† Solo Ella y Yo †

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En un punto de el capítulo verás esto: * ,a partir de ahí escucha Bemaste de Tiago PZK para darle emoción a la lectura. ♥

—¿Deberíamos reportar su muerte?

Mafe me había soltado, estábamos cerca de la tumba de Nacho y donde pronto sería la de Phoebe, si la encontraban.

—Deberás hacerlo.

—¿Por qué yo? —frunció el ceño.

No encontraba a Matteo, pero lo buscaría hasta sacarle toda la información.

—Porque si lo hago yo parecería raro.

—¿Por qué parecería raro?

Me giré hacia ella, me miraba con confusión.

—Seria raro ver que la misma chica que estuvo con el recién enterrado haya visto morir a la chica que lloraba por él, y que por casualidad también era su amiga.

—Oh —Mafe asintió, volví mi vista hacia el frente—. Lo haré entonces...

—Bien.

—Pero me dirás la verdad de lo que pasó en el campamento —no lo llamaría chantaje, de ella lo llamaría curiosidad.

Volví a girarme hacia ella.

—Y tú me dirás qué pasó la noche de mi cumpleaños.

Mafe miro hacia el piso, asentí lentamente, aceptando su respuesta indirecta. Algunos segundos más pasaron, en los que empezaba a caer el sol, encontré a Matteo con Iván en la entrada del cementerio, hablando con Karen.

Debía hablar con Karen, pero todo en ella había cambiado mucho y no en su aspecto, en su personalidad. No me gustó su desarrollo de personaje.

—Me acompañarás hasta la esquina de la central policial —me ordenó Mafe, asentí.

Caminamos hasta la entrada, antes de llegar, Karen ya se había ido y parecía que Iván discutía con Matteo.

—¿Cómo que no tienes más? —Iván se notaba molesto.

—No, se acabó.

—¡Pero hoy en la mañana tenías toda una bolsa!

—Sabes que ella me pidió hacerlo...

—Sabes que todo esto terminará mal, Matteo —Iván levantó ambas cejas, una expresión muy común en él—. Desde aquella fiesta sabía que todo estaría mal. ¡Y lo peor...!

Matteo lo calló, apuntándole con su dedo.

—Déjala tranquila, ella sabe lo que hace.

—Si supiera lo que hace no hubieras usado toda la bolsa que te quedaba en Muset.

Sonreí de lado. Sabia que Matteo lo había hecho, solo me faltaba confirmarlo, pero ahora debía hacer que confesara o solo tener más pruebas.

Saqué mi teléfono y busqué la grabadora de audio, la activé y salí a dar la cara. Iván volvió a asustarse y Matteo solo me miró feo.

—Escuché a Iván, lo sabía.

Iván tomaba su pecho para respirar y Matteo rodó los ojos.

—Tú, Mafe y yo, sabemos que Iván es un exagerado —Iván se quejó—, como no tengo marihuana para quemar, se inventó el por qué no la tengo.

—Yo lo escuché muy bien y sé que cuando se trata de algo que a Iván le encanta se pone histérico y terco, así se puso cuando te dijo que usaste la bolsa conmigo —me crucé de brazos.

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