Capítulo 2

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𝔻𝔼𝕊𝕀ℂ𝕀𝕆ℕ𝔼𝕊

𝔻𝔼𝕊𝕀ℂ𝕀𝕆ℕ𝔼𝕊———————————————𝑪𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒎á𝒔 𝒚 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒔

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𝔻𝔼𝕊𝕀ℂ𝕀𝕆ℕ𝔼𝕊
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𝑪𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒎á𝒔 𝒚 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒔.

(𝑨𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑬𝒊𝒏𝒔𝒕𝒆𝒊𝒏)

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El sol alumbraba cálido, una nueva mañana había parecido. Aquel calor caía en los ojos del italiano desde su ventana cerrada. Somnoliento decide levantarse sabiendo la hora que era, el día anterior había sido pesado para Luigi, pero eso no le quitó las energías de esa mañana.

Como todas las mañanas, su rutina consistía en cambiarse de ropa a una más cómoda, no siempre vestía de overol y camisa verde como lo era casi siempre, cansado va hacía el armario e intenta buscar ropa algo floja para ponerse. Una camisa manga larga algo grande de tipo lana con cuello de tortuga color lima, unos pantalones algo ajustados y sus típicos zapatos cafés fueron lo que había acordado en su mente.

Ya encontrado lo que deseaba fue hacia el baño, una ducha algo rápida para sacar el sueño que tenía encima y el cansancio, cepilló sus dientes y se peinó. La toalla que sostenía la mitad de su cuerpo fue reemplazada por su bóxer, secado y listo su pelo fue a arreglarse para empezar el día.

Su curiosidad de si había llegado su hermano la noche anterior fue instantáneamente puesto en su mente al recordar que no lo había esperado despierto, y aunque esperaba verlo en su habitación dormido no fue el caso para ese día, al ir al cuarto y verlo completamente vacío le dejo un agrio sabor de boca. Y eso que todavía no había desayunado.

Su desayuno a igual que en toda la mañana fue tranquila y relajada, después de haber desayunado, decidió salir no sin antes dejar regadas y húmedas su plantitas de terracería. Un abrigo ligero, celular, billetera y llaves fueron las únicas cosas que tenía para salir. Dejando con doble llave por seguridad. Aunque dudaba si Mario llegaría bien a la casa, o al menos estable.

Ya en la calle fue a un café cerca de unos comerciales, una joven atendía con gran entusiasmo a los clientes que tenía afuera del local, y otro joven atendía a los clientes en barra. Dos amigos que por mera coincidencia se había topado cuando intentó buscar trabajo como mesero. Dos personas que desde los quince años había estudiado juntos y que poco a poco fueron forjando una linda amistad, ya llevaban algunos dos o tres años sin hablarse, por temas de su familia y al hacer apenas su independencia.

Y aunque lo habían tomado a bien, había dejado de comunicarse al ya ser mayores de edad. Dejando los recuerdos a un lado, fue directo al local a saludar, y tal vez  ayudar un poco. 

𝙳𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora