Capítulo 3

2.4K 220 15
                                    

¿Iba a morir?

¿Iba a dejar que mi madre tirara del gatillo?

Por supuesto que no, pero de morir sí estaba dispuesta a hacerlo por ella, daría mi vida por ella de nuevo y por cualquier otra persona que signifique todo para mí.

—¿Elaine?

Abro los ojos y veo que me encuentro en la camilla del hospital. Me han sedado como a una loca. ¿En qué estaba pensando?

—¿Nena?

Veo a Dorian que sostiene mi mano. Sigo buscando con mis ojos otro rostro familiar pero no lo veo por ningún lado.

—Se fue—Dice Dorian como si leyera mi mente—Se ha vuelto loco, le he dicho que el arma era mía y ha estado a punto de golpearme por tener un arma en casa y a tu alcance.

—No te preocupes por él—Le digo levantándome de la cama poco a poco—Ni siquiera sé cómo demonios sabía que estaba aquí.

—Nos ha seguido—Responde Dorian—Cuando salimos, parece que él iba con todo a buscarte y nos siguió hasta aquí.

Ahora recuerdo, cuando estaba con mi madre alguien estaba llamándome al móvil, pero ni siquiera vi quién era.

—Tu madre está devastada, no se ha separado de ti desde que estabas inconsciente y te pedía perdón sin parar.

—¿Cuánto tiempo he estado así?

—Ocho horas.

Mierda.

Eso es demasiado.

—Quiero irme—Le pido—Por favor, sácame de aquí.

Asiente y me ayuda a ponerme de pie, la cabeza me da mil vueltas, todavía me siento un poco mareada, el Dr. Mitchells me dio un sedante demasiado fuerte, ahora mismo tengo que retomar de nuevo las terapias, debo poner mi mente a trabajar de nuevo.

—Vamos—Dice Dorian ayudándome a llegar hasta la puerta, pero cuando la abre, lo primero que veo son un par de ojos color azul intenso que me ven de pies a cabeza.

—Elaine.

Tengo ganas de caerle encima, no sé si para besarlo o para romper su bonita cara, creo que mejor me decido por la segunda. Me zafo del agarre de Dorian y lo primero que hago es golpear su pecho fuerte.

— ¡Hijo de puta! —Le grito y sigo golpeándolo.

Él lo permite.

—¡Elaine!—Me sujeta Dorian de la cintura—Tranquilízate, Elaine.

Aleksei no aparta su mirada de mí y me entran las ganas de llorar cuando el tono de sus ojos se convierte en ese mismo color que desconozco y del cual me enamoré.

—Lo merezco—Dice sonriéndome con vergüenza en sus ojos.

—¡Por supuesto que lo mereces!—Le gruño casi llorando—Dorian, sácame de aquí.

Dorian toma mi mano y me ayuda a caminar, esta vez espero que Aleksei se interponga en nuestro camino, pero milagrosamente no lo hace.

No veo hacia atrás, solamente me aferro del brazo de mi mejor amigo y una vez subimos al taxi, lloro en su pecho, aunque no sé si por lo que acaba de pasar con mi madre o porque he vuelto a ver al hombre que ha roto mi corazón.

...

—¿Quieres comer algo?—Me pregunta Dorian, he permanecido en silencio desde que llegamos, me siento mejor, pero lo que necesito no es comida, es alcohol.

—Saldré por un momento—Le digo tomando las llaves y mi teléfono—No me esperes.

Dorian sabe que no podrá detenerme, tampoco voy a cometer una locura, de los intentos de suicidio patéticos, decido mejor pasar.

La Profesional  (Libro 2) (Ya en Físico y Audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora