también dio opción a que entrará su hermano mayor Ryan. Seguro que el tenía otro punto de vista, pensó Cora.

     —¿Cómo estás? Ya se que algo agobiada, pero intenta entenderlos y verlos desde su punto de vista, sobre todo de las personas que no te acuerdas.
     —¿A que viene eso? Yo intento pensar que paso este tiempo, pero nada.
     —Es que no se trata de que lo recuerdes ya, pero si dejas a los demás ayudarte, también entiendo que tiene que ser poco a poco y ayer Eros te lo soltó todo de golpe, pero hay una persona que se queda fuera todos los días y que no te ha dejado en ningún momento.
     —Me hacía falta saberlo, es que después de tantos años no entiendo…
     —No digas nada, lo de Dylan surgió natural entre los dos, yo mismo estaba en la barbacoa y veía la química que desprendíais, te puedo asegurar que estabas muy a gusto, además te ayudo con varias tartas que te encargaron.
     —¿En serio que ha estado en mi casa? —se tapo la boca con una mano.
     —Si Cora si y estuviste tres días con en Estocolmo en los mejores sitios de repostería de allí.
     —¿Que dices? Dios como es posible he salido de España y no me acuerdo… ¿Y he estado tres días con el a solas?
     —Si sólitos los dos, quizás debas darle una oportunidad y hablar con él, puede ser difícil y estar confundida pero no es imposible intentarlo.
     —Necesito tiempo.
     —Tu misma, que sepas que se tira las horas muertas hay fuera esperando ser él al que llames.
     —Lo tendré en cuenta pero tener paciencia.

***
     A la mañana siguiente él Doctor fue temprano hablar con Cora para decirle que ese mismo día recibiría el alta.

     —Buenos días Cora.
     —Buenos días.
     —He venido temprano para decirte que hoy mismo recibirás el alta, los papeles te llegarán antes de comer, pero no te preocupes puedes comer aquí si quieres, tienes toda la tarde para irte, una cosa más quieres que entre alguien a verte hoy, se que es temprano pero hay alguien que siempre está fuera esperando.
     —Pues si, dile que puede entrar.
     —Perfecto, que te vaya muy bien Cora.
     —Gracias.
     —Buenos días, Dylan puedes entrar —dijo al salir se la habitación—.  Miró con cara de asombro y entró.
     —Buenos días —dijo acercándose para darle un beso.
     —Buenos días —Se ladeo y el beso se lo dio en la cara.
     —Lo siento es la costumbre, espero que no te haya molestado.
     —No te preocupes, es que tengo que hacerme a la idea y asimilar todo —Agachó la cabeza—. Mira ¿Me puedes sacar de aquí y llevarme a comer algo en condiciones? —le pregunto Cora.
     —Estaré encantado.
     —Así podremos hablar más tranquilos, aquí la cosa parece más fría y yo metida en una cama, no me gusta nada y necesito un móvil nuevo el mío está hecho una mierda.
    —Vale, ¿Si quieres me espero fuera mientras te vas cambiando?
    —No tienes porque, puedes esperar, yo entro en el baño y me cambio dentro.
    —Vale, entonces no me moveré de aquí.

     Cora se levantó cogió sus cosas y se dirigió al baño ya se había bañado esa mañana temprano, así que solo se quito la bata de hospital que no podía ser de lo peor, tantos días viéndose así, se quedó la puerta un poco entreabierta, Dylan volvió la vista y se veía la espalda de Cora a través del espejo, quito la mirada no quería sentirse mal en ese momento, después de los tres días que habían pasado y lo difícil que tiene que ser que no se acordarse de él.

     —Bueno ya estoy lista, voy avisar para que me traigan el alta, no me apetece esperar a esta tarde, abriré y avisaré a todos que nos vamos en un momento.
     —¿Cora, como estas? —le preguntaron todos.
     —Muy bien, pasar si queréis, he avisado para que me traigan el alta ya, me voy a comer con Dylan, necesito despejarme, esta noche estaremos todos juntos.
     —Vale, sin problema, dame un abrazo hija.
     Estuvieron hablando los veinte minutos que tardo la enfermera en llevarle el alta, bajaron todos abajo se despidió de sus padres y hermano, ya se marchaba con Dylan, cuando de repente apareció Sam.
     —¿Dónde vais? ¿Ya te ha dado el alta?
     —Hola, pues si ya me iba.
     —¿Podemos comer juntos?
     —Es que me voy a comer con él.
     —¿Bueno pero vais a comer, no?
     —Si claro.
     —¿Y os molesta si me uno a vosotros?

     Cora y Dylan se miraron, ella estaba un poco desconcertada le había sido infiel pero había olvidado tantas cosas malas que es como si no le tuviera rencor, pero el daño estaba hecho, Dylan volvió la cabeza a él no le gustaba su compañía pero no quería meterse y salir perdiendo.

     —Pues no se Sam…
     —Venga una comida rápida, así hablamos un poco, si quieres comemos aquí mismo, el centro comercial está aquí debajo.
     —En fin, venga algo rápido.

     Cora iba en medio de los dos, lo que se suponía que iba a ser un almuerzo tranquilo se presentaba algo movido, iba con su ex novio por un lado, de lo malo que no se acordaba había cosas imperdonables hasta que le fue infiel, como le gustaría acordarse del día que se entero, por otro lado Dylan un chico ya hecho hombre del que en su adolescencia se enamoró sin que nadie lo supiera aunque su hermanos lo sospechaban y gracias a ellos superó su marcha, ahora estaba con el sin acordarse de los meses que habían pasado juntos si saber hasta que punto llegaron, como le gustaría acordarse de esos momentos bonitos. Mientras tanto fueron todo el camino muy callados.

     —Bueno ya estamos aquí.
     —Si por fin —dijo Cora—. Comamos aquí mismo, me apetece poca cosa.
     —Bueno contadme ¿Como os va?
     —¿A que te refieres Sam?
     —¿A vuestra relación?
     —Eso es problema nuestro ¿Por qué no me cuentas tú lo que pasó entre nosotros? Aunque ya lo sepa pero no estaría mal que dieras la cara, si no hubiera sido por Vicky no me hubiera enterado,  ¿verdad? —Cora sintió un dolor de cabeza y una imagen se le vino a la mente.
     —Ese fue mi mayor error, pero para mí eso es agua pasada, ella no es nada en mi vida.
     —A mi me da igual si ella para ti fue o no fue nada el problema es que como queriendo a alguien se le puede ser infiel, los problemas se hablan, pero no es mejor buscar fuera lo que te gusta, pero mira que no le doy más vueltas eso jamás lo perdonaré y si piensas que por que seas agradable estos días y vengas a verme, te va a servir de algo, lo siento te estas equivocando.
     —Vaya y yo pensando que tú y yo podíamos volver a estar como antes.
     —Pues te estas equivocado, ¿Acaso te crees que un día no recuperare la memoria? ¿Crees que mi familia no ha hablado conmigo?
     —Tu familia no me quiere para ti.
     —Me rio yo de eso, Sam que solo he olvidado unos meses, me acuerdo de todo un año y pico que estuvimos juntos, así que intentes liarme.
     —Perfecto, ya me ha quedado bastante claro, me marcho.
     —Muy bien, que te vaya todo estupendo.
     Hubo unos minutos de silencio, hasta que Sam no desapareció de la vista de Cora, Dylan prefirió no decir nada, no quería entrometerse.
     —Siento lo que has tenido que presenciar.
     —No es la primera vez.
     —¿A no?
     —No, en la boda de la amiga de mi hermana, preparaste su tarta y nos invito y allí por coincidencias de la vida el iba invitado por d parte el novio y te lo encontraste no ha sido como ahora, pero hubo tensión en aquel momento. —Que triste haber olvidado tantas cosas ¿Hice más tartas? ¿Me acompañaste a recoger flores?
     —Te ayude a hacer todas las que hiciste en dos meses conmigo, fuimos juntos a buscar flores a sitios que nunca había imaginado, estuvimos juntos de viaje…
     —¿Y que te parecen mis tartas?
     —Impresionantes, hemos hablado de casi todo, se como fue la primera vez preparando la tarta a tu hermano, se que algún día abrirás tu negocio que es lo que deseas.
     —¿Por qué?
     —Por qué cuando te lleve a Estocolmo disfrutaste, y el ver tu cara de felicidad cuando la mujer hablaba contigo fue muy satisfactorio, ella te dijo cosas que te convencieron para abrir un negocio, pero no aquí.
     —Espero recuperar pronto la memoria.

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