Una latina en South Park || South Park x Tu

Cap 8

-Jeez dude, ¿qué mierda te pasa?

Kenny levanta los hombros ante la pregunta de Stan, Cartman iba tan ocupado molestando a Kyle que nadie los había escuchado hablar. En los años que pasaron él y Stan se habían vuelto un poco más cercanos luego de todos los problemas que este tuvo con Wendy, sus padres, su depresión y demás. Incluso había sido él quien se sacrificó para evitar que él se suicide, algo que ninguno recuerda pero él sí, lo cual lo llevó a preocuparse más por el muchacho y apoyarlo a continuar con su tratamiento hasta que ya se estabilizó.

No era la misma cercanía que tenía con Cartman, obvio, ya que con el gordo la relación llegaba a ser más que solo amigos, eran casi hermanos por motivos nobles como la confianza, claro, para nada tenía que ver que Liane era una puta tetona y la veía a diario en revistas y videos porno haciéndole ser mejor amigo de su hijo con la esperanza de algún día cogersela tan fuerte que todo el pueblo la escuche gritar su nombre. Tampoco le había dedicado una que otra corrida, si alguien lo llegaba a decir iba a fingir demencia. Era de los pocos con los que el chico había bajado su muro del chico problemático neonazi y se mostró como Eric, claro que esto no hacía que no siga haciendo chistes y demás cosas contra él y su familia, además de que sabía su secreto de la inmortalidad (aunque no recuerde sus muertes).

-En serio amigo, puedes confiar en mí.

-No lo sé- Kenny rompe su silencio mientras vuelve a elevar sus hombros, dirigiéndose a Stan -No quiero acostarme con ella, ya te lo dije.

-Dios mío, Kenny- Stan lo detiene y le saca su capucha, además de bajar su cierre, para pasar su mano por su frente, mejilla y cuello. Luego lo acerca a él besando su frente -No tienes fiebre, ¿seguro no golpeaste tú cabeza? Normalmente te acuestas con cualquier cosa que parezca humano.

-¿Me acabaste de dar un beso?- pregunta levemente sonrojado y con una sonrisa, dejando que una risa se escape cuando vió el fuerte sonrojo de Stan -¡Me besaste en la frente, en serio eres un marica! Mierda amigo, cuando Wendy se entere...- Ve al muchacho caminando rápido para tratar de alcanzar a Kyle y Cartman, al rubio le divertía molestarlos con esas cosas cada tanto ya que eran muy expresivos -¡Va a ser nuestro secreto! ¡Wendy no te va a matar! ¡Tranquilo! ¡Soy una puta muy silenciosa! Menos en la cama, claro.

-¡Kenny! ¡Deja de bromear!

-¡Oh! ¿Entonces quieres que nos acostemos en serio?

-¡Kenny!

Kenny camina rápido detrás del grupo de amigos para alcanzarlos, saltando sobre Stan para obligarlo a que lo lleve a caballito mientras reía. Sabía que todos estaban al pendiente de él y que, si su amistad siguió hasta ahora, era por él. Agradecía mucho la preocupación y cariño de los muchachos pero no quería seguir siendo esa carga para ellos.

Aunque no podía negar que eso lo hizo pensar en muchas cosas que estuvo haciendo estos días, el cómo trataba a la chica le hacía sospechar a los demás que quería acostarse con ella, incluso Cartaman estuvo a punto de hacer una de las suyas porque "las razas no se pueden mezclar" y esas mierdas racistas del gordo celoso que decía cuando no aceptaba la pareja de alguno de sus amigos. Por algo siempre jodía a Wendy; Le agradaba y creía que era buena pareja para Stan, al menos ahora que los dos ya maduraron un poco más y tienen una relación más sana. Esos años en los que no estuvieron juntos realmente le sirvieron a ambos.

Kenny agradecía no ser Kyle, ese gordo no habría parado por nada si era el judío quien sentía algún tipo de atracción por TN. Aún sospechaba, no, estaba ya seguro que su cariño era más que esa relación de amigos archienemigos. ¡Cartman hasta aprendió a cocinar para ayudar a Ike en su fiesta de cumpleaños nueve! Eso pasó cuando los Broflovski fueron estafados y casi quedan en bancarrota, Cartman colaboró para ayudarles a encontrar pruebas para el juicio, pero ninguno sabría que fue él porque se aseguró de esconder todas las evidencias. Obviamente Kyle nunca sabría nada y tampoco lo sospecharía. El amor del gordo era extraño, sin duda, pero el pelirrojo no se quedaba atrás porque su amor eran regaños y golpes.