«La vida consiste en aguantar y sufrir todo lo que podamos y rara vez es justa»
Siempre me ha gustado coquetear con la muerte. Me resulta fascinante sentir ese subidón de adrenalina que inunda el cerebro cuando estás frente al peligro es algo...
Tu cuerpo comienza a sudar en un vago intento de enfriar los músculos mientras tus pupilas se dilatan en un esfuerzo sobrehumano por absorber toda la información de aquello que te rodea. El instinto primitivo se activa y es allí cuando te das cuenta de que ya estás listo para entrar en acción sin importar las consecuencias.
Supongo que lo único comparado a esta explosiva sensación podría ser el sexo aunque a un nivel muy diferente si tenemos en cuenta mis peculiares caprichos en la cama. ¡Ah! Nada como un buen polvo después de una balacera.
Pero volviendo al presente...
Estaba frente a una situación que comenzaba a volverse tensa. Así que era imperativo mantener la cordura y no dejarse llevar por el impulso.
No, aún no.
-¡¿Acaso no me han escuchado?! -Esta vez enfatice un poco más mis palabras para que estos imbéciles obedecieran.
Después de todo no era necesario complicar las cosas.
-Disculpe Señor, pero esa mujer podría matarlo -manifestó Ilich con justa razón. No obstante, la idea no era iniciar un conflicto aún mayor en el que todos saldríamos perdiendo.
-Se los dije, ¡Esa zorra no era de fiar! -vociferó Vadim como si toda esta mierda no fuera culpa suya.
Maldito idiota. Ya me las arreglaré con él.
-¡Atención Brigadieres! He dado una orden así que, ¡Obedezcan carajo! -dije, para que se dejaran de tanta estupidez de una maldita vez.
Si a los muy cretinos se les ocurría disparar a la víbora, lo fastidiarían todo; sin mencionar que arruinarían mi traje.
-Lo siento Señor, pero el Sovetnik ordenó que si alguien intentaba hacerle daño no dudáramos en disparar -argumentó Ilich y su férrea lealtad casi logra convencerme.
Así que el muy sinvergüenza le teme más al puto Nicolae que a mí que soy Vor V. Muy bien, ya veré la forma de castigarlos los dos.
-No, ella no hará tal cosa. ¿Verdad? -dije, sin apartar los ojos de la víbora -¡Así que bajen las malditas armas de una puta vez o pagarán las consecuencias de tal desobediencia!
-Muy bien. ¡Ya escucharon al jefe! ¡Guarden sus armas! -vocifero Ilich y los demás obedecieron.
Sosteniendo el arma con firmeza, ella me lanzó una mirada de desconfianza y recelo. No tenía intención de bajar el cañón. Tal vez me había equivocado al ordenar a mis hombres que la capturaran. Mientras la observaba con más atención, me impresionó su silueta imponente y atrevida. Podría decir que era hasta... ¿Sexy?
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YASHCHIKAYA PANDORY© [+18]
RomanceMarcada por su pasado y conocida como una Boyevik implacable, Irina ha aprendido a luchar entre las sombras, eliminando sin piedad a aquellos que osan cruzarse en su camino de venganza. Su nombre susurra peligro, pero también una promesa de justicia...