Capítulo 15

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Un día después.

Necesito hablar contigo.

Dos días después.

Aleksei, responde al teléfono.

La noche siguiente.

No puedes huir de esto, no lo permitiré.

La siguiente después de esa.

Mi insolencia está a punto de cometer una locura si no respondes.

Después de cinco malditas días sin saber de él.

¿Qué quieres que haga? Ni siquiera sé quién está enfadado con quién ahora.

Estás haciendo que me haga repetir rogándote que respondas al maldito teléfono, Aleksei Ivanović.

La última noche antes de dormir.

¡Hijo de puta!

Seguro ese mensaje lo hace reaccionar. Espero una hora antes de dormir y nada.

—Bien, ojos de camaleón—Hablo viendo el techo de mi casa—Si todo terminó. Lo haré a mi manera.

Me levanto de la cama, apenas son las nueve de la noche, Dorian debe de estar en el Montreal, me he tomado unos cuantos días libres, según Erwan para que me recupere del accidente. A la mierda el accidente y a la mierda el jefe de jefes.

Iré al Montreal.

Entro por la puerta trasera sin que nadie me vea, pero fallo cuando me encuentro con mi otro jefe.

—Hola, Enzo.

—¿Ya te sientes mejor?

—Sí, pero quiero darle una sorpresa a los clientes—Miento descaradamente—No anuncies nada y mucho menos le digas algo a Erwan si lo ves por ahí.

—¿Qué tramas?—Pregunta curioso ladeando la cabeza.

—Te prometo que nada malo.

Le hago un guiño y Enzo regresa a su labor. Me encamino hacia mi camerino y preparo el mejor atuendo. Si he de volver a hacer mi trabajo, al menos tengo que hacerlo como la verdadera profesional que soy.

Echo un vistazo al espejo antes de salir. Un vestido rojo largo con mangas de encaje y pecho descubierto hasta mi ombligo es el atuendo para: «No voy a permitir que me alejes de ti esta noche» Por supuesto que no lo compró él.

He hecho algunas ondas en mi cabello que me llegan un poco arriba de la cintura, me ha costado demasiado dominarlo, pero al final ha quedado perfecto. Mi maquillaje también, sin olvidar el toque final, unos labios color rojo pasión y zapatos de tacón negro.

Lleno una copa de su champagne favorita y salgo del camerino.

Cuando subo al escenario la gente se vuelve loca y empiezan a aplaudir, pero no tengo la misma atención que mi objetivo esta noche.

Está aquí y no está solo.

Una mujer lo acompaña, ambos sonríen y hablan por lo bajo, pero cuando las luces se apagan y tengo su atención, toda sonrisa de su rostro se borra y sus ojos seguro han cambiado de color.

Sueños rotos

Golpean a través de mi mente

Trágicamente

Nuestro amor ha muerto

Los recuerdos limitan mi mente

Amargamente

La Profesional  (Libro 2) (Ya en Físico y Audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora