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En el ascensor, me mantiene cerca de su lado y la cabeza agachada hacia mí, puedo sentir su respiración.

Estoy dolorosamente consciente de lo grande que es, en comparación a mí, y de sus cinco dedos extendidos alrededor de mi cintura, y del momento exacto en el que baja su nariz hasta mi oreja.

Me hace cosquillas cuando exhala, y se encuentra tan cerca que sus labios rozan mi oído como si murmurara.

Oigo su profunda inhalación, y de repente mis órganos sexuales palpitan con fuerza, duele tanto que quiero girarme hacia él y enterrar mi nariz en su piel, inhalando todo el aire que pueda dentro de mis pulmones.

Pero por supuesto que no lo hago.

Me acompaña a mi habitación, y mi cuerpo está en tan mal estado que mi cerebro no puede ni siquiera encontrar a un tema de conversación para eliminar el tenso silencio que nos acompaña.

—Hey, hombre, ¿Listo para la pelea?—

Un uniformado miembro del personal del hotel, que parece ser un fan, le pregunta desde el otro lado del pasillo.

Changbin pone sus pulgares hacia arriba con una sonrisa con hoyuelos, antes de girarse y enterrar su nariz en mi cabello.

—Llave — dice en un susurro gutural que me pone la piel de gallina. Desliza la llave y me lleva adentro.

Dahyun no está aquí, sé que probablemente está haciendo la súper lujosa cena de él. Me deja en el borde de la segunda cama matrimonial, supongo que se da cuenta de que es la mía, ya que Dahyun tiene una foto de sus dos hijos frente a la primera cama.

Busca la hielera.
—Te conseguiré hielo.—
—Estoy bien, Bin, yo lo haré más tarde...—
La puerta se cierra antes de que pueda terminar la frase.

Exhalo mientras me agacho para palpar mi tobillo evaluando el daño que he causado.

Él deja la cerradura abierta por lo que no tiene que tocar, me tenso cuando regresa y cierra la puerta.

Abre la llave del baño y luego está de vuelta, luciendo enorme e impotente dentro de mi habitación mientras se deja caer la hielera en la alfombra.

Se arrodilla a mis pies; la vista de su poderoso cuerpo y su oscura cabeza inclinándose hacia abajo mientras me atiente trae una oleada de deseo que me recorre con ímpetu, miró hacia el hielo y quiero meter mi cabeza en la cubeta.

Quita mi deportiva y después el calcetín, luego toma mi pierna con delicadeza y mete mi pie dentro.

—Cuando solucionemos esto te enseñaré como derribarme — susurra.

Cuando no respondo por estar completamente deshecho por su toque, levanta la vista y sus ojos son a la vez tiernos e íntimos.

—¿Frío?—

Aunque el resto de mí está todo excepto frío, mis pies comienzan a congelarse mientras el agua los envuelve.

-Si.-

Mientras hunde mi pie más profundo, mi cuerpo entero se tensa con la frigidez. Él se detiene a mitad de camino.

—¿Más agua?—

Sacudo mi cabeza y meto mi pie más rápido el resto del camino, pensando, sin dolor no hay ganancia. Mis pulmones se ponen rígidos cuando mi cuerpo absorbe el frío.

—Oh, mierda.—

Nota mi mueca y saca mi pie, luego me sorprende aplastando mis pies helados contra su estómago para calentarme. Sus abdominales se aprietan bajo mis pies y sus ojos retienen los míos con una fuerza tan fuerte que me ahoga.

-B.O.X- ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora