CAPÍTULO 15 AGRIDULCES MELODÍAS

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«Nunca desistas de un sueño sólo trata de ver las señales que te conduzcan a él »

VIKA

Miles de fragmentos de colores tan fulgurantes y rápidos como estrellas fugaces, cruzan por mi mente. Quiero tocarlos, pero la rigidez me mantiene inerte como una marioneta sin hilos que la sostengan. El sonido de mi voz, es solo un eco silencioso en la agobiante oscuridad mientras los lejanos susurros vienen y van.

Quiero abrir los ojos, atestiguar aquello que acontece pero los párpados
no obedecen y se hacen cómplices de una agobiante confusión. Un constante beep...beep...beep se sincroniza con el palpitar de mi corazón y solo hace que quiera gritar.

¿Quién soy?

¿Por qué estaba allí?

¿Qué me había sucedido?

Estas dudas me atormentaban como un indolente verdugo. Y por consiguiente, alentaban el ya angustiante deseo de querer escapar de la prisión que suponía mi cuerpo.

¡Huye!

Repetía una inefable voz en mi cabeza...

¡Vamos!.. ¿Qué esperas?...

¡Hazlo!

Demandaba con insistencia recrudeciendo mi agonía.

—Vika... —dijo alguien en la lejanía.

Fue apenas un susurro, pero la cadencia gutural era...

Agradable.

¿Quién?

¿Quién era esta persona?

Intenté apretar su mano cuando estrechó la mía, pero él esfuerzo resultó algo inútil.

—Ya estoy aquí, mi amor —susurró y el corazón me palpitó con fuerza—. No sabes lo preocupado que estaba, Vik. Pero ya todo está bien —continuó y quise gritar que me ayudara. Sin embargo, no pude—. El Doctor Owen dice que el cirujano plástico revisará tu caso y eso me hace sentir tan emocionado Vik. Pronto volverás a ser la de antes ¡Dios! Te extraño tanto que... —De repente aquella voz se quebró y algo cálido impregnó mi mano—. Yo... Lo siento. Debes pensar que soy un idiota ¿No es así? —dijo sorbiendo de manera ruidosa y supe que estaba llorando.

Un leve cosquilleo recorrió mi brazo y me sentí mal por aquel extraño que sostenía mi mano.

¿Qué se supone que significaba esto?

A esta persona no la recordaba pero sus palabras... Sus palabras habían logrado inquietarme y por consiguiente ahora me sentía extraña. De pronto, la voz de una mujer mayor irrumpió en la habitación y percibí un leve cambio de posición de la persona a mi lado.

—Señorito Romeo, ya es hora de que salga —señaló la mujer—. Esta niña debe descansar.

—Un minuto más, por favor —suplicó el hombre aun con mi mano entre las suyas.

—Lo siento jovencito, son órdenes del Doctor —respondió con firmeza la mujer, y supe que se trataba de una enfermera.

—Lo sé. Pero al menos deje que me despida de ella ¿No? —gruñó él.

—¡Jum! Estos jóvenes de ahora, ya no guardan ningún respeto hacia sus mayores —refunfuñó la mujer.

—Lo siento, no quise ser grosero —Se disculpó.

—Está bien, pero tienes quince segundos a partir de ahora o llamaré a seguridad —dijo la enfermera.

—Entendido —respondió él—. Ya la escuchaste, Vik, por ahora debo marcharme. Pero volveré mañana, y todos los días que sean necesarios. Lo prometo —dijo y sus labios besaron mis nudillos.

YASHCHIKAYA PANDORY© [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora