Cap 4: ¿quién eres Enid Sinclair?

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tal cual le prometí a Enid, hable con su médico y enfermera para que dejaran que me la llevara. ojalá hubiera sido esa misma noche, pero me dijeron que querían hacerle un par de exámenes más y al menos que comiera un día en el hospital y me la podría llevar.

Luego de llenar unas formas por subsiguiente, tenia permiso para sacarla de aquí. supiera la gente que todo lo que había de trasfondo me llevaba a esta preocupación genuina.

tuve que traer ropa mía para que se cambiara ya que no había tenido tiempo de comprarle especialmente nada a ella.

De pronto mi móvil me sacó de mis pensamientos, era Yoko. Y mientras dejé sonar el móvil me pregunte cuando fue la última vez que me preocupe de algo que no fuera Enid…

—¿Alo?—conteste.

—¿Alo? ¿Hablo con la maldita perra desagradecida?.—y sonreí ante tal acusación.

—Calma Tanaka, siento no haber tomado tus llamadas antes, he estado algo ocupada.—Me acomode mejor mi silla mientras dejaba escapar un suspiro que no sabía que estaba reteniendo.

—¿Tan ocupada como para no responder ni llamadas?.—Note como su voz iba volviendo a un tono más normal.—Hemos ido con Tyler a tu casa varios días seguidos y extrañamente nunca estas, nadie sabe dónde estas metida, tus padres no dan mucha información tampoco…—Ahora podía notar con claridad su preocupación.

—Escucha…—Solte con un poco de culpa.—Han pasado muchas cosas, y antes de que empieces, te las contaré, pero no por teléfono—Me llevé la mano al puente de mi nariz.—En un rato más vuelvo a casa,te llamare para que mi chófer pase por ti.

—¿Que hay de Tyler?...

Tyler… ya no podía pensar en él.

en poco tiempo estaría casada con Enid y aunque nuestro matrimonio sea una careta o más bien una protección para ella, yo me seguía cuestionando cosas, aún no me sentía lista para todo lo que implicaba todo esto. Mi mente y corazón se habían bloqueado de tal forma que no había espacio o entendimiento que no fuera Enid.

—Sola Tanaka… quiero que vengas sola.

Pude notar un silencio preocupado del otro lado.

—Esta bien, espero tu llamada, nos vemos entonces…

—Hasta entonces… -—colgué la llamada, ahora tenia otra cosa que ocuparme y sinceramente nada me podría preparar con una conversación con Yoko…

De pronto escuche como la puerta de la habitación de Enid se abría lentamente. mi corazón se acelero y me levanté de la silla lo más rápido que pude.

Detrás de aquella puerta se asomaba la figura de Enid, que ahora con mejor luz podía notar con facilidad lo delgada que estaba, su cabello rubio brillaba y podía notar como mi ropa le quedaba bien, supongo que al no verla con sus prendas particulares, llama la atención con más fuerza o quizás solo es una percepción mía porque me gustaba el color negro.

Su rostro aún tenía algunas magulladuras por sanar, si no supiera todo lo que se, podría decirse que es la misma Enid que por dos años vi, al otro lado de la vereda, lo único que le faltaba era su sonrisa y el brillo característico en sus ojos.

Pronto note que me miraba apretando los labios y yo solo me puse nerviosa y trague saliva.¿Que se supone que hago ahora?.

Todo aquello que ensaye en mi mente todo este tiempo en mi silla lo olvide, nada se me ocurrió y ella me miraba sin saber que decir, y es que porque ella tenía que decir algo, soy yo la que tiene que hacerlo, que idiota soy, me acerque con pasos torpes.

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