Él está a punto de subir al ring, su nombre ya está sonando a través del micrófono mientras la multitud se vuelve salvaje.
—Una vez más, damas y caballeros, SPEARB!—
Todavía no me he recuperado de verlo de cerca, y mi sangre ya lleva todo tipo de cosas extrañas, burbujeantes y calientes.En el instante que sale trotando del ancho pasillo entre las gradas, con esa brillante túnica azul con capucha, mi pulso salta, mi estómago se aprieta, y tengo una horrible y desesperada necesidad de huir de vuelta a casa.
El tipo es simplemente demasiado. Demasiada masculinidad y pura bestia bruta. En conjunto, es simplemente como sexo en barra y cada una de las personas a mi alrededor está gritando a todo pulmón lo mucho que quiere lamerlo.
Changbin se sube al ring y va a su esquina. Se saca la túnica, exponiendo todos esos flexibles músculos, y se la entrega a un joven que parece estar ayudando a su entrenador.
—Y ahora, les presento q Wonho!—
Wonho procede a unirsele arriba del ring; Changbin sonríe perezosamente. Su mirada se desliza directamente a la mía, y me doy cuenta que sabe exactamente, exactamente, dónde estoy sentado esta noche.
Todavía dándome ese gesto de "soy todo sonrisas", levanta un dedo en el aire hacia Wonho, y luego me apunta como si estuviera diciendo "Éstlo es para ti".
Mi estómago cae.
—Mierda, me está matando. ¿Por qué demonios hace eso? ¡Es tan jodidamente alfa que no puedo soportarlo!—
—¡Jisung, controlate! — digo, luego me vuelvo a sentar débilmente en mi silla, porque también me está matando a mi.
No sé qué quiere de mí, pero estoy amarrado en nudos porque jamás imaginé que querria algo tan sexual y personal de él.
El vergonzoso recuerdo de pararme cerca de él sólo minutos atrás barre a través de mi, pero la campana suena y me saca de mis pensamientos.
Los luchadores van pie a pie, y Changbin amaga hacia un lado mientras que Wonho se balancea estúpidamente, siguiendo el ridículo movimiento. Una vez que el costado de Wonho parece abierto, él va hacia el desde la izquierda, golpeándolo en las costillas.
Rebotan separándose, y Seo actúa arrogante, amagando y molestando a Wonho. Se vuelve hacia mi, apunta a Wonho, luego a mi de nuevo antes de golpearlo con tanta fuerza que el tipo rebota en la red detrás de él, cae de rodillas, y sacude la cabeza para levantarse otra vez.
Mis músculos sexuales se aprietan cada vez que golpea a su oponente, y mi corazón se oprime cada vez que el oponente devuelve un golpe.
Durante la noche, él pasa a través de muchos luchadores. Cada vez que es declarado victorioso, me mira con esa sonrisa engreida, como si quisiera que sepa que es el hombre dominante aquí.
Mi cuerpo entero se sacude mientras observo su cuerpo moverse, y soy incapaz de dejar de fantasear. Imagino sus caderas moverse sobre mi, su cuerpo dentro del mio, esas grandes manos tocándome, piel contra piel.
Durante los últimos rounds, lleva una mirada decidida en su rostro, y su cuerpo jadea con esfuerzo y brilla con sudor.
De repente, jamás he deseado tanto algo en mi vida.
Quiero volverme loco. Saltar en una cuerda elástica. Correr a toda velocidad otra vez, incluso si es sólo en el sentido literal.
Todas esas citas que jamás tuve porque estaba entrenando para algo que jamás pasó. Viajes que jamás hice por miedo a romperme un hueso que eventualmente terminó roto de todas formas. Nunca beber. Mantener mis notas altas para poder correr.