Capítulo 27

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—Regresa a tu apartamento—Le aconsejo a Dorian—No quiero que te hagan daño a ti esta vez.

—No te preocupes, hoy hablé con Stoner.

—¿Y qué te dijo?

Seguramente estaba saltando en un pie porque estaba viviendo en la casa de Aleksei ahora.

—Estaba muy contento, le dije que Aleksei había decidido llevarte a vivir con él, por lo que Stoner ya te imaginarás, según él es más fácil llegar al fondo de todo, que tú vivas con él.

—Ahora va a ser difícil salir de la casa.

Hoy casi discutimos, le dije que iba a tomar un café con Dorian e insistió en que Erwan me llevara y me trajera de regreso, veinticuatro horas custodiada.

—De eso también quería hablarte—toma un sorbo de su café—Tanto Aleksei como yo pensamos que se trata de algún ataque por parte de Nabókov, pero no hay señales de él desde una semana, todo indica que se ha ido del país.

Eso me calma por una parte. Pero por otra, ¿Quién iba a querer drogarme? Solamente de pensarlo se me revuelve el estómago, la primera vez; esa misma persona tuvo que haberme desnudado y metido a la bañera.

—Aleksei tiene muchos enemigos, Elaine.

—Lo sé.

—Quiero que esta mierda acabe lo más pronto posible.

Yo también deseo lo mismo.

De pronto la vieja sensación de que estaba siendo vigilada regresa a mí, veía a mi alrededor y tocaba el anillo que llevaba en mi bolsillo, cuando desperté algo dentro de mí me dijo que no lo usara, no solamente para que nadie en la calle me viera usándolo, sino que mi instinto también me lo decía, que era mejor llevarlo de esa forma.

—¿Y tu anillo?

—En mi bolsillo.

—¿Tienes miedo que te lo roben?

—No—me mofo—Solamente que no quiero que fotografíen mi maldita mano y saquen conclusiones vagas.

Dorian se ríe. Se ha disculpado mil veces por haberme acusado de que tenía problemas con la bebida. Pero lo importante es que él solamente estaba siendo un amigo preocupándose por su mejor amiga, y eso para mí lo era todo.

No había nada que perdonar.

—¿Tú y Jesse están bien?

—Somos amigos—siento un toque de decepción en su voz—Es mejor así. Y más ahora que regresaré a mi apartamento, ya no será difícil, no lo veré por ahí como antes.

—Entonces ¿Tú y Destiny?

—Ella es genial, pero lo estamos tomando con calma. El otro día le dije que quería hacer un trío con dos mujeres y se negó.

Mi amigo follador y su falta de toque con las mujeres, eso nunca va a cambiar.

Empiezo a reír a carcajadas por su ocurrencia. —Eres un idiota.

—Me dijo que aceptaba mi bisexualidad, entonces le propuse llevar a otro hombre, lo tomó como broma, pero al instante estaba considerándolo y fue ahí donde me asusté. Imaginarla con otro, me volvió loco, así que no hemos tocado el tema de nuevo.

—Sólo una idiota podría aceptar hacer un trío de ese tipo, Dorian.

—Solamente era una sugerencia—Se defiende.

Cuando terminamos nuestro café. Me despedí de él. Erwan me esperaba al otro lado de la calle.

—Te veré pronto—Abrazo a Dorian, lo abrazo fuerte como si me estuviese despidiendo de él para siempre.

—Por favor, cuídate.

—Lo haré, no te olvides que vivo ahora con el hombre más buscado de la mafia—me burlo pero al mismo momento me odio por hacerlo.

—Te tomo la palabra.

Suelta mi mano y espera que cruce la calle. Cuando voy en dirección de Erwan, ya tiene abierta la puerta para mí. Y como si el mundo se detuviera, el frenazo y derrape de llantas en la carretera y el mal presentimiento empieza a sentirse como una nube negra encima de mí.

—¡Elaine!—Escucho de lejos la voz de Dorian.

La camioneta negra se detiene. Erwan saca su arma, pero le disparan primero a quemarropa. Escucho más disparos a lo lejos, seguramente de Dorian, pero es tarde. El hombre me golpea tan fuerte la nuca que de inmediato pierdo la conciencia.

Lo último que siento es el olor a tabaco, y lo último que escucho es la voz de mi amor en mi mente.

Atrapado.

El sabor amargo en mi garganta me hace toser y abro los ojos. Está oscuro y mis manos están atadas en mi espalda contra un poste en medio de una habitación sucia y mal oliente.

—Ya era hora que despertaras—Dice en ruso una voz pesada y cargada de venganza.

Sergei Nabókov.

Veo las jeringas en el suelo y mis brazos me duelen. Me doy cuenta que me ha estado drogando sabrá Dios con qué cosa. ¿El suero de la verdad? No lo creo. Así puede hacerme todo lo que quiera, no hablaré.

—Elaine Croft—Musita en ruso—Hija de August Croft, agente de la CIA.

Ahora sí estoy muerta. Aprieto mis ojos furiosa y escucho lo que tiene que decir, estoy segura que de aquí no saldré viva.

—¿Tienes algo que agregar, Elaine?

—Vete a la mierda—Le digo en su idioma.

Eso lo hace enfurecer y me golpea directamente a la cara, siento ya el sabor metálico en mi boca pero no me importa.

—Ivanović es novio nada más y nada menos que de una agente de la CIA—toma una silla y se sienta frente a mí—Apuesto a que no lo sabe ¿Cierto?

No respondo y vuelve a golpearme en el rostro—¡¿Cierto?!

—N...No, no lo sabe.

—¿Qué estás dispuesta a darme a cambio por mi silencio?

—Por mi puedes matarme—continúo hablándole en ruso—Porque si no lo haces tú, lo hará él cuando se entere de la verdad.

—Suena tentador, pero ante de hacer eso que tú sugieres, quiero divertirme primero. Debe de estar como loco buscándote, y también la CIA.

—Si me pones una mano encima, te juro que te mataré.

—¿Y cómo lo harás?—Me reta tomándome del cabello fuerte—Estás amarrada y drogada, ni siquiera te darás cuenta cuando te esté follando, pensarás que es tu amado Aleksei quien te lo hace.

Asco. Le escupo la cara y eso hace que se aleje de mí, pero al mismo tiempo regresa y vuelve a golpearme en el rostro. Toma otra jeringa y la llena con una sustancia que no conozco de un frasco oscuro.

Busca mi brazo y cuando intento resistirme vuelve a golpearme y uno de sus hombres detiene mis piernas inmovilizándome. Siento el pinchazo en mi brazo y cierro los ojos.

Lo demás, no lo sé.

La Profesional  (Libro 2) (Ya en Físico y Audiolibro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora