Volamos a Suncheon ahora.
Los chicos se sentaron adelante con Dahyun y el entrenador, y yo estoy en la parte trasera del avión con Changbin.
Él sigue el ritmo, pero yo no, trato de escuchar a Chan y Hyunjin en su conversación.
Binnie no ha entrenado en cuatro días, desde que Chan nos despertó esa mañana. Me fui a cambiar y esperé abajo, pero Chabgbin nunca apareció. No salió de su habitación los siguientes días.
Hay algo entre nosotros, y tengo miedo de darle un nombre. Durante las últimos cuatro noches, ha venido a buscarme a mi habitación y llevado de nuevo a la suya, y en esta última noche, incluso se quedó todo el día.
Nos besamos como si lo hubiéramos estado esperando durante el día, que en mi caso es toda verdad.
Sunggie ha enviado mensajes en respuesta a mi mensaje cuando estaba borracho sobre tener sexo con Binnie.
Quiere saber si pienso hacer pequeños Binnies pronto. Y la verdad es que no sé lo que estamos haciendo, pero la forma en que me besa se siente como si yo fuera su droga y el un adicto.
Tan pronto como llegamos a la cama, su boca se funde con la mía y no la suelta. Sus brazos me sostienen clavado a su cuerpo como si me fundiera en él. Me siento como su ancla, y él se siente tan poderoso y emocionante como una caída libre.
-Sus puntos no lo mantendrán en el primer lugar para siempre - murmura ahora Chan, y no hay duda de la preocupación en su voz—Ya bajó al segundo lugar, parece que pasara a ser el tercero. No puede perder una sola noche y no se puede perder una pelea más.—
Cuando lo alcanzo, que la necesidad de sentirlo se incrusta dentro de mí, el daño es tan grande que no sé ni qué hacer con él y necesito detenerme.
Incluso ahora, me doy cuenta de que he estado tan cerca como puedo sin sentarme encima de él, toda la longitud de mi muslo desnudo presiona contra el suyo, y él sonríe con esos hoyuelos que erizan mis dedos de los pies, porque creo que le gusta que esté cerca de él también.
Se quita los auriculares, y luego agacha la cabeza hacia mí, como si en silencio me pidiera que le diga lo que está pasando.
—Están preocupados por ti.—
Sostiene mi mirada.
—¿Por mi o por mi dinero?—Su pregunta tranquila se siente tan íntima para mí como los susurros que me dijo cuándo me besó en su habitación la noche anterior, cuando susurró "bésame" y me llamó bonito y me decía que olía muy bien —Tú. Y tu dinero — digo.
Esos hoyuelos vienen de nuevo, pero sólo brevemente, apareciendo como si dos ángeles apretaran sus mejillas.
—Voy a ganar. Siempre lo hago.— Sonrío, y cuando su mirada cae a mi sonrisa, la conciencia de mi boca se apodera de míMis labios se sienten hinchados y rojos. Sus ojos se oscurecen aún más a medida que los estudia, y un escalofrío corre a través de mi.
Trato de detenerlo al mismo tiempo que lucho por no mirar de nuevo su hermosa boca, que tiene un aspecto delicioso, dolorosamente más rosada y más gruesa por mis besos de hoy.
—¿Quieres correr hoy? ¿Para prepararte para mañana? — le pregunto, y está tomando todo mi esfuerzo concentrarme en otra cosa que no sea el fuego que ruge dentro de mi.
Niega con la cabeza.
—¿Estás cansado? — digo.
Asiente con ojos tristes, su voz baja, pero no de disculpa.
—Tan jodidamente cansado que apenas puedo salir de la cama—