† Lo siento †

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Kendall

Ella no se lo merecía.

Muset lloró durante cinco minutos y luego se quedó dormida en mi regazo abrazando su peluche en forma de dona kawaii.

Acaricié su cabello y mejilla, pude ver su perfil, su piel era suave, sus pestañas largas, su nariz perfilada, no se veían rastros de ojeras, a lo mejor por su maquillaje que tampoco tenía tanto.

¿Cómo una chica demasiado linda como ella puede sufrir tanto? No era de sus mejores amigos, pero todo lo que ella me habia contado y sus amigos me habían contado de ella era suficiente para saber que sufrío mucho. Su madre no la quería y la trataba como estorbo, su hermano era super malo con ella, su padre la había abandonado desde hace más de tres años y ahora sus amigos le habían fallado en una fecha muy importante para ella. Sentía que tenía que hacer algo, pero ¿era quién para meterme en su vida, aunque sea injusto lo que le hacen?

Muset, aunque era grosera, directa, que no le importaba nada, dominante, mandona y exigente seguía siendo una chica que habia sufrido mucho y a lo mejor por lo que habia pasado era así.

Miraba a Muset dormir, era la única forma que no estuviera llorando o insultando a quien sea que le pasaba por la cabeza, cuando una llamada de Karina, mi mejor amiga, atacó mi celular y contesté.

-¿Ken? -su voz era rarita, pareciera con dos botellas de alcohol encima y música de fondo.

-Karina, ¿donde estás? ¿Y por qué suenas con dos botellas de alcohol encima?

-Kendall, esas son muchas preguntas -rió detrás de la linea- pero ¿donde estas tú? Te escribí por Whatsapp.

-No he abierto mi Whatsapp y estoy en la casa de Muset.

-¿Qué haces con Muset? -preguntó pensativa- No me digas que ya...

-No, no nada de eso -negué su pensamiento rápidamente-, es que hoy es su cumpleaños.

-Si es cierto -rió con hipo-, pero si mi hermana está aquí con sus amigos.

-¿Donde están?

-En el único club de Nigthtown, Kendall -respondió obvia-. Es una fiesta de Hallowen.

-¿Por qué ellos se fueron para allá y no vinieron a la fiesta de Muset? -me pregunté a mi mismo, pero Karina lo escuchó.

Pude escuchar las risas burlonas de Dyan desde la cocina y bufé.

-No lo sé, Karen no quiso decirme nada.

-No puede ser. Karina recuerda que mañana tenemos clases en el horario de la mañana y vas a llegar con resaca a la universidad, además Karen tiene que ir a la preparatoria.

-Ya suenas como mi papá -rió, con hipo-, por algo tu apellido. Bueno, mañana te llegó a la universidad como nueva.

-Esta bien, y cuidate porque Nigthtown de noche...

-Es pueblo fantasma, si lo se, chao.

Karina cortó la llamada y seguí acariciando el cabello de Muset.

¿Por qué prefirieron ir a un club y no al cumpleaños de su mejor amiga?

Miles de preguntas circulaban por mi cabeza hasta que Dyan habló mirando a Muset.

-¿En serio te gusta ella? -me preguntó mirando a Muset con asco- tan grosera, tan mala. Dormida es la única forma que no estorbe.

Me llenó de rabia el cuerpo escuchar como se expresa así de su hermana. A veces yo odiaba a los míos pero tampoco me expresaba así de ellos.

Muset ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora