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Mi reloj interno no me deja dormirme pasadas las seis de la mañana. Incluso después de la noche que pase con él. Cosquillas de deleite recorren por toda mi piel con el recuerdo de todas las formas con las que nos hicimos el amor anoche.

Mi mirada se posa en su gran cuerpo sobre la cama, y la inmensa sensación de propiedad que me vence es tan poderosa que es todo lo que puedo hacer para no unirme permanentemente a su gran y pecaminoso cuerpo.

En silencio y con una sonrisa boba que no va a dejar a mi cara pronto, me deslizo fuera de la cama, sabiendo que Chan y Hyunjin no lo dejarán dormir por mucho tiempo más, y definitivamente no más allá de las diez.

Hyun ya está en la cocina. Me sirvo un poco de café, y puesto que hay mil cosas que quiero preguntarle, me uno a él. Doblando las piernas debajo de mi cuerpo en una silla junto a la pequeña mesa de desayuno, lo veo leer el periódico de la mañana mientras tomo unos sorbos de mi café.

Luego, aclaro mi garganta rasposa antes de decir
—Él me lo contó.—

Por un momento, la única emoción en el rostro de Hyunjin es el shock.
—¿Te contó qué? — Ahora parece dudoso.

—Ya lo sabes. —Pongo mi café abajo y arqueo una ceja.

Baja el periódico, sin sonreír. —Nunca antes se le dijo a alguien— Sus palabras me hacen fruncir el ceño.
—No estés tan alarmado. Te lo contó a ti una vez. ¿No es así?—

—No me lo dijo, Félix, yo era su enfermero. En la sala. Al menos durante el último año.—

Mi mente gira en confusión mientras trato de imaginarme a Hyunjin en una bata, cuidando a mi feroz combatiente en una sala. Yo no vi venir esto. Para nada. La imagen es tan incongruente que tengo problemas para mantenerla en mi cabeza.

—¿Tú estabas con él en la sala? — De acuerdo, sé que suena estúpido, pero eso es todo lo que parece que soy capaz de decir.

Los labios de Hyun se aprietan con fuerza mientras asiente con la cabeza. —Me molestó— Frunce el ceño oscuramente a su café, luego sacude la cabeza —Él es un buen tipo. Un poco imprudente, ¡pero no es su culpa! Nunca se las agarró con nadie. Ese chico era tan cerrado como un maldito muro. Sólo corría por el jardín y hacía sus flexiones en un árbol afuera, todo el día usando sus auriculares y bloqueando todo. Lo tenían todo drogado desde que una vez hizo un plan y les dijo a todos que debían escapar. Todos lo siguieron, hubo un gran desorden, y desde entonces, nadie siquiera le dio la oportunidad de volver a la normalidad, sólo lo drogaban para no lidiar con él.—

—Dios mío. — El shock, el horror, y la ira que siento me recoren como una enfermedad, y apenas puedo tragar el sorbo de café que tengo en mi boca.

—Bin no está loco, Félix— enfatiza Hyun -, pero lo trataban como si lo estuviera. Incluso sus padres. Todo lo que tuvo en términos de confort durante esos años fueron sus malditos auriculares. Es por eso que rara vez se expresa. Simplemente no puede. Ha estado demasiado cerrado durante años—

Con un corazón que acababa de fundirse por él, me doy cuenta de que, desde el principio, Changbin se ha abierto a mí a través de la música, que es algo que resulta familiar y reconfortante para él, y de repente, quiero escuchar cada una de las canciones que ha puesto para mí de nuevo.

Mis ojos pican un poco, y bajo la cabeza para que Hyun no vea que me conmueve más allá de las palabras. Changbin es un hombre tranquilo. Es un hombre fisico, que cede a sus instintos, pero no creo que ni siquiera sepa cómo verbalizar bien sus emociones.

Me pregunto si yo también soy un poco cerrado  como Bin.

En mi vida me he apoyado con frecuencia en Jisung, diciéndole cosas que me da vergüenza admitir. Ni siquiera le dije a nadie después de mi desgarro del ligamento cruzado anterior, lo que apestaba.

Changbin es tan diferente a mí, y sin embargo, somos tan parecidos que juro que puedo entender a este hombre con mi alma.

De repente, tengo que luchar contra el impulso de ponerme de pie, volver a la cama y acurrucarme con él.

—La noche en el hotel... cuando le inyectaste algo... ¿qué fue eso?—

—Un episodio. En realidad no es otra personalidad, como la gente piensa. Bueno, lo es, en parte, pero es más como un estado de ánimo. Es una expresión del gen alternativo, conflicto en con el anterior. Generalmente, algún acontecimiento externo detiene la expresión de ese gen, y el otro toma su lugar, cambiando su estado de ánimo de forma espectacular. — Hyunjin encuentra mi mirada con sus cálidos ojos marrones preocupados, sus rasgos retorciéndose en el dolor. —Él sufre enormemente, Félix. Porque no recuerda lo que hace cuando se vuelve maníaco.—

Pienso a todas esas noches en las que vino por mí a mi habitación, con esos ojos oscuros, y me besó sin sentido hasta la mañana.
—Pero me dijo que no recordaba algunas cosas— digo esperanzado

—A veces lo hace, pero a veces no. El punto es que no puede confiar en sí mismo para saber a ciencia cierta lo que hizo cuando estaba a en ese momento.—

Es por eso que intentó ser tan cuidadoso conmigo... Mi interior se vuelven líquido en todas partes

—Entonces, ¿Se lo contó a Chan?—
—Yo le dije a Chan. Tuve que contratar un extra para poder tomar un día libre. No me gustaría volver y encontrar a Changbin metido en un montón de problemas. El Entrenador también lo sabe, por supuesto, y Dahyun sospecha que algo está pasando, pero no sabe el término real de lo que él tiene. Piensa que es malhumorado—

Suspirando ante eso, Hyun se sirve un poco más de café.
—Yo lo ayudé a salir del hospital en cuanto pudo. Acababa de terminar de fumar, y me dijo que quería ir a ver a sus padres, que me pagaría si le daba un aventón. Así que acepté.—
La ira aparecen en el rostro de Hyunjin cuando regresa a su asiento
—Pero sus padres no querían tener nada que ver con él. Estaban asustados siquiera de verlo. Mierda, deberías haber visto ese drama. La madre empezó a llorar, el padre le dijo a Bin que querían vivir en paz, y él se quedó allí. Podía verlo luchando por las palabras. No sé si quería rogarles por una oportunidad o no, pero no dijo nada. Le cerraron la puerta en la cara. Así que nos fuimos. Changbin empezó a pelear por dinero. Era muy bueno, así que se metió en el boxeo profesional y me contrató a tiempo completo como asistente. Levantó una casa en Yongin y tuvo otra oportunidad con los vecinos. Cuando por fin sus padres parecieron estar contentos con su creciente fama, lo invitaron a cenar. Pero su oponente le puso una trampa, contrató a un imbécil para que lo siguiera. Changbin tiene un mal genio, incluso cuando está en un estado de ánimo normal.—

Mi café se enfrió, así que también fui y me servi otra taza mientras procesaba todo esto. Hyun continúa al verme tomar asiento.

—Lo echaron del profesional y sus padres nunca aparecieron en el restaurante.—
Suspira mientras yo estoy sentado aquí, ambos tristes y heridos por Bin, luego agrega
—No suena tan fácil como parece, Félix. Pero vivir con ello puede volverse dificil.—

Sus ojos se clavaron en mí, esperando mi respuesta, puedo sentir la pregunta en sus ojos casi como si estuviera hablando, le preocupa que deje a Changbin, y no sé qué garantía le puedo ofrecer, especialmente cuando no tengo idea de que esperar de su bipolaridad. Pero sé que quiero quedarme, realmente lo quiero.

-B.O.X- ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora