YASHCHIKAYA PANDORY© [+18]

UBIYTSY II

⚠️ADVERTENCIA⚠️

EL SIGUIENTE CAPITULO 

CONTIENE ESCENAS DE ALTO CONTENIDO VIOLENTO Y LENGUAJE VULGAR NO APTO PARA MENORES DE 18 AÑOS POR LO QUE SE REQUIERE TOTAL DISCRECION.

Analicé durante algunos segundos al boyevik en busca de alguna debilidad mientras dejaba escapar el humo del cigarro. Pero el bastardo parecía ser duro como una roca, así que si quería romperlo debía improvisar.

—Tal vez tú sí quieras mantener algunas partes de tu cuerpo en su lugar —comenté al notar su altivez.

—No lograrás hacerme hablar. Tus métodos son algo anticuados —Sonreí ante su absurdo intento de renuencia. Igual lo haría cantar como un tierno pajarillo.

—Entonces, no temes a la justicia del Inquisidor.

—Ese bastardo me la puede chupar cuando quiera.

—¡Bah! Puedes hacerlo mejor que eso, Vamos, al menos inténtalo, ¿o eres como esos idiotas que se duchan con paraguas?

—¡Vete al diablo pedazo de mierda afeminado! Dame la oportunidad y te rebano el puto cuello.

—¡Oh vaya! Creo que tenemos a un gran apostador aquí. Creo que... Comienzo a tener miedo. Nah, no es cierto pero debo confesar mi muy desagradable amigo, que tenía altas expectativas hacia ti. Y no me mires así, lo digo serio.

—Mira rubio de mierda, mejor deja de hablar tan ta basura, acabemos con esto de una vez —Su furia me parecía un poco divertida, si tan solo supiera que no saldría con vida de aquí.

El infeliz no tenía ni idea de lo que le esperaba.

—¿Sabes? creí que eras más inteligente que tu compañero a quién de ahora en adelante debo llamar... ¿Cómo es qué debo llamarte? —Me dirigí al tembloroso Yorka de los lobos—. ¡Diablos! Pero qué desconsiderado soy. Podrías coger una infección —Cogí la botella, derramé más Vodka sobre sus heridas y sonreí al verlo retorcerse del dolor.

—¡Ustedes no son más que escoria! Pakhan Zaitzev es el verdadero líder de la organización. No como esa gallina del Vor v que se esconde, mientras otros hacen el trabajo sucio. ¡Alguien así no merece ser llamado líder! Si tuviera algo de honor, se pegaría un tiro. Con ello se ahorrará la pena de que alguno de ustedes lo haga primero.

Lo observé durante largo rato mientras intentaba apaciguar el instinto de querer arrancarle los ojos y la lengua de un tajo a este maldito.

—¡Oh maldición, acabas de herir mis sentimientos! —señalé con algo de burla cuando terminó de hablar e hice un triste ademán— ¡Mierda! ¿Alguno trajo un pañuelo? Creo que estoy a punto de llorar.

Miré a Nicolae y, continuaba apeltrechado en su esquina pero noté que sus ojos se habían vuelto negros como el carbón mientras entornaba su macabra mirada hacia el boyevik escorpión.

—¿Por qué tú y la puta del infierno no van allá afuera y se joden entre los dos? ¡Sí tu, maldita marica! —comentó dirigiéndose a Nicolae—. ¡Es mejor que dejes de mirarme como una maldita zorra enajenada! No me van las de tu tipo.

Apenas si tuve tiempo de esquivar el velocista que pasó junto a mi. En un instante, Nicolae, estaba parado en una esquina y, al otro, arremetía en contra del boyevik sin compasión.

Todo parecía ir en cámara lenta, no sabia como reaccionar ante el impulsivo ataque. Solo veía subir y bajar su brazo de manera continua como aquel gato chino de la suerte mientras el martillo destrozaba el rostro del sujeto. Golpeaba como un autómata sin control dejando a su paso un mar repleto de sangre, carne y huesos.