En el mes de mayo del 2021, volví a la casa de mis progenitores. Había pasado todo el confinamiento fuera de donde ellos estaban, aunque cada tanto nos comunicábamos, por videollamadas o mensajes de texto; siendo yo quien iniciaba la interacción.
Puedo decir que yo me mantenía de bajo perfil porque quise evitar sentirme cuestionada por mis decisiones, ya que en incontables ocasiones, cuando compartía ¨todo¨ con ellos, me sentí desvalorizada, criticada e incomprendida.
Tomé distancia, lo cual me permitió tomar mis propias decisiones y sentirme, por una vez en muchísimo tiempo, la verdadera autora de mi realidad física.
Fue entonces, que conecté con mi lado más intuitivo, así como lo haría un animal en el campo, tratando de abrirse camino cuando la incertidumbre es el único alimento, que lo mantiene alerta, deseoso y sediento de ver qué es lo que hay más allá de sus propios miedos.
En ese mismo tiempo, quizás fueron dos semanas que compartí con el padre, mientras yo me recuperaba de una vuelta, que comenzó en febrero del 2020.
Al igual que yo, esa casa había sido testiga de muchos dramas familiares que me anticiparon, lo violenta que puede ser la vida; quizás, tal como lo viven los animales, en territorios silvestres.
Es la primera vez que logro hacer una analogía, entre lo que podría experimentar un ave en estado salvaje y yo, a pesar que haya vivido, por muchos años, en lo que el ser humano, ha denominado como ¨civilización¨o lo que un gato denominaría ¨territorio doméstico¨
Me imagino que desde que vi en la primera televisión ¨trinitron¨a los ¨looney tunes¨se me quedó en mi mente la idea de lo absurdo que es creer que los animales silvestres, como el gato silvestre, sean capaces de hablar, moverse y tener vidas tan mundanas como, nosotros los humanos.
Me pregunto entonces ¿habrán seres humanos que creen en todo lo que les dice la televisión, a pesar de lo absurdo que resulta aquello que ven?
Es por esto que desde muy temprana edad, en una de esas conversaciones que sostenía con mis amigas, en el colegio, yo me expresaba acerca de mi firme propósito por experimentar la vida por mí misma, antes que creer ciegamente en lo que nos inculcaban mediante textos.
Es que para mí, era muy fácil anticipar si aquellas personas que presumían ser laureadas e ilustres y a las que les debíamos cantar en su día, eran realmente de fiar.
Volviendo a mayo, el mes de aquel año, emprendí un viaje a la costa y visité lugares que me dije ¨algún día los voy a conocer¨
Paralelamente, tenía un emprendimiento de indumentaria con diseños propios, resultado de una profunda reinvención de mi creatividad, así que llevaba conmigo unas prendas para comercializarlas y poder pagar mi comida, transporte, hospedaje y demás; según mi mente financiera.
Una noche, después de haber llegado a uno de estos lugares, en donde vi que era muy privilegiado, pues en sus ríos existen grandes cantidades de oro, ocurrió un evento que corrobora aquello de la intuición.
Me encontraba hospedada en una cabaña, justamente a orillas del río en un pueblo al que llegan pocos turistas, y que estaban rentadas por mi, la dueña, su hijo y dos estudiantes.
Resulta que los estudiantes, bebieron alcohol toda la noche. En la tarde, cruzamos algunas palabras dado que estábamos esperando a la dueña, ellos no sé para qué, mientras que por mi parte, quise consultarle acerca de las actividades comunales o algo por el estilo.
Esta era una comuna de pocas personas, negocios de hospedaje, en su gran mayoría y pequeños puestos de comida, extendidos a lo largo del río y de la carretera principal. Es de suponer que la gente, tiene pocas actividades en qué recrearse, siendo el alcohol el principal motivo para convocar a la vecindad y a quienes les interese socializar.
Me imagino que los estudiantes, al notar que yo estaba sóla, vieron una oportunidad para crear algún tipo de ¨plan¨ en caso que yo lo permitiera, por supuesto. Con lo que ni ellos ni yo contábamos, era con un segundo o un tercer ¨plan¨
En la mañana, yo salí a explorar los alrededores, con la esperanza de hablar con las personas de las casas vecinas y acceder a una red wifi, dado que estaba realizando una colaboración con un grupo en facebook, que crean contenido sobre género, sexualidad y psicología. Necesitaba un lugar alto donde llegara la señal, porque en las cercanías del río existía nula conexión a las antenas de telefonía celular.
Durante mi ausencia, parece que alguien se había dado el lujo de forcejear la manilla, al punto de dejarla obsoleta. Detalle que pasé por alto hasta el momento en que me sucedió lo que relato, a continuación.
Esa noche, como suelo acostumbrar estaba desnuda durmiendo en mi habitación privada, cuando a eso de las 4 am, sentí el impulso de cubrirme con lo que tenía, que era una sábana, aproximarme a la puerta e impedir que alguien entrara.
Lo hice sin titubear y con la energía que tengo cuando estoy realizando alguna de mis actividades físicas favoritas. Pero esta vez, esa energía fue para proteger mi dignidad.
Lo que me sorperendió, más allá de la potencia de mi voz y las palabras acertadas que bociferé para que el individuo dude de su propia existencia, fue lo acertado que fue hacer caso del primer impulso de incorporarme de la cama y hacer lo que hice; protegerme.
Cuando el individuo reaccionó de lo ocurrido y ya estando en el pasillo, fuera de la habitación a la que nunca pudo ingresar, balbuceó algunas palabras, con ese tono arrastrado con el que intentan comunicarse aquellas personas que se han metido suficiente alcohol en el cuerpo, como para perder los cabales y atentar contra otro ser, y se metió a su habitación, en tanto yo pedía socorro y ayuda a los dueños del hopedaje.
Llegaron, preguntaron y supuestamente llamaron a la policía pero yo me desentendí de todo aquello y decidí continuar con la travesía, después de un intento fallido de recobrar el sueño y considerar que a las 9 am, fuera una hora adecuada que me permitiera preparar todo el equipaje.
Mientras, caminaba por la carretera esperando que pasara un autobús para avanzar, pude ver cadáveres de animales que habían sido atropellados por la gente que transita por ese lugar.
Tristemente, tomé un par de fotos de aquello, con la esperanza de mostrarlo a algún organismo de protección de vida silvestre.
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528Hz Projekt
Non-FictionLa antítesis del proyecto 440hz desarrollado durante la WW2 Life Coaching https://rajdharamk4ur.wixsite.com/transpersonal