Diferentes mundos, algo fuera de lo común, magia y cosas extrañas. Universos completamente paralelos pero que de algún modo se conectan.
Una vida algo extraña para un adulto de 24 años, un hermano sobreprotector, interés románticos en fracaso y un...
—Apártate Luigi. No es tu asunto — exclamó el fontanero rojo hacia su hermano, una pelea que se situaba en los límites del bosque del Reino Champiñón.
—No Mario, no lo haré — resongó al ver que su hermano mayor no bajaba la llama roja que poseía en su mano derecha. -¡Ellos no tiene la culpa y mucho menos están haciendo algo malo!-
—¡No me grites Luigi! No estás en las condiciones de decidir de salvarlos o no, ellos tiene que pagar por lo que ha hecho Bowser — con voz severa sentenció el fontanero al ver que su hermano no se movía.
—¡PERO SI SON SÓLO NIÑOS MARIO! —
—¡Y qué! Llevan años haciendo lo mismo como lo hace su líder, no dejaré que cuando crezcan hagan los mismos actos que él. Así que quítate ahora. — con un nudo en la garganta y con miedo recorriendo toda su columna vertebral, no dejó su posición de proteger a dos de los 8 hijos de Bowser. Negando el hecho de que por ser sus hijos tendrían que pagar por sus actos.
—Si decides hacerlo, hazlo, pero que sea sobre mí primero. De lo contrario no me iré — con la quijada apretada, el fontanero rojo y su irá irradiando en sus ojos, bajó su mano y con deje de desinterés prosiguió a decir:
—No solo porque tú me digas que hacer dejaré que sigan con vida hermano. Aléjate ahora de ellos. No les haré nada — de su mano desizo la bola de fuego y dándole la espalda al de ojos azules dejó que su irá dejara de estresarlo, al igual que la perseverancia de su hermano.
—Vete con la Princesa, espérame allá. De lo contrario no me iré contigo —
—¡Estás loco! Si te déjo a solas con esos mocosos capaz y te matan primero — con gritos al tope, los dos Koopalines como se solían conocer los hijos de Bowser al ver el enojo del hermano rojo y con nervios corriendo por todo su cuerpo enseñaron que no les asustaba el grito, o al menos el más pequeño, quien era el hijo legítimo de Bowser. Bowser Jr.
—Si sigues gritándome el que morirá no seré yo, y no por ellos. Te estoy hablando pacíficamente hermano. Y no lo volveré a repetir — con desespero en su voz y mente, Mario con rabieta se escuchó un murmullo de —Bien, te veré en el castillo — y con eso, rendido caminaba con sancadas grandes y ruidosas, expresando lo enojado que estaba.
Al no es escuchar su voz o sus pisadas, Luigi prosiguió a revisar el área asegurándose de que nadie a excepción de los Koopalines lo escucharan o vigilarán.
