Cap 12

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Los chicos habían ido a la escuela dividiéndose entre el auto de Kyle y el de Stan pero Kenneth, excusándose en que debía buscar algo, pidió a Stan que lo baje en un café prometiéndole a los que estaban en el auto verlos más tarde en clase. Suspira y entra al local sintiendo sus fosas nasales inundarse de ese olor a café y pasteles que hacían ronronear a su estómago como gatito y salivar su boca.

Era un lugar cómodo y ambientado para adultos de mediana edad que buscaran algo tranquilo, seguro los padres de Kyle irían allí a leer el coran o lo que lean los judíos, no le importaba realmente.

Ve a una guapa muchacha atendiendo la caja del bastante vacío sitio. Sus largos y cuidados cabellos estaban atados en una coleta alta dejando que las mechas claras caigan como una lluvia, su delineado delgado seguía siendo tan atractivo como siempre y sus labios rozados parecían pedir a gritos atención. Su ropa de trabajo, lamentablemente, no dejaba ver tanta piel pero sí le hacía una hermosa y contorneada figura femenina.

Tammy Warner se había convertido en toda una mujer y, no cualquiera, si no una que estaba trabajando muy duro para poder salir de la pobresa. Incluso había podido ahorrar suficiente para comprarse su propio carro, aunque eso no la hacía menos pobre, algo era algo. Kenny la admiraba, demasiado.

El rubio se acerca al mostrador y la muchacha muestra inmediata emoción. La relación que ambos habían tenido años atrás había sido solo algo infantil, de niños, algo que ninguno extrañaba pero les había enseñado a vivir.

—¡Kenny, tanto tiempo!

—Si nos vimos hace dos semanas— dice el muchacho apoyándose en el mostrador, sonriendo al recordar su juntada. Ella era una mujer agradable pero, también, viciosa con ciertas cosas. Sus vidas habían sido demasiado similares —Pero te ves cada día más hermosa.

—Hay, Kenneth... Sigues siendo un galán— exclama, halagada, mientras toca dos veces la pantalla de su computador —¿Encontraste dinero en la calle? ¿Quieres tú favorito?

—No, esta vez no— dice haciendo un ademán —Hace dos semanas me contaste algunas cosas tuyas, emocionales, y dijiste que si yo necesitaba...

—No se diga más— dice abriendo una pequeña puertita que le daba paso a Kenny para entrar tras el mostrador, cierra la puerta y lo guía hacia la sala de empleados donde había un muchacho sentado, castaño de cabello desordenado y parecía bastante molesto —Cariño ¿puedes cubrirme?

—Ugh, ¿todo porque quieres chuparle el pene a ese mocoso?

—Son solo unos minutos, porfavor— dice, juntando las manos —Luego vuelvo.

El otro chico suspira y sale del lugar dejando a los dos solos. Ambos se sientan en un sofá destartalado que había ahí, viendo como un par de cucarachas escapan ante el nuevo peso.

—Te escucho

—Bien... Los dos estamos de acuerdo que lo nuestro...

—No fue una relación real— lo interrumpe, sonriendo —Pero estuvo bonita, como todos los noviazgos infantiles. No son reales, solo son una prueba. Un juego.

—Si, por eso. Nunca tuve una relación seria, algo real...— dice Kenny, suspirando —Es que... Creo que la cagué con alguien y estoy por cagarla con otra persona.

—Cuentame.

—Bien, verás...— Kenny se lanza hacia atrás, apoyándose en el respaldar del asiento mientras mira al techo. Había una mancha marrón de café, no preguntaría cómo llegó eso ahí. —Tengo este amigo que realmente era muy querido para mí y empecé a sentir cosas por él cuando tenía... ¿15? Tal vez un poco antes pero no me había dado cuenta— aclara, rascando su nuca —Pero me alejé de él y empecé a hacerlo de lado para dejar de sentir lo mismo

Una latina en South Park || South Park x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora