𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 16 - 𝑨𝒏𝒕𝒊𝒄𝒊𝒑𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒂𝒕𝒂𝒒𝒖𝒆

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Leon salió del dormitorio con intención de ir a la cocina a prepararse un vaso de leche, y sintió un cosquilleo extraño en el cogote como si alguien lo espiara. Se giró y vio a Chris y a Jill —quienes estaban aún sentados a la mesa de la sala de estar controlando la información que el teléfono de Owler les iba proporcionando—, mirándolo fijamente.

—¿Qué? —preguntó sin saber a qué venía aquella actitud.

—¡Joder, tío, que yo soy su hermano, y estoy aquí! —Chris le reprochó molesto.

—¿A qué te...? Ah...

Se mesó el cabello en un gesto nervioso y sonrió.

—Esto... no tengo nada que decir —anunció.

—Ya sé que no tienes nada que decir; ya has dicho bastante ahí dentro —insistió cabreado—. ¿Va a ser siempre así?

—Espero que sí —deseó con cara de tonto enamorado—. Ah, lo dices por el ruido: intentaremos ser más discretos —prometió, y se largó a la cocina tan campante.

El capitán siguió mirándolo incrédulo, y Jill lo cogió sonriente por la barbilla y lo obligó a mirarla.

—No seas refunfuñón, soldado —le pidió divertida—, y estampó un beso dulce en sus labios, que él correspondió enfurruñado.

—Sé que mi hermana es tan adulta como yo —reconoció—. Pero de ahí a tener que empaparme de esta manera de sus actividades más privadas... Mierda, Jill, esto me supera —se lamentó con mirada lastimera.

—¿Y qué crees que pensará ella cuando nos escuche a ti y a mí haciendo lo mismo? —preguntó con obviedad.

—Ay, demonios... Acabas de cortarme el rollo de un modo brutal —afirmó con voz débil.

La castaña soltó una carcajada y se sentó en sus rodillas abrazándose a su cuello.

—Eres un cielo, cariño.

Comenzó a tentarlo con besos suaves, sensuales y provocadores, y él la pegó a su pecho en un abrazo posesivo para continuar besándola a placer.

De pronto, Claire salió del dormitorio también, y los saludó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, chicos —dijo tranquilamente—. Y siguió a Leon a la cocina.

—Ya ves cuánto afecta a tu hermanita pequeña lo que tú y yo podamos hacer de un modo... "privado" —Jill dijo a Chris, y mordisqueó su oreja incendiándolo aún más.

—Como diría mi cuñado: "Mujeres" —él respondió, rendido.

La cogió en brazos y se encerró en su cuarto con ella.

Claire se acercó a Leon por la espalda, introdujo sus manos bajo su camiseta y se dedicó a acariciar posesiva su torso. Sus labios mostraron una enorme sonrisa complacida cuando escuchó una exhalación desesperada por parte de su novio.

—No sigas, pelirroja, que no respondo de mí —la amenazó conteniéndose para no girarse y poseerla allí mismo.

—Pero tenemos que preparar la cena, echar un vistazo a la información del portátil, habrá que dormir...

—¿Y por qué me tientas de esta manera, demonios? Compórtate o te daré lo que mereces —la amenazó con picardía.

—Es que...

El rubio se giró y la abrazó cariñoso.

—Estás demasiado bueno.

—Y tú también —afirmó sonriente—. Tenemos toda la vida para disfrutar el uno del otro, amor. No te preocupes por nada, ¿entendido?

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