Cap 15: Elíxir de vida

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[Advertencia ⚠️. ¿No hace falta que a estas alturas les diga que está historia es +18, cierto?.]

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"¿No te parece como un sueño Enid?
Miro hacia afuera y me preguntó en qué momento se empezarán a desteñir los atardeceres, en qué momento se correrá la pintura negra del cielo y pintara mis ventanas con sus colores más entristecidos.

Apenas respiro y es una frase que he usado muchas veces, pero jamás tan vivida como ahora, mi pecho adolorido por la falta de aire y el exceso de tristeza ya casi no siente mi respiración.

¿Es verdadero este dolor?
A veces pienso que es solo una broma de dios y todos son actores, ¿Pero cuál sería el fin de la broma? ¿Probarme?, En tal caso ya demostré que soy el demonio.

Jamás le haré tanto daño a alguien como me lo he causado a mi misma y aún así estoy segura que si tuviese un arma cargada, terminaría de matarme.

¿O ya estoy muerta?

Estado: Carta devuelta al remitente".

Willa estuvo un rato llorando abrazada a mi pecho, guardada sobre mi cómo un gatito… Yo le hacía cariño en la cabeza y le daba besitos para que supiera que estaba allí, que de lo que me contó no había nada de qué avergonzarse, que todo había sido muy mutuo y de nosotras.

Su cabello caía cubriendo todo mi tórax, y su cara usaba mis pechos de almohada. Honestamente yo no podría sentir que la amaba más, ese supongo que era mi tope, mi tope era que mi felicidad se escapara por mis poros, que cuando expiraba todo lo que saliera eran suspiros, que mi corazón se sintiera cosquilloso y dulce.

Después de un rato se separó de mi pesadamente, sus ojos estaban rojos y a pesar de eso me sonrió, dentro de mí esperaba que toda la inseguridad que ella sentía sobre lo nuestro se hubiese terminado.

Se veía más relajada, parece que se hubiese quitado un peso de encima.

Después de sonreírme levantó la mano para acariciar mi mejilla.

Me miraba con tanto amor, yo la miraba de vuelta con el mismo sentimiento, me sentía más viva que nunca, pero había algo dentro de mí que aún no se había calmado.

—Willa…—dije ladeando mi cabeza para sentir más su mano —¿Quieres ver dónde duermo?.

Dejó de mover la mano y arrugó la frente con preocupación ahora, rezaba por qué no me rechazará… ¿por qué se demoraba tanto en decir algo?

—Enid…—mi corazón se arrugó.—No quiero hacerte daño… no quiero que recuerdes cosas desagradables o algo así…

—Willa yo…—¿Cómo le explicó que no es así? Que realmente quiero que seamos una por siempre y para siempre… por qué era tan difícil hacerle creer que la necesito tanto o más de lo que ella podría necesitarme, que adoraba sus ojitos y la adoraba a ella… la amaba tanto.
—Por favor…—termine suplicando mientras sostenía su mano—No podrías hacerme daño, de hecho, sería todo lo contrario…

Trago saliva y miró el suelo del auto.

Me miró de vuelta y me sonrió…

Entramos a la casa y fui a la cocina para servirle un poco de jugo, la vi desde lejos observando todo, las pinturas que compramos en la feria artesanal con Pugsley, miro los sillones y luego una especie de escultura de madera.

La seguí con la mirada mientras servía aquel vaso… no podía evitar sentir en todo mi cuerpo las mariposas que antes mencioné, me volvía loca, me estaba volviendo loca.

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