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Él es definitivamente rápido.

Súper, completamente, rápido.

Médicamente, Hyunjin dice que se llama Manía.

Y sospecha que este episodio pudo haber sido desencadenado por la noche que fui a ver a mi hermana, ya que durante su reunión financiera, Changbin solo le había preguntado tres cosas a Hyun, y ninguna de ellas tenía nada que ver con las finanzas de las que le había hablado.

—¿A que hora te dijo que volvería?
—¿Estas seguro que Chan lo irá a recoger?
—¿Por qué tarda tanto?

Hyun dice que cerró el tema del dinero y envío a Changbin a su habitación tan pronto como Chan le había avisado que estamos en camino.

y fue entonces cuando lo encontré escuchando musica, a la vez que llevaba una sombría y reflexiva expresión en el rostro. ¿Pensaba que no volvería?

No sé. Todo lo que sé es que lo hicimos cuatro veces esa noche, como si cada vez necesitara reclamarme una vez más. Y ahora paso a ser totalmente pícaro y cada parece que desayunará diez Red Bull.

Está totalmente cargado.
Su ser engreído habitual a la décima potencia.

Me atacó en la cama como un león esta mañana.
—Te ves especialmente apetecible esta mañana, Lee Félix. Lindo, cálido, húmedo. Y estoy encantado de tenerte en mi bandeja de desayuno— su lengua hace una línea húmeda sobre mi pezón, luego va por todas partes, lame mi clavícula como siempre lo hace —Lo único que falta es una cereza sobre tu cuerpo, pero estoy seguro que tenemos algunas.

La picardía en sus ojos me derrite cuando hace aparecer una cereza dentro de su mano, lo que me hace darme cuenta de que probablemente había ido a buscarla a la cocina durante la noche y había estado esperando para abalanzarse sobre mi al instante que despertara.

Señor, efectivamente es un depredador.

Gimiendo atontado, ruedo a mi espalda y miro a su rostro detiene corazones. Mandíbula desaliñada. Ojos oscuros brillando. Sonrisa con hoyuelos.

Dios, estoy perdido.

—¿Quién es tu hombre? —pregunta con voz ronca, y me besa, rozando la cereza contra mi glande.
—¿Quién es tu hombre, bebé?

—Tú —me quejo.

—¿A quién amas?—

Temblores corren por mi cuerpo mientras tortura mi erección con la cereza, llegando hasta mis testiculos y al mismo tiempo penetra mi entrada con un largo dedo.

Miro fijamente a sus ojos, aturdido. Puedo ver manchas en miniatura de color en sus misteriosas profundidades, quiero desesperadamente decirle: Tú, sólo te he amado a ti, pero no puedo.

No así, no cuando está en este estado, no cuando ni siquiera podrá recordarlo.

—Tú me vuelves loco, Bin —le susurro, y descaradamente agarro su pene y la arrastro con ansiedad hacia mí, así me puede llenar, frotar mi sexo hinchado con su polla dura y hacerme oler a él de nuevo.

Toda la semana, está en modo alto de mantenimiento, y apenas puedo seguirle el ritmo, pero me encanta. Sus sonrisas resplandecen.

Tiene que tomar descansos de sexo ahora en los entrenamientos. No puede verme sin necesitar follarme. Cuando voy a estirarlo, me quiere a mí tan pronto como lo toco.

Ahora me doy cuenta de que cuando está en ese estado, sus ojos están muy negros, pero un negro muy oscuro.

Sin embargo, su estado de ánimo es... de alguna manera, negro. No siempre, pero a veces. O absolutamente altivo, o súper cabreado. A veces nada lo hace feliz.

-B.O.X- ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora