Diferentes mundos, algo fuera de lo común, magia y cosas extrañas. Universos completamente paralelos pero que de algún modo se conectan.
Una vida algo extraña para un adulto de 24 años, un hermano sobreprotector, interés románticos en fracaso y un...
El asombro no salía de sus ojos, aquel brillo iluminaba los iris del británico. Cada que cambiaba de dirección encontraba un nuevo lienzo terminado.
-Esta semana los he comprado, ya no tenía en los tubos de pintura y los pinceles se estaban arruinando rápidamente. No eran de buena calidad - sin importancia enseña al aire aquellos pinceles todos sucios y con unas cerdas que con un movimiento brusco los pelitos saldrían desplomados en el piso con periódico.
Eres simplemente un genio con lo que sea que toques
No importa el material, cuanto compres o regales, sino hay talento por el cual vas a pulir entonces no te puedes llamar artista. Recuerda eso
Con el progreso que llevaban podían descansar al menos unas semanas, pero el trabajo del italiano aumentaba con cada segundo al estar en ese estudio. Con la poca platica que mantenía los dos chicos su progreso seguía creciendo, tanto para el artista como para el repartidor, y vaya que fueron horas de trabajo pesado. Ninguno de los dos quería parar, era una carrera contra el tiempo y poco apoco llegaba la noche, eso significaba que era otro día más de trabajo pesado.
-Muy bien Eso es todo por hoy, mañana comenzaremos el reparto, intenta no hacer mucho esfuerzo para las entregas, mínimo tenemos que entregar cinco cuadros para la siguiente semana. Por hoy solo dejaron encargados al menos diez cuadros y siete collages para esta semana -
-Excelente, entonces te veré mañana en la tarde, tendré medio turno solo por ser tú-
-Muchas gracias, Axel, no sé qué haría sin ti la verdad -
-Estuvieras corriendo de aquí para allá sin mí - un pequeña pero amable sonrisa sucumbió el ambiente haciéndolo algo ameno y agradable.
Una hora después, intentando dejar lo más ordenado posible el lugar dejan, dejan el estudio para irse a tomar una buena taza de café y alguno que otro aperitivo para la cena. Pero el italiano poco a poco sacaba el tema de su mejor amiga, la plática, así como la caminata fueron disminuyendo al estar cerca de su destino, en donde se suponía que ya se estaba cerrando. Y efectivamente, el local seguía con las luces prendidas, pero sin comensales a los cuales atender, solo a una chica de pelo oscuro limpiando las mesas y entrándolas de a poco.
